Apuntes del secretario

jueves, 8 de diciembre de 2016 00:00
jueves, 8 de diciembre de 2016 00:00

El gobierno nacional sumó, en la noche del martes, su segundo revés consecutivo en menos de 15 días. La oposición juntó todas las tribus -Frente Renovador, Frente para la Victoria, PJ, GEN y Libres del Sur- y rechazó el proyecto oficial sobre el impuesto a las Ganancias y a posteriori, le dio media sanción a uno que eleva el mínimo a $33.500 para solteros y $44.000 para los casados con dos hijos. Diez días atrás, como se recordará, alentada por varios gobernadores peronistas, la cámara de Senadores de la nación había rechazado la reforma electoral que pretendía Mauricio Macri, lo que representó el primer cortocircuito serio desde que asumió la presidencia. La semana que viene, primero en comisión y luego en el recinto, continuará el debate -ahora entre senadores- para decidir la ley de Ganancias, un gravamen contra el salario que, desde hace años, genera hondas polémicas, como que fue "caballito de batalla” en la campaña proselitista que terminó ungiendo a Mauricio Macri.

 

En las iniciativas anteriormente apuntadas, algo tiene que ver Catamarca, su gobernadora y los legisladores nacionales peronistas y/o kirchneristas que nos representan en el Congreso. En lo que respecta a Ganancias, todos (Verónica Mercado y Néstor Tomassi) votaron a favor del acuerdo Massa-Kicillof-Bosio-Donda-Stolbizer que, efectivamente, como se dijo en el recinto, favorece a los trabajadores, pero podría producir recortes en los envíos de coparticipación federal, sustento fundamental de todas las provincias argentinas. Eso lo sabe perfectamente Lucía Corpacci que, a su vez, mantiene negociaciones con la Casa Rosada por un ramillete de temas y como tercera autoridad del Consejo Nacional Justicialista (la primera es Gioja y la segunda Daniel Scioli), está casi obligada a seguir los criterios de los gobernadores peronistas que, desde hace un año, vienen actuando en bloque detrás de sus senadores. Esta situación abre el último interrogante para la semana venidera en la cámara alta: ¿cómo votarán Dalmacio Mera e Inés Blas de Zamora? Oscar Castillo, como integrante de la alianza Cambiemos, seguramente lo hará en contra de los trabajadores que piden no pagar el polémico impuesto.

 

Es tan compleja la situación, que se ha planteado entre el gobierno nacional y los gobernadores que detrás del impuesto a las Ganancias están las inversiones mineras. La cosa es así. El costo fiscal que tendría el proyecto aprobado el martes es de unos 60.000 millones de pesos y según sus mentores, se cubriría con nuevos impuestos al juego, a la renta financiera y a la aplicación de retenciones a la minería que el presidente Macri, junto a los gobernadores de San Juan y Catamarca, había anulado a poco de arrancar su gestión. Obviamente, la cuestión minera es de alta sensibilidad para el presente y futuro de la provincia que, como se sabe, finca sus posibilidades de desarrollo en la actividad extractiva. Por lo tanto, la gran discusión que comenzó hace 48 horas en el Congreso de la nación, de ninguna manera, es ajena a los intereses catamarqueños.

 

La semana anterior, como se ha dicho, los gobernadores peronistas aconsejaron a sus senadores postergar para el año venidero el tratamiento de la reforma electoral. La noticia pegó duro en el poder y a partir de ella, se habrían prometido reprimendas para algunos gobernadores, como el formoseño Gildo Insfrán, el pampeano Carlos Verna y la santacruceña Alicia Kirchner, sin dejar de lado a los gobiernos de Tucumán, Catamarca y La Rioja. Conforme lo comenta el diario La Nación, la idea sería alentar candidaturas que, con fortaleza institucional y económica, puedan derrotar a dirigente que el PRO califica como "feudales”. En esa dirección, se considera que el senador Naidenoff o el ministro de Agricultura, Ricardo Buryaile, tendrían chances en Formosa; José Cano en Tucumán; Eduardo Costa en Santa Cruz; el "Colorado” Mac Allister en La Pampa y el ministro de Defensa, Julio Martínez, en La Rioja. Para Catamarca, los nombres que arriesga el diario metropolitano son Eduardo Brizuela del Moral y Oscar Castillo, aunque vengan de derrota en derrota a manos del peronismo. Como quiera que sea, es una apuesta. Lo gracioso del caso es que se estaría acusando a Corpacci de no querer el voto electrónico -verdadero motivo del distanciamiento- cuando en todo momento expresó su adhesión, con la aclaración de que debía darse a la gente, al menos en Catamarca, el tiempo necesario para instruirse en la nueva forma de sufragar.

