A propósito de algunas pretensiones que seguramente se acercarán por estos días al Predio Ferial, donde funcionan las oficinas de la secretaría de Cultura y en relación a la Fiesta Nacional del Poncho, que se apresta a cumplir sus Bodas de Oro en julio próximo, consideramos oportuno recordar lo que ya contamos hace varios años en esta misma columna. La anécdota tuvo como protagonista a Alfredo Gómez (ex diputado provincial), quien lideraba el grupo "Retumbo”, una expresión artística que basaba su contenido en danzas y destrezas tradicionales de nuestro folklore y el humor, habiendo logrado celebradas actuaciones en nuestro medio e incluso una gira por países de Europa. En esas mañanas de café que suelen darse en los bares de alrededor de la plaza 25 de Mayo, Gómez fue consultado sobre si ya había presentado su cachet para actuar en la Fiesta Nacional del Poncho. Sin titubeo alguno, respondió de manera categórica: "En honor a la verdad, no. ¿Y sabés por qué? Porque el número no ensaya hace como cuatro meses y me parece una falta de respeto pretender actuar en un escenario al que le tengo mucho respeto como es el del Poncho”. Más de uno de los que compartían la mesa se quedó mudo y asombrado, tal vez porque terminaban de escuchar una respuesta poco frecuente en el ambiente artístico local y porque además, podemos dar fe desde esta columna, Gómez cumplió con su palabra y "Retumbo” no figuró en la cartelera de la fiesta de las vacaciones de invierno. Sirva el ejemplo para muchas de las expresiones artísticas de Catamarca que, como decíamos en nuestra entrega anterior, se acuerdan que son artistas cuando el Poncho comienza a desperezar sus flecos y abre sus generosos brazos esperando la convocatoria festiva. A esta altura de los acontecimientos, creemos que el Poncho merece un poco más de respeto. Y de manera especial cuando se apresta a cumplir sus 50 años. Diría una conocida aspirante a vedetonga: "Lo dejo a tu criterio”.

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"El artista de las siete vidas”. Así, bajo ese título, la sección "Crónicas” del diario La Nación, dedicaba días pasados un extenso artículo sobre la actualidad de uno de los grandes cantores y artistas del espectáculo nacional: Raúl Lavié. Protagonista del musical "Jekyll Hyde”, el "Negro” Lavié hace un repaso de su vida artística y recuerda, entre otras cosas, que estrenó la letra de "Adiós, Nonino” en Mar del Plata, cuando el genial Astor Piazzolla fue declarado ciudadano ilustre. Dicen que en la primera fila estaban sentados Astor, su mamá y Eladia Blázquez, autora del texto. A Lavié le costó descubrir que su voz profunda sería la que le cambiaría la vida: "En el colegio no me podían hacer ir a la hora de música. No me interesaba. A mí me encantaban el dibujo y la pintura. Buscaba excusas, pedía permiso para faltar a la clase y quedarme garabateando en el pizarrón. Fueron mis amigos los que me empujaron a intervenir en un concurso de canto que organizaban en la iglesia del barrio. Cuando empecé a dedicarme, a cantar en la radio, a participar en una orquesta de trabajadores de campo y a poder ayudar a mi casa, mi sensación cambió. Al tiempo me echaron de la Orquesta Típica de Rosario porque decían que no servía para cantar. Eso me dio la posibilidad de viajar a Buenos Aires y caer, de casualidad, a una radio, donde me hicieron cantar. Así comenzó esta historia que ya lleva 60 años”, recuerda Lavié. Cuenta que alguna vez se preguntó: "¿Quiero ser cantante o quiero ampliar mis posibilidades artísticas?”. Agrega: "Por suerte alguien me escuchó, creyó en mí y me dio la posibilidad de debutar en un teatro en 1965”. Ya había hecho televisión en Canal 7 y luego una carrera eterna en el Trece. Con Piazzolla recorrió el mundo, triunfó en Broadway, cantó en todos los escenarios de Europa, fue el Hombre de la Mancha y Zorba el Griego, fue ilustre partenaire de Libertad Lamarque, Valeria Lynch y tantos artistas más. Recuerda que "yo canto siempre y canto de todo. Esa es mi diversión, mi libertad dentro de la música. Siempre busco abrirme a nuevos géneros. No soy distinto cantando un tango, una chacarera o un tema como ‘A mi manera’. Siempre soy yo. Mi voz fue un don del cielo y trabajé por mejorarlo. He cuidado, mejorado y respetado mi voz desde siempre, en agradecimiento al privilegio que me tocó”. Raúl Laviè, el bien llamado "artista de las siete vidas”.

   

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 A cien años de "La Cumparsita”. ¿Qué tal? En su edición dominical, el diario cordobés La Voz del Interior entrega un artículo en el que da cuenta de que la obra "La Cumparsita”, creada por el músico uruguayo Gerardo Matos Rodríguez, cumple 100 años este 2017 y que "si bien no hay una ‘fecha oficial’ de su creación, se recuerda el día de su estreno: el 19 de abril de 1917, cuando se presentó en el bar La Giralda de Montevideo. La obra fue creada como una pieza instrumental, una marcha de los estudiantes universitarios para la comparsa de carnaval. Tras su estreno en Montevideo, la marcha no tuvo grandes repercusiones hasta que en 1924 los bonaerenses Enrique P. Maroni y Pascual Contursi escribieron ‘Si supieras…’, letra que sirvió para popularizar la pieza, pero que también generó varias polémicas sobre su autoría. Ese mismo año, Carlos Gardel la interpretó por primera vez y entones se popularizó realmente. Al enterarse de lo que estaba ocurriendo con su obra, Matos Rodríguez argumentó que su composición ya tenía letra y comenzó una batalla legal por sus derechos. En 1997, el Poder Legislativo uruguayo la declaró Himno Cultural y Popular de Uruguay. Fue incorporada por la Unesco a la Lista Representativa del Patrimonio Cultural de la Humanidad y se erigió como el himno mundial del tango. En Uruguay, ‘alfombraron’ una calle con la partitura de La Cumparsita”. Hasta el martes.