Opinión

Un gran profesor

domingo, 17 de septiembre de 2017 00:00
domingo, 17 de septiembre de 2017 00:00

Desde la experiencia y el sufrimiento por mejorar la educación, el gran profesor argentino expresó a sus alumnos:


“De las astillas de las cátedras destrozadas por el despotismo, haremos tribunas para enseñar la justicia y predicar la libertad. […] El amor de la verdad me llevó a vosotros. El amor de la verdad nos separa. Él nos reunirá, donde los ciudadanos de un pueblo libre luchan y triunfan contra los traficantes y los ambiciosos” (Estrada, Obras Completas, Tomo XII: 382).


La cita que antecede, ofrece mucho más de lo que considero aquí. Corría el año 1884 y el marco observado por Estrada lo mueve a reformular desde las raíces el ejercicio docente ¿Cómo suenan sus palabras en la actualidad? ¿Cuál es el núcleo de este pensamiento para el profesor de hoy? Hay categorías que constantemente aplaudimos todos, como los valores de la justicia y la libertad. Pero hay un valor que lo muestra a don José Manuel como educador pues sella un movimiento interior en su persona: “El amor de la verdad me llevó a vosotros”.

El Dr. Pedro Luis Barcia tiene una explicación significativa: “El filósofo francés Louis Lavelle dice: `El valor es aquello que rompe nuestra indiferencia y la igualdad entre las cosas´. Aquello que merece la atención y que genera el deseo de posesión. El vocablo griego -uno de los tres- que designa al valor, es `axiós´. Proviene de un verbo fuerte que significa `arrastar tras de sí´, o `arrastar hacia sí´.

Los griegos sabían bautizar la realidad: la axiología se ocupa de estas realidades que tienen poder atractivo, seductor: los valores” (Del texto de la disertación realizada en sesión pública de la Academia Nacional de Educación el 1 de marzo de 2004 con motivo de su incorporación formal). ¿Qué lo movía a Estrada como educador? Escribió lo que vivió: El amor de la verdad fue el imán que lo atrajo hacia el encuentro con sus alumnos.

El amor de la verdad ocurre en la vida, nos encuentra… De tal manera es así que llega a conmover, a transformarnos interiormente y dotarnos de inspiración para responder al llamado que toca el corazón: ser profesor. ¡Qué vocación! ¡Vida ofrecida para reconstituir la escuela y la universidad!


El 17 de septiembre se festeja el día del profesor. Recordamos el fallecimiento de Estrada en 1894. El valor de su obra nos enseña que somos servidores de la verdad, no dueños. Como humanista, ha enriquecido a la educación argentina con la sabiduría de buscar la verdad: la verdad no se construye, se la encuentra recibiéndola desde una entrega viviente en la historia y ofreciéndola con amor en el diálogo.

Así, todo educando puede descubrir que, en humanidades, la confianza es fidelidad a la verdad más profunda de la persona humana. ¡Feliz día del profesor!

 

Carlos Alberto Díaz
Mag. en Gobierno y Cultura de las Organizaciones - Lic. en Organización y Gestión Educativa.

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