“En ningún momento dudé de no poder llegar al Mundial”, consideró Lucas Biglia luego del entrenamiento matutino con la selección argentina. En un extenso diálogo con TyC Sports, el jugador se mostró tranquilo y contento con la rápida recuperación de su lesión en la zona lumbar.

“Llegué el martes desde Italia y me puse a trabajar a la par de mis compañeros y eso fue la mejor alegría, lo más gratificante que podía esperar”, dijo el volante, que parte como favorito para ser titular en el centro de la cancha.

En otra parte de la charla, se refirió al tema que vuelve a parecer en el horizonte: el peso de las frustraciones recientes que la generación de jugadores que integra arrastra en la selección. Biglia representa todo ese cúmulo de finales perdidas con una frase que los pinta de cuerpo entero: “Hasta ahora nos dimos contra la pared y un día la vamos a romper, la dije en su momento y la sostengo. Porque ninguno de nosotros se fue a mirar la cantidad de chichones que debemos tener”.

En ese grupo de notables hay uno que ya no está: la lesión de Sergio Romero significó la pérdida de un referente del grupo.

“Nos enteramos al mediodía de lo que le había pasado algo en entrenamiento y cuando terminamos nosotros de entrenarnos nos enteramos de la decisión que tomó el cuerpo técnico y del parte médico. Nosotros hablamos mucho del tema de los dolores y de aprender a sobreponernos a ellos. Él estaba muy triste, quería intentar estar, pero la decisión fue más que nada por su salud. Estamos todos tristes por lo que significa Sergio, es un referente. Pero hay veces que hay que poner primero la salud”, describió.

“Lo del ‘Papu’ lo dejé ahí”

El jugador no evitó el tema del golpe que recibió de “Papu” Gómez en el último Atalanta-Milan y que le valió un nuevo dolor en la espalda, la lesión que ya tenía afectada. Esperó una disculpa en el momento, que nunca llegó, pero entendió que su objetivo debía ser recuperarse lo más rápido posible para llegar en condiciones a la concentración argentina. “El día anterior al partido con Atalanta me llamó el entrenador y me dijo que quería que jugase ese encuentro y que presentía algo malo, pero que iba a confiar en mí. Sabía que el ‘Papu’ estaba atrás de mí, pero pasó y lo dejé ahí. Se generó más revuelo de lo que fue”, señaló el volante.