Aún queda en la memoria colectiva y late en los corazones de todos los católicos del departamento de Valle Viejo, el recuerdo que  será siempre perenne; cuando la Sagrada Imagen de la Virgen del Valle visitaba su primer hogar: “La Emita”, el día sábado 7 de abril de 2018, dando por inicio a las solemnidades de la primera función anual de la Sagrada Inmaculada Concepción.

Esta visita no fue un hecho fortuito, todo lo contrario, ya que estuvo enmarcada en una característica particular: recrear un “ hecho histórico”, pues un 7 de abril de 1695 y por iniciativa de su gobernador Bartolomé de Castro; decide en solemne peregrinación trasladar la bendita Imagen hacia la Capital de San Fernando del Valle de Catamarca, que había sido fundada el 5 de julio  de 1683; la  cual no se hacía plenamente efectiva por causas económicas y porque los pobladores permanecían fieles al culto de la Morena del Valle.

Ese día que la Virgen regresó a su primer hogar, luego de 323 años, a la Ermita, fue un día de júbilo y esplendor; todas las instituciones políticas, educativas; religiosas y pueblo todo, le tributaron innumerables muestras de fe; los preparativos previos a ese día estuvieron impregnados de entusiasmo y fervor.

Y el día citado, cuando la imponente Imagen salió de la Catedral y  llegó a su primer santuario, recibió todas las muestras de fervor de amor y de fe. Y cuando Ella emprendió su regreso en solemne peregrinación hacia la Capital y acompañada por una multitud, quedó en todos los habitantes de Valle Viejo y de los departamentos aledaños que  llegaron para tributarle también su veneración, la gran e inmensa emoción de  haber compartido todo con su Madre Bendita y la clara convicción de que colmó sus corazones de tantas y más bendiciones.

Hoy que transitamos fervorosos hacia los 400 años de su aparición en Choya, que todos los católicos sepamos fortalecernos en la fe que su Sagrada Imagen acompañe nuestro días, no solo en las tribulaciones, sino también en los días de júbilo y que reconozcamos en ella su insigne y fiel protección.

Prof. Viviana Bonader