Por Dr. Arturo Juan Figueroa (*)

El pasado 11 de mayo se cumplieron 185 años de su nacimiento. Ese día se realizó un acto oficial en Piedra Blanca.

Es importante movilizar la causa para que pronto veamos beatificado al Siervo de Dios.

Al respecto, la Agencia Informativa Católica Argentina (AICA), cuyas noticias llegan a toda la Argentina y al Vaticano, publicó ese día 11 de mayo una interesante nota recordando mi artículo aparecido en esta provincia, en el cual me refería a un aspecto poco o nada conocido del tema; la intervención feliz del Dr. Manuel Río, quien fuera embajador ante la Santa Sede, para rescatar el entonces dormido Proceso de Beatificación de Esquiú, iniciado en Córdoba en 1926 y concluido en 1946, remitiéndolo a Roma.

Estudiado entonces por dos teólogos de la Congregación de los Ritos, uno de ellos puso objeciones, por lo que se dictó el decreto de “non ese procedendum ad ulteriora” (no se puede seguir adelante). Se archivó la causa.

El embajador Río, cordobés que mucho apreciaba la figura de Esquiú por haber sido Obispo de su provincia natal, rescató la causa y fue él quien logró que siguiera su curso.

Reiteradamente veía al Papa Pío XII haciendo gestiones y presentando documentos consiguiendo que la dormida causa se desarchivara y siguiera su curso. Así consiguió que la Congregación de Ritos dictara el decreto “procedature ad ulteriora” (se puede seguir adelante).

Todos estos importantes datos los tuve en mis manos cuando fue en la Cancillería Argentina subsecretario de Estado de Culto de la Nación, enterándome así de este formidable accionar del embajador Río, a quien conocí cuando al realizar un viaje de Estado al Vaticano en 1993, y con mi especial interés en la causa (más aun por ser de origen catamarqueño, desde mediados del siglo XVIII, y tener mi madre una antigua finca en las cercanías de su casa natal).

Y es así que encontrándome en Francia por haber participado, invitado por el Superior de los padres lourdistas, Orden tan allegada a Catamarca y Tucumán, al Capítulo General reunido para elegir al Superior General, culminado el mismo me dirigí a París visitando en su casa al Dr. Río, mostrándome muchas carpetas, escritos y antecedentes con los cuales consiguió la noble tarea de rescatar la causa.

Y a pesar de su avanzada edad, recordemos que falleció faltándole pocos meses para cumplir cien años, seguía interesándose. Le escribía al embajador argentino en Francia, donde residía Manuel Río, para que el canciller argentino se interesara en hacer activar la causa.
El Dr. Río insistía recordando que el “Acta Apostolicae Sedis” aseveraba que Esquiú ha sido a la Argentina como su Patrono por la Divina Providencia.

Y el artículo de AICA que mencionamos recuerda que en abril de 1990 escribí un memorándum con antecedentes de Esquiú, el que fue remitido a nuestra embajada en la Santa Sede a fin de ser agregado a la causa de Canonización. Además, en el Vaticano tuve reuniones con Discasterios y cardenales.

Ahora que se está activando la causa, y con el viaje al Vaticano del señor obispo de Catamarca, de la Gobernadora y la presencia en Catamarca del vicepostulador de la causa, esperemos se reúna todo el material y antecedentes como hizo el Dr. Río ante SS el papa Pío XII, para que llegue a feliz término la causa con nuestro Santo Padre Francisco.

(*) Exsubsecretario de Culto de la Nación