Columna de opinión de Germán Vittore

“Mareas verdes”, imparables

domingo, 17 de junio de 2018 00:00
domingo, 17 de junio de 2018 00:00

Devaluación, inflación y distribución del ingreso.

 

Dos “mareas verdes” imparables hicieron historia esta semana. Una promovió e impulsó la aprobación en Diputados de la ley de aborto seguro, legal y gratuito, un gran avance de nuestra democracia, que ojalá se consolide en el Senado, y la otra llevó nuevamente a niveles récords la cotización del billete verde que cerró la semana pisando los ¡$29!

Esta marea (de billete) verde se llevó puesto a Federico Sturzenegger, que “tuvo” que renunciar al BCRA y trajo en su reemplazo al “ex JP Morgan y endeudador serial” Luis Caputo. Nada, nada cambia, sino que la fiesta continúa pero con más fuerza.

Sin dudas, hoy las buenas noticias son solo por la media sanción de esta importante ley, ya que esta “nueva corrida cambiaria” es una pésima noticia para la realidad económica de la mayoría del pueblo argentino.

¿Por qué es una pésima noticia no administrar y que se siga disparando el dólar?
Porque una fuerte devaluación del tipo de cambio, en nuestro país es la principal causa que genera “inflación” (que menoscaba ingresos, empobrece y genera hambre en nuestra población).

Para comprender esto tomemos como testigos y veamos qué ocurrió, en estas semanas, con los precios de la “carne vacuna” y del “pan”. Los primeros incrementaron entre 10 y 15 % y los segundos entre un 25 y 30 % (en los principales comercios de nuestra ciudad, en promedio, un “blando” pasó de $180 a más de $200 el kg y el “pan francés” pasó de $40 a más de $50 por kg). Estos incrementos vienen acompañados de fuertes caídas en el consumo de estos dos productos esenciales de nuestra canasta básica alimentaria. Demuestran una cruenta realidad, donde no solo todos perdemos fuertemente poder adquisitivo y calidad de vida sino que a la mayoría ya le está costando llegar a fin de mes, comienza a empobrecerse y a no poder alimentarse correctamente.

¿Por qué incrementó de esta manera el precio de la carne y del pan? 
Por la llegada a precios internos de la gran “devaluación de mayo” que elevó la cotización del dólar de $20 a $25 (que hoy ya está en $28,84, ¡por Dios!) y encareció los cereales y oleaginosas (maíz, trigo, sorgo, soja, girasol, etc.) que son la base de todos nuestros alimentos (son la materia prima para la producción de las carnes -vacuna, porcina y aviar-, leche, aceites, harina, etc., etc.). 
¿Por qué ocurre esto? Porque estos cereales y oleaginosas son “commodities” (productos producidos por la tierra y demandados por todo el mundo) que tienen un único valor internacional y que se encuentran medidos en dólares. Por ende, una suba en el tipo de cambio encarece su valor en pesos. 

Sin regulación alguna que garantice el abasto interno y sin las “retenciones a las exportaciones” que (entre otros objetivos, como el de generar ingresos progresivos al Estado) compensen o desenganchen los precios internos de los externos, si los argentinos no pagamos el nuevo valor en pesos (luego de una devaluación) a los grandes productores agrícolas, a los grandes pools de siembra y acopiadores, a las grandes empresas (Loius Dreyfus, Cargill, Bunge, AGD, etc.) que concentran la exportación de estos cereales, éstos los exportarían directamente y desabastecerían al mercado local. 

De esta manera es cómo un incremento en la cotización del dólar impacta directamente y sin contemplación alguna en el costo interno de las materias primas para producir todos nuestros alimentos. Si a esto le agregamos los incrementos fortísimos en los “combustibles” y en las “tarifas” de los servicios públicos (liberados y “dolarizados”), que le pegan transversalmente a toda la cadena de valor (flete, distribución, producción, comercialización, etc.), encontramos las principales causas del actual incremento del precio de la carne y del pan que estamos sufriendo. 

