Recordando al “profe” Héctor

jueves, 16 de noviembre de 2017 00:00
jueves, 16 de noviembre de 2017 00:00

Cuando la vida te quita a seres que tienen que ver con tus afectos, en circunstancias de mucho sufrimiento se siente alivio por uno mismo y por el ser que está sufriendo. Y, como soy creyente, creo que hay otra dimensión a la cual se elevan para alcanzar su plenitud.

Y desde ese lugar están contemplando a los que dejan, para quizá apoyarnos en los momentos difíciles que tendrá el camino de la vida.


Héctor siempre decía que algo debe morir para que resurjan a la vida otras cosas. Es la razón de la dinámica de la naturaleza. 


El concepto de muerte para él fue claro y natural. No se pierde a nadie cuando alguien se muere, sólo que se adelantan, porque todos tendremos ese fin.

Y es cierto, sólo que creemos que estamos preparados para enfrentar el momento, pero llegado el tiempo exacto, se desestabiliza todo nuestro ser, hasta que nos recomponemos.


Es por eso que, para seguir adelante y con fuerzas, es mejor recordarlo con sus virtudes más salientes, y la de él fue su tremenda generosidad para impartir conocimiento. Nunca se quedó con algo. Todo lo que sabía lo entregaba a sus alumnos, o a quienes lo solicitaban.


No le preocupaban sus desvelos, cuando tenía que elaborar proyectos o defender una carrera que se dictaba en el instituto superior Maldones.


Fue un león luchando por la educación del interior de la provincia. Sostenía que la enseñanza debe extender sus servicios a quienes más lo necesitaban, y no frustrar a la juventud y obligarla a tener un costo económico para trasladarse a los centros educativos de ciudades.


Es por eso que tantas veces recorrieron el interior de la provincia, junto con un grupo de excelentes profesores que pensaban igual y de cuya capacidad y entrega pueden dar testimonio muchos alumnos.


Sin duda que, desde algún lugar especial, Héctor prolongará sus brazos para estrecharlos en un abrazo a cada uno de sus compañeros de enseñanza: Cristina, Lucía, Viky, Zully, Julio, Karina, Flavio, Rubén Lobos, Silvina, Rubén Santillán.

Y les dará las gracias infinitas por dar una palabra de aliento a su familia, porque nada lo detenía cuando había que agradecer y destacar actitudes humanas.

 

No habrá un adiós en tu partida
sino amaneceres
que te señalen el camino
para habitar en el lugar exacto
en el que quieres permanecer.
Los ángeles juntarán todas las luces,
las arrojarán en tu cuerpo y alma
para purificarte de todos tus errores
y finalmente descansarás en paz
en el universo azul que elegiste.

 

Zulma
(tu compañera de tantos años)

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