La provincia de Buenos Aires, luego da 21 años, despierta y reclama un resarcimiento que lo plantea como justo, sin tener en cuenta las concesiones otorgadas en dicho periodo, atendiendo sus particularidades -actos propios se suele decir-.

No se trata de crear un nuevo orden, Nación (N), provincia de Buenos Aires (BA) y el Resto de Estados Argentinos (REA), lo cual dista mucho del deber ser. Sostenemos que las provincias son anteriores a la Nación, consecuentemente no hay sumisión, si debiera haber coordinación para lograr el tan ansiado desarrollo armónico del país, hay derechos adquiridos.

En esta línea, las provincias mineras debiéramos imponer que como minino el 50% de lo recaudado en impuesto a las Ganancias con este origen se distribuya entre sus jurisdicciones en idéntica proporción a su aporte.

Otro aspecto, el “Impuesto al cheque”, en realidad un impuesto de emergencia creado en el 2001 como Impuesto a los créditos y débitos bancarios, que como toda emergencia se prorroga y se prorroga y la última vence el próximo 31/12/2017.

Es distorsivo, encarece la bancarización de la economía, consecuentemente es un aliciente a la evasión y a la economía informal, pero estos atributos sucumben por ser un excelente generador de fondos diarios, por lo cual renunciar a su existencia es muy poco probable (recaudación estimada para 2017, $165 millones).

Como llegó para quedarse, a las Provincias/Municipios nos importa su distribución, es decir la coparticipación. Hoy ronda el 17%, lo que se distribuye a las provincias, quedando el 83% para Nación. Para disciplinar a las provincias, en el 2009 se creó el Fondo Federal Solidario, con orígenes en derecho de exportación de la soja. Con estos mecanismos se logró la prórroga sistemática en dichas condiciones.

Hoy nuestros representantes debieran proponer y defender que este tributo se coparticipe el 100%; este es el desafío.

Al margen de lo apuntado, el mayor desafío debiera ser un “gran acuerdo nacional” que supere la distribución de recursos, asumir el control del gasto, planificar a largo plazo y una gran reforma educativa que siente las bases para una nueva nación y un real federalismo, entre otras premisas; esta podría ser una gran oportunidad. 

Pedro Silverio Vega
CPN - Especialista tributario