Aunque no confirmó nada, Lucía Corpacci dejó abierta la puerta para el otorgamiento de una segunda mejora salarial para los empleados de la provincia. Más allá de la presión creciente de los sindicatos, en el gobierno se reconoce que el 30 por ciento que se terminó de liquidar este mes ya quedó desfasado ante una inflación que los cálculos más "optimistas” ubican en el 40-45 por ciento a fin de año. "No puedo decir que no va a haber incremento, pero puedo decir que es muy complicado”, fueron las cuidadas palabras de la mandataria para referirse a uno de los temas álgidos del momento. Su ministro de Economía, Ricardo Aredes, fue más preciso: "Hoy las condiciones no están dadas para que podamos producir algún incremento ni gastos extraordinarios en el manejo del personal y la nómina salarial”. El problema principal, por supuesto, es la considerable merma en los recursos de la coparticipación, de alrededor de 130 millones de pesos mensuales y el contexto recesivo general por el ajuste que el macrismo viene implementando desde inicios de año. De todas maneras, Lucía cree que los indicadores pueden mejorar y ahí cifra las expectativas de contar con una liquidez que financie el segundo aumento de 2016. La idea más fuerte que se maneja por el momento sería la de un plus "no remunerativo”, es decir, en negro.

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De todas maneras, para Corpacci el problema más urgente de atender es la elevada desocupación que registra Catamarca. Según datos difundidos ayer por el Indec, la provincia es la segunda en el ranking del NOA y en ese escenario, es determinante el parate en la obra pública que dejó a miles de personas en la calle, como reconoció el gremio Uocra. Por eso las gestiones incesantes de Lucía y sus funcionarios en los despachos de la Casa Rosada y los ministerios, para que se acelere la liberación de fondos que permita reactivar la infraestructura y con ella, el empleo.

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Dentro del negro panorama, habría un poco de alivio cuando lleguen los 780 millones del empréstito que tomó la provincia. Al ser coparticipado, se espera que la inyección de fondos frene un poco la caída y dinamice