En la anterior columna “Que el árbol no nos tape el bosque” publicada el pasado Domingo 12 del corriente, les comentaba que la “Reforma Tributaria” propuesta por el actual Gobierno tiene por principal objetivo reducir impuestos, en beneficio de las empresas, y que no tendría casi oposición alguna para ser aprobada. 

En esta semana que pasó; dicha Reforma, entró al Congreso y será “apoyada”, con la firma del llamado “Pacto Fiscal”, por casi todos los Gobernadores (salvo uno -San Luis-). 

Este mencionado “Pacto” se logró principalmente, “extorsionando” a los mismos, con la amenaza de desfinanciar a las Provincias con la reducción de los recursos que reciben del “Fondo del Conurbano Bonaerense”; el retiro de la demanda de la Provincia de Bs. As., ante la Corte Suprema, por este fondo y el recibir algunos recursos adicionales (una mayor participación en el Fondo de la Soja, por ejemplo), fueron empleados como moneda de cambio para la firma de este acuerdo fiscal. 
Aclarado esto; voy a comenzar el análisis haciendo mención a algunos puntos de una sorprendente Nota (por lo inusual) publicada en Diario Clarín el día Lunes 13 del corriente, donde dice que: 

• “Las reforma impositiva y laboral tienen un impacto directo sobre las jubilaciones, pensiones y demás prestaciones sociales que cobran más de 17 millones de personas.”

• “El cambio más inmediato es la modificación de la Ley de Movilidad que ya para el año próximo implicaría aumentos en los haberes en unos 10 puntos inferiores a los que resultaría de mantenerse la actual fórmula. Se estima que en lugar del 24%, los aumentos bajarían al 14 o 16%, y en consecuencia los beneficiarios de esas prestaciones no recuperarían la pérdida de 2016. En total con ese cambio el Gobierno pagaría, en 2018, entre $ 120.000 millones y $ 140.000 millones menos en jubilaciones, pensiones, asignaciones familiares y AUH, entre otras prestaciones, y sería clave para financiar el resto del paquete impositivo.”

• “El desfinanciamiento a la ANSES podría llegar a los $ 219.000 millones en 2018” (por baja del Impuesto a las Ganancias y del Impuesto al cheque -que podrá ser tomado a cuenta del primero-).

• “El efecto de reducción en la recaudación de contribuciones patronales aplicado a empresas podría llevar una rebaja en la recaudación de $ 40.586 millones ya en el 2018 y llegar a un monto total que puede oscilar entre los $ 180.281 millones a los $ 208.484.”

• “Si se aprueban todos esos cambios, el menor financiamiento de la Seguridad Social obligaría a mayores cambios, entre los que se mencionan un eventual aumento gradual de la edad jubilatoria y modificar hacia abajo el cálculo de las futuras nuevas jubilaciones. El FMI y otros organismos financieros vienen planteando esa alternativa y que las futuras jubilaciones bajen del 65% del sueldo al 45% a complementar con aportes adicionales voluntarios.”

Todo esto lo dijo el diario “Clarín” (no “Página 12”) en medio de sus rimbombantes “tapas”, donde al parecer lo importante, que publica “diariamente” bien grande y central son los encarcelamientos de exfuncionarios y la Corrupción K; y en los costados y bien pequeño por lo general, (por ahí) se informan estas cosas (¡que a “su” parecer, nunca son tan relevantes como para salir en “tapa”!).

¡Más claro, échale agua!, ¿no?; dice el dicho popular. ¿Se comprende quienes van “a pagar el Pato”? ¿Quiénes son el “Pato de la boda” de estas reformas? No hay dudas, ¿no?. El Sistema Previsional argentino y nuestros abuelos. Sí; ellos pagarán las consecuencias de las reformas tributarias y laborales. 

Un sector muy vulnerable de nuestra sociedad, que no tiene capacidad de reclamo, que no está organizado y cuyo representante y quien debería defender sus derechos e intereses (el Estado) hoy los perjudica.

¿Se comprende? Se comprende que se está haciendo una gran redistribución de ingresos. Se les sacará a los jubilados para darle a las empresas principalmente. Esta muy simple y claro ¿no?. 

Pienso en mis padres y queridos abuelos, en los padres y abuelos de todos mis conocidos y en todos los jubilados de nuestro País; y siento mucha lastima e impotencia. 

Cómo no estar a favor de cambios que mejoren la calidad de vida de todos, que generen trabajo y mejores oportunidades para la mayoría de nuestros compatriotas (principalmente si fueran a favor de los más vulnerables de nuestra Sociedad). 

Pero lamentablemente la coalición de poderes que nos está gobernando (con un asombroso y significativo apoyo popular) no sólo ya nos endeudó exponencialmente en el exterior, fomentó la “timba financiera”, agravó (y lo hará más aún con estas reformas) el déficit fiscal; generó un histórico déficit comercial externo, afectó el poder de compra y calidad de vida de todos con devaluaciones, tarifazos y liberación y subas de los combustibles, etc.; sino que ahora, implementará reformas donde se perderán derechos (el de los trabajadores) y se perjudicará a nuestros jubilados actuales y a todos los porvenir.

¡Las cartas están jugadas; y la Banca, ya tiene la partida ganada!

Por Germán Vittore
Economista
Especial para El Esquiú.com