 

Datos a tener en cuenta:
 

• La “cotización del dólar” incrementó un ¡25 %! entre abril y mayo (y en lo que va de junio ya se devaluó un ¡15 % más!). 
• El “maíz” y el “trigo”, en esos meses, incrementaron su valor en pesos un 25 % y un 33 % respectivamente (no es difícil ver la directa relación entre los incrementos y la suba del dólar, ¿no?).
• El 80 % del costo de producir un kg de carne vacuna está directamente relacionado al valor de estos cereales (maíz, sorgo y soja principalmente) y el 25 % del costo total de producir un kg de pan lo representa la harina (trigo).
• Los “combustibles”, que subieron hace poco un 5 % y lo seguirán haciendo en un 3 % mensual, ya acumulan más de un ¡80 %! de incremento en estos casi 2 años y medio de gestión.
• Las “tarifas” de energía y gas, que no tienen techo aún, sufrieron incrementos obscenos y prohibitivos del 1.500 % y de hasta el 1.000 % respectivamente.

¿Queda claro cómo ciertas medidas de política económica que implementó el actual gobierno (# liberar el tipo de cambio, # eliminar y reducir las retenciones a las exportaciones, # quitar subsidios, # haber dolarizado el precio de los combustibles y el de las tarifas de los servicios públicos, etc.) son las principales causantes de la fortísima suba en los precios que estamos sufriendo?

Si queda alguna duda o se desea profundizar estos conceptos, recomiendo la lectura de mis columnas “Devaluación, la gran generadora de inflación” (publicada el 17/07/17), “Deben volver las retenciones a las exportaciones” (del 23/07/17) y “Libre Mercado ¡a pleno!, las naftas a precios internacionales y atadas a la cotización del dólar” (del 01/10/17), que podrán encontrar en la versión digital del diario o en mi página de Facebook, “La Clave Económica”.

¿Y la emisión?
Abro paréntesis. Comprendido esto, les consulto: ¿cómo juega en esta realidad la regla económica liberal y monetarista, que todos bien conocen, que dice que solo “el déficit fiscal y la emisión monetaria generan inflación”? Cierro paréntesis.

Para ir concluyendo el análisis, nos preguntemos: ¿A dónde piensan que van a parar los mayores ingresos que destinamos todos cuando adquirimos los (cada vez más caros) alimentos básicos para nuestra subsistencia, cuando cargamos combustible (con fuertes subas) o pagamos las (exorbitantes) tarifas de los servicios públicos? 
Esos mayores ingresos que perdemos y que nos empobrecen cada día más tienen como destino directo las arcas del complejo agroexportador concentrado, petroleras y empresas generadoras y distribuidores de los servicios públicos. De esta manera se convalida la gran redistribución (regresiva) del ingreso que promovió este gobierno (de nuestro bolsillo hacia los grandes ganadores de este modelo económico, donde falta agregar al sistema financiero nacional e internacional, claro está, ¿no?). 

¿Se entiende cómo se genera pobreza y se hambrea a todo un pueblo? ¿Se entiende por qué el consumo interno cae estrepitosamente y de manera continua desde que asumió el actual gobierno y cómo las ganancias de estos poderes concentrados y amigos se agigantan? ¿Se entiende para quiénes se gobierna?

Es lamentable e indignante ver cómo en un país que produce alimentos para darle de comer a gran parte del mundo, fruto de decisiones de un gobierno neoliberal que no defiende a los más vulnerables de nuestra sociedad, se acrecienten aun más la pobreza y el hambre.

Me despido anhelando que llegue el día en que las mismas mareas verdes, más las de todos los colores que existan, promuevan e impulsen leyes que eliminen el hambre en nuestro país, leyes que promuevan al crecimiento y el trabajo (no más ajustes y endeudamiento improductivo), que nacionalicen y pongan a disposición de los argentinos los recursos naturales estratégicos para nuestra economía y garanticen el autoabastecimiento de los alimentos necesarios para nuestra población.

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