Un emotivo y merecido homenaje se realizó en la noche del miércoles 19 en el escenario mayor del Poncho a la figura de Federico Raúl Argerich, quien en 1967 fuera el principal impulsor de la mayor fiesta folclórica de los catamarqueños.

Hace cincuenta años, en su calidad de Director de Turismo de la provincia, Argerich fue el presidente de la Comisión Central de la Primera Fiesta Nacional del Poncho. Su nombre está estrechamente ligado a la cultura catamarqueña por lo que, en un acto de verdadera justicia, la presente gestión de la Secretaría de Estado de Cultura de Catamarca decidió imponer el nombre de "Profesor Federico Raúl Argerich” a la edición número 47, en coincidencia con las Bodas de Oro de su creación.

 

El reconocimiento se efectuó promediando la noche con la presencia de familiares, cuando se encontraba en escenario el conjunto La Vorágine, que es liderado por Raúl, hijo de quien fuera alma mater del Poncho. La formación realizó un show basado en un repertorio folclórico, del cual sobresalió la interpretación del tema Zamba Para Mi Poncho, perteneciente a Quique Sánchez Vera y René Vargas Vera.

La noche tuvo su plato fuerte con la presencia del dúo Coplanacu, que puso en escena una sobresaliente actuación, que se constituyó en el broche de oro de la jornada. Fiel a su costumbre, Julio Paz y Roberto Cantos mostraron la legitimidad de una propuesta que lleva más de treinta años recorriendo escenarios y que, cada vez que se presentan en el Poncho, no tarda en entablar una comunicación especial con el público, que no duda en bailar y agitar pañuelos al ritmos de las chacareras y zambas que nutren su oferta musical.

Con un clima festivalero bien en alto, los Copla reiteraron su afecto por esta provincia y en especial por este festival, valorando haber sido convocados para ser parte del Poncho de Oro. Una ovación comenzó a marcar el final de su show, cerrando con las reconocidas versiones de El Escondido y Luna Santiagueña. Fiesta total.

Otra propuesta nacional que tuvo la séptima noche fue la presentación, tras un largo tiempo de ausencia, del folclorista chaqueño Franco Barrionuevo, que entabló rápidamente una conexión con los asistentes, generando un marco de fiesta con gente bailando en los pasillos. Su influencia santiagueña queda en claro en la elección de su puesta en escena, dejando lugar para complacer los pedidos del público con temas como Gustito a Mistol, Anaranjado y Fábula de Amor. Espectáculo con aire a chacarera santiagueña.

Un año más, el Poncho tuvo la presencia de los salteños Diableros de Orán. Gastón, Ricky y Sebastián Córdoba realizaron su aporte a pura zambas carperas de autores como Yuyo Montes, Daniel Cuevas, Hugo Casas, Cuchi Leguizamón, entre otros, que conforman su placa "Huellas” para que el público catamarqueño disfrute de una propuesta que nunca defrauda.

Entre las propuestas locales sobresalieron las puestas en escena del tanguero Juan Lapacho con una obra musical de Jorge Paolantonio, el conjunto andalgalense Chelemín, y la formación de Los Quilmeños, que regresaron al escenario mayor en esta edición y dejaron en claro por qué se constituyen en una propuesta ascendente dentro del contexto folclórico catamarqueños.

Los hermanos Mario y Emilio Rodríguez trajeron el calor a la noche con un show compacto, dinámico y bien festivalero, que incluyó hasta un joropo colombiano que motivó un fuerte aplauso de los presentes. El destacado cantautor local Carlos Arréguez conformó a todos con un show de jerarquía, cerrando con temas "Se que te enamoraras” y "Nuestro Poncho” con el acompañamiento de destacados músicos locales como Fernanda Cruz, Lorena Carrizo, el dúo Raza Mía y el joven Emanuel Figueroa.

El dúo Amistad, la delegación de Santa Rosa y el ballet Arte Nativo aportaron sus espectáculos para que la noche se mantenga en alto y el público disfrute de cada una de las presentaciones artísticas. La formación oriunda de Laguna Blanca, Los Hilos del Viento, evidenció una consolidación artística mostrando su notable calidad musical, acrecentada tras ser Revelación del festival en el año 2013. El rodeino Torito Arce y los conjuntos de El Algarrobal y Los Hechiceros efectuaron su aporte de nivel a una noche especial