 

Que un concejal nombre a dos de sus hijas en el cuerpo deliberativo que le toca actuar, a esta altura del tiempo, no debería llamar la atención. La gran mayoría de los políticos cuando llegan a ocupar algún cargo en lo primero que piensan es en la familia. El caso más patético, entre muchos otros, se registró hace dos semanas en Andalgalá. Allí se dispuso la cobertura de siete nombramientos entre los siete concejales. Todos, sin excepción, eligieron a un consanguíneo. Lo más lamentable de estos casos, de evidentes tintes nepóticos, son las explicaciones que dan para justificar medidas que caen muy mal en el seno de la sociedad. Por ejemplo, el concejal chacarero Daniel Nieva (FPV) -de él hablamos ahora- dice que nombró a sus hijas porque son idóneas y ¡vaya respuesta! porque son de su confianza. ¡Sin palabras! Además, sin sonrojarse, señaló que los dos nombramientos pertenecían al cupo que le correspondía. ¿En ningún momento pensó el concejal Nieva en los militantes del Frente para la Victoria que lo ayudaron a ganar la banca? Pareciera que no. Mejor, para él, fue la carambola a tres bandas: que junto a sus dos hijas se incluyan en el presupuesto de un Concejo Deliberante al que no se le conocen proyectos de trascendencia y ya supera los 100 empleados.

 Que se haya pensado en llegar a recurrir a un descuento en los sueldos de los funcionarios que, de por sí, ganan bastante poco, para pagar un bono de $2.000 a quienes perciben sueldos por debajo de los $20.000 refleja el momento económico, muy difícil, que vive la provincia. Tanto la gobernadora, como el subsecretario de Asuntos Municipales, Gustavo Aguirre, indicaron que no hubo ayuda de la nación y que el aporte solidario, que se traslada a los municipios (aunque sea de Cambiemos), se realizó con fondos propios. Obviamente se trata de algo injusto, pues la idea del bono de fin de año surgió de negociaciones de la nación con la CGT y nada tenían que ver las provincias. Más claro: el PEN, sin consultarlas, negoció por las provincias. ¿O no es así?

 

RECUERDOS NO LEJANOS. Como lo hacemos habitualmente, el último bloque pertenece a los recuerdos de hace 25 años.

Las autoridades electas el 1 de diciembre de 1991, lo mismo que los dirigentes de la UCR, se reunían el día 5 con el interventor federal de entonces, Luis Adolfo Prol. Acordaban el traspaso del mando, la ceremonia y los detalles finales de un proceso que, muy de cerca, fue seguido por todo el país. En aquel cónclave, donde se anunció que Aldo César Hugo Nieva sería el ministro de Economía y Nazareno, el presidente del ex Banco de Catamarca, estaban presentes el ministro Rodolfo Vacchiano, el gobernador electo Arnoldo Aníbal Castillo, el doctor Pedro Villarroel, el contador Aldo Sarquis, el licenciado Guillermo Nazareno y por cierto, el entonces diputado nacional Oscar Castillo. Al día siguiente, el intendente electo de la Capital, Eduardo Brizuela del Moral, se reunía con el saliente interventor municipal, Juan Carlos Fussi.

 El Esquiú.com.

 

Boni and Clo

Los corruptos K y los otros

 
 

 

 

 

Picadita mediante, Boni y Clo estaban sentados frente al televisor compartiendo "Intratables”. De pronto, se armó la discusión.
  -Boni: ¡Y dale con la corrupción! Parece que los únicos corruptos en este país son los compañeros K.
  -Clo: Digamos que tampoco son seguidores de Juan XXIII, "El Bueno”.
  -Boni: Son inventos de la prensa macrista.
   -Clo: Es tiempo de hacer un balance del año y la corrupción no puede estar ausente, mal que le pese mi estimado vecino.
   -Boni: Vecino nomás. Noto que cada vez me estima menos.
  -Clo: ¡No se haga el pulguiento para que lo rasquen a gusto! Está peor que Brancatelli usted.
  -Boni: Páseme el platito con aceitunas y no discutamos más. Quería contarle que su presidente Mauricio tuvo dos actos fallidos en un almuerzo con sus principales colaboradores.
  -Clo: Raro en él.
  -Boni: Cuentan que fiel a su costumbre de arengar a la tropa, don Mauricio, en medio de la comida, pidió silencio y dijo: "Y entre otras cosas vamos a terminar con la corrupción ¡En un par de días la vamos a legalizar!”.  
  -Clo: ¡Se le chispoteó!
  -Boni: Luego, un ministro le sugirió: "Tengo la solución para el país: le damos un cargo político a cada uno de los 40 millones de argentinos”. Y el jefe respondió: "Mmm… No me gusta la idea. Si todos somos políticos, ¿a quiénes les vamos a robar?”.
  -Clo: ¡Ave María Purísima!

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