Opinión

El Plan Belgrano y la Constitución Nacional

lunes, 12 de marzo de 2018 00:00
lunes, 12 de marzo de 2018 00:00

En 1853 la Argentina nació para desarrollarse y crecer en forma armónica, buscando así el mentado bienestar general que dice nuestro Preámbulo, el cual debía alcanzar a “todos los habitantes de la Nación”.

La conformación del Estado Argentino fue el resultado de muchos años de trabajo para lograr la unión nacional, donde cada una de las provincias cedió parte de sus derechos y soberanía a favor de un gobierno central, formando así un régimen de Estados reunidos en una “confederación” bajo un sistema de gobierno “federal”.

Por eso, la Constitución Nacional establece en su artículo primero que adoptará la forma representativa, republicana y “federal” de gobierno, siendo este su primer postulado. 

Esta decisión, plasmada en el Congreso Nacional Constituyente de Santa Fe el 1º de mayo de 1853, fue el verdadero nacimiento institucional de la Argentina como país, sancionando la Constitución ese mismo día. 

 

“Promover el bienestar general”

La creación del Estado Nacional tenía como finalidad lograr los principios que yacen plasmados en el Preámbulo de la Constitución y dentro de los cuales hay uno de gran importancia en relación con el tema que trataremos más adelante. 

Sin perjuicio de ello, nada mejor que transcribir esos principios para comprender mejor el objetivo de la unión nacional y ver que sostiene el Preámbulo al trazar sus principales lineamientos: “(...) Los representantes del pueblo de la Nación Argentina, reunidos en Congreso General Constituyente por voluntad y elección de las provincias que la componen (...) con el objeto de constituir la unión nacional, afianzar la justicia, consolidar la paz interior, proveer a la defensa común, promover el bienestar general y asegurar los beneficios de la libertad, para nosotros, para nuestra posteridad y para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino, (...) decretamos y establecemos esta Constitución para la Nación Argentina”. 

Véase que dentro de estos postulados aparece uno que llama la atención y que dice “promover el bienestar general”, dando a entender que era una de las finalidades básicas por las cuales nuestras provincias, hasta ese entonces independientes, decidían conformar la unión nacional. 

Ahora bien, este principio, unido al que establece el artículo 75º inc. 19º del texto constitucional, nos arroja una idea mucho más clara de cuál fue el eje rector para aquella unión de estados, procurando un desarrollo integral y uniforme de todo el territorio.

Pues dice este último artículo que deberá proveerse el “crecimiento armónico de la Nación”, terminando así con la discriminación que existía desde unas provincias a otras, donde las privilegiadas trataban con desdén a las menos desarrolladas que, por lo general, eran las más alejadas del puerto, como nuestro caso junto con otras del Noroeste y Noreste. 

 

“Bienestar para todos”

Síntesis de todo lo anterior, en 1853 la Argentina nació para desarrollarse y crecer en forma armónica, buscando así el mentado bienestar general que dice nuestro Preámbulo, el cual debía alcanzar a “todos los habitantes de la Nación”. 

Sin embargo, transcurrieron 165 años y el engaño continúa, no solo con la postergación de las provincias menos desarrolladas y del Norte argentino, sino también con un discurso hipócrita que trata de infundir una imagen muy distante de la realidad que podemos ver a diario. 

Así, el denominado Plan Belgrano, que supuestamente nacía para resarcir la deuda histórica existente con el Norte argentino y tenía como finalidad realización de fastuosas obras de infraestructura que bregaran por aquel “crecimiento armónico” del país, buscando lograr el “bienestar general”,  fue otro de los fiascos que nos llevamos.  

Pues luego de grandes anuncios sobre carreteras, ferrocarriles, puentes, diques, usinas, tendidos de alta tensión, gasoductos, redes de agua potable, escuelas, hospitales, centros turísticos, aeropuertos, polos industriales y demás, los resultados distan mucho de los anuncios. 

 

El engaño del “Belgrano”

Ya transcurrieron tres años desde el pomposo lanzamiento y la realidad es que los aportes y obras que vinieron desde el gobierno central no fueron diferentes de los que veníamos recibiendo antes, demostrando ser el Plan Belgrano otro engaño como los tantos que tuvimos que oír (pobreza cero, crecimiento de la economía, aumento del trabajo y del empleo, respaldo y créditos a pymes, inversión en educación y salud, y un sinnúmero de promesas que nunca llegaron y en la práctica resultaron todo lo contrario). 

 

Pero esto no acaba aquí. 

En el caso del Plan Belgrano no solo estuvimos ante nuevas promesas incumplidas, sino que más grave aun fue el hecho de manifestarse un claro retroceso a nivel de derechos federales. 
Pues se lo promocionó como una “gracia especial” que íbamos a recibir ahora, de esta administración, y no como un “deber federal” del gobierno nacional para con provincias y regiones postergadas del país a las cuales debía tratar con prioridad justamente para lograr el “crecimiento armónico de la Nación”. 

Es decir, en lugar de apelar a los deberes constitucionales y simplemente desarrollar una correcta política federal, cumpliéndose de esta forma con una obligación de Estado Nacional, se promovió el Plan Belgrano como una “dicha excepcional” que ahora caería sobre nosotros, captándose por esta vía voluntades que creyeron así ocurriría.

Nada de esto fue una realidad, y lo único que logró el Plan Belgrano fue que provincias postergadas tengan que arrodillarse y rogar que lleguen obras para levantar sus desvalidas economías, esperándoles como si se tratare de milagros, quedando a merced del ánimo del gobierno central.

 

Conclusión

En síntesis, un verdadero retroceso, ya que en lugar de acercarnos a los postulados constitucionales, estamos cada vez más alejados. 

Pues lo que antes se recibía en forma automática como aporte federal, ahora no llega de ese modo sino que lo hace por vía de “excepción” o “dádiva” desde el gobierno nacional y cuando la voluntad de éste así lo dicta. 

Conclusión: la Constitución Nacional y los fines del Preámbulo se observan cada vez más distantes, y con una Argentina fracturada y dividida socialmente que, además de estar brutalmente empobrecida y endeudada, se acostumbró a esperar milagros como el Plan Belgrano para salvar su economía.

 

 Ángel Ricardo Granizo
  Abogado MP 1583
  DNI: 25.928.096

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Comentarios

12/3/2018 | 10:03
#149006
La ruta Andalgala - Belen , largamente anhelada por estos departamentos, es parte del plan Belgrano. ¿ Se enteraron?Parece que si la obra no se hace en Capital no existe.

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