A Telón Abierto

viernes, 21 de abril de 2017 00:00
viernes, 21 de abril de 2017 00:00
Confirmando un adelanto de esta columna, tendrá lugar esta tarde el homenaje a quien en vida fuera un destacado artista catamarqueño: Julito Quiroga. El diminutivo de su nombre de pila sintetiza el cariño y el respeto que a lo largo de una larga trayectoria artística supo ganarse el humorista que durante casi cinco décadas trabajó para entregar una sonrisa en todas las peñas y festivales folklóricos de la Catamarca, como así también en importantes escenarios a nivel nacional, como es el caso puntual del Festival de Doma y Folklore de Jesús María, Córdoba, donde fue figura destacada durante una década con el padrinazgo artístico de un grande de la locución: Luis Oscar Aisa. Precisamente la imitación al recordado maestro de ceremonia de tantos eventos era la principal atracción y uno de los momentos más celebrados de Julito Quiroga. Por iniciativa del concejal del Concejo Deliberante de la comuna capitalina,  Gilberto Filippin, hoy a las 19 se cumplirá el acto en el cual se impondrá el nombre de "Julito Quiroga” a una de las calles del Bº "Romis Raiden” en el Sur de la Capital. La locución estará a cargo de Cecilia Rasjido y serán muchos los amigos del desaparecido humorista que estarán presentes para testimoniarle su afecto en el recuerdo y el reconocimiento a su exitosa carrera, entre ellos: Los de Catamarca, Carlos Arréguez, Norma Halmallán, Julio Herrera, La Troya, Kako Nieto y Yuri Salguero. Allá por los inicios de la década del `60, Julito Quiroga supo compartir junto a consagrados del espectáculo nacional programas de humor junto a figuras como Horacio Bruno "El Correntino”, Juan Carlos Calabró, Juan Carlos Mesa y "El Soldado Chamamé”, por nombrar a algunos de los artistas que conocieron de las cualidades del catamarqueño
 
 

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  Bajo el título de "Todo tango es político”, el diario porteño La Nación, en su edición del pasado martes, le dedicó un par de páginas a un informe en el destaca  que: "El espíritu rebelde de (Enrique Santos) Discépolo –autor de Cambalache- renace en otra generación”, señalando en tal sentido que una nueva camada de autores retomó el espíritu crítico y social del genial ‘Discepolín’ para retratar la Buenos Aires del siglo XXI. En un recuadro aparte, titulado "El libro de quejas del arrabal”, el artículo en cuestión indica que las letras sociales estuvieron presentes desde la década del ‘30. El texto dice: "Hay que rastrear la historia del tango político en autores como González Castillo, un letrista anarquista que se jugó mucho en un momento bastante tremendo como la década del veinte. Mucho más atrás, en 1901, un tango anarquista de autor anónimo llamado ‘Guerra a la burguesía’ señalaba: ‘Querrá la gente burguesa/sin distinción de color/que chupa la sangre humana/del pobre trabajador’. Ese espíritu rebelde ya respiraba en los primeros tangos. Además de ‘Cambalache’, de Discépolo, otros autores se posicionaron frente a la década infame. El joven compositor Celedonio Flores (uno de los preferidos de Carlos Gardel, a quien le grabó `Mano a mano`) escribió el tema `Pan`, que cuenta la historia de un hombre que cae preso por  salir a robar comida para su familia. Otro que hablará de la época de ‘mishiadura’ será Enrique Cadícamo en ‘Al mundo le falta un tornillo’. Y Homero Manzi retratará como nadie el barrio pobre suburbano. Los poetas del tango siempre usaron la realidad como escenario. Lo dijo alguna vez Osvaldo Pugliese: ‘El tango es el gran libro de quejas del arrabal’”. Para ponerle un "chan-chan”.
 
 

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   "Se siente, se siente, ya el Poncho está presente”, cantaría la popular de cualquier peña por estos días en alusión a la esperada nueva edición de la Fiesta Nacional del Poncho, prevista entre el 14 y el 23 de julio próximo, en el aniversario número 50 del mejor festival del país, como lo dio en llamar esta columna hace varios años. Y a raíz de los acontecimientos de público conocimiento que se viven en Buenos Aires y, en menor medida en el resto del territorio nacional, sintetizados en el término "grieta”, nos parece oportuno volver a insistir en algo fundamental: considerar al Poncho como la prenda capaz de unir a los catamarqueños en un profundo sentimiento de hermandad, sin distingos de ninguna naturaleza, en un claro intento de abrazar al resto de los compatriotas con un sincero mensaje de armonía, tan necesario en los tiempos difíciles que vivimos los argentinos. ¿Qué espera de nosotros el Poncho de las Bodas de Oro? Creemos que, simplemente, lo tratemos bien, con respeto y afecto. Que seamos capaces, entre todos, sin egoísmos ni mezquindades, de ser dignos anfitriones de una fiesta que colocará a Catamarca en la vitrina grande de los extraordinarios acontecimientos populares. Sabemos, por experiencias vividas, que una convocatoria como el Poncho encuentra en su camino elogios y reproches, críticas y alabanzas. Pero insistimos: ALGO, ALGUNA VEZ, NOS TIENE QUE ENCONTRAR UNIDOS A LOS CATAMARQUEÑOS y un sello distintivo como el Poncho nos vuelve a  poner ante el desafío de si somos capaces de aceptar, o no, la digna tarea de mostrarle al mundo entero que valoramos en su justa dimensión ese preciado patrimonio que se llama artesanía. Alguna vez, también, trabajemos pensando en el bien común y que, al final de la jornada, el mejor aplauso sea para los habitantes de esta tierra y no para la figura de moda que pueda estar unos minutos arriba del escenario. Solamente de nosotros depende hacer quedar bien a Catamarca, que no es poca cosa. Y el Poncho es el mejor pretexto para dejar atrás viejos rencores y banderías políticas que nos puedan dividir. El Poncho precisa lucir sus mejores galas en el medio siglo de vida que cumplirá el 5 de julio venidero. De nosotros depende rendirle el homenaje que se merece, por permitirnos sentirnos orgulloso de la calidad artesanal que tenemos para mostrar. Hasta el martes.
 

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Comentarios

21/4/2017 | 17:20
#149006
El Kelo este hace recorte y pegue de los diarios. Cómo extrañás a Oscar, no? Salud por eso...