Opinión
Reflexiones sobre la coyuntura actual
Antes de desarrollar algunas reflexiones sobre la difícil coyuntura actual, quiero aclarar que los economistas adolecemos de un gran defecto. Esto es que, desencadenada una crisis, explicamos con lujo de detalles los motivos que la generaron, lo cual es relativamente sencillo. Lo difícil es predecirla, dando sus razones.
El gobierno nacional, como sabemos, heredó un elevadísimo gasto público y ante ello optó por una política de ajuste gradual por entender que una política de shock le iba a generar fuertes tensiones sociales que le resultarían extremadamente difícil sobrellevar (la modificación del ajuste de las jubilaciones se hizo con una fortísima represión) pensando en razones electorales.
La política de ajuste gradual hizo que el gobierno tomara elevadas deudas en dólares y en pesos. El gobierno tuvo acceso a los mercados internacionales de deuda porque existía una alta liquidez internacional y el nivel de endeudamiento en dólares del Estado argentino, comparativamente con el resto de países emergentes, en general, era bajo.
Algunos economistas alertaban que el financiamiento externo se podría interrumpir, cuestión que a comienzo de año no se veía como muy probable, pero finalmente ocurrió. Paradójicamente, un mes atrás, la economía funcionaba con cierta normalidad y de repente se produjo una fuerte corrida contra el peso, consecuencia básicamente de la falta de confianza de los operadores del exterior potenciado, en menor medida, por el impuesto a la renta financiera de reciente aplicación y la suba de la tasa de interés de los EE. UU.
Más allá que el gobierno cometió errores que fueron minando su credibilidad (realizar el ajuste de manera muy gradual, ejecutar un ambicioso plan de obras con endeudamiento público, marchas y contramarchas en la política cambiaria y de precios, objetivos de tasas inflación inalcanzables), a mi entender, el detonante de la corrida contra el peso se produjo por la muy elevada deuda en pesos del Banco Central, con vencimientos casi inmediatos. Aclaro, con honestidad intelectual, que veía la presente corrida contra el peso muy posible a partir del mes de marzo pasado.
A esta altura cabe preguntarse cómo es posible que el Banco Central concentrara altísimos vencimientos de deuda en pesos a muy corto plazo y no a través de la emisión de títulos de deuda a mayor plazo. La explicación más plausible que se me ocurre es que colocar deuda nominada en pesos, a mayor plazo, le resultaba muy difícil y la alternativa de dolarizar dichas deudas si bien el mercado las aceptaría, el endeudamiento en moneda extranjera del Estado argentino alcanzaría comparativamente el nivel del resto de los países emergentes, lo cual le dificultaría seguir tomando deuda del exterior a futuro.
El gobierno, principal responsable de la presente situación, tiene por delante muy fuertes desafíos, como solucionar los elevados déficit fiscal (desequilibrios entre ingresos y egresos del sector público) y externo (desequilibrios entre ingresos y egresos en moneda extranjera por exportaciones e importaciones, turismo, intereses, utilidades y dividendos, etc.). Una tarea, claramente, muy compleja.
Lic. Guillermo Nazareno