Con el miedo en el cuerpo

lunes, 22 de mayo de 2017 00:01
lunes, 22 de mayo de 2017 00:01
He llegado a Europa por uno de los aeropuertos de mayor tránsito de personas y cargas. Se calcula que despega o aterriza un avión por minuto. El Amsterdam-Schiphol es el más grande de los Países Bajos. Unos 51 millones de pasajeros del mundo pasan por año.
No más llegar a esta enorme terminal se huele en el aire que los últimos atentados en Europa han hecho mella en el ánimo de los holandeses. Es cierto, me decía el taxista que me llevaba al hotel: "Nos han metido el miedo en el cuerpo, pero la vida sigue, nos quieren poner de rodillas, pero no lo lograrán”.
En la última década, el terrorismo extremista islámico ha golpeado con furia el corazón de Europa.
La buena noticia es que, según un colega italiano, que reside hace mucho tiempo aquí, han encontrado los europeos un camino que podría tener éxito, por lo menos con el extremismo organizado como eI Estado islámico. Están logrando romperle el espinazo financiero: controles estrictos en todo el sistema bancario. Son muy severos con los que no cumplen los protocolos, para así evitar el financiamiento del terrorismo.
Según The Washington Post, que cita la investigación de Quinn Mechan, experto en finanzas de la Universidad de Brigham Young, los ingresos financieros del 2016 eran producto de confiscaciones, venta turbia de petróleo y extorsiones.
La solución definitiva no está cerca. El grave problema son los que actúan por su cuenta en estos países donde todavía pervive un gran caldo de cultivo de extremismos varios. La política no da con la solución. También aquí hay culpables por omisión. Los únicos inocentes, adonde los mandaron los sembradores del odio, están en los cementerios.

La columna de Pablo Caruso - Periodista de Ámbito Financiero - La Nación - Telefé - Expansión (España) - Época (España) - Infobae - Exdirector de Radio Cultura.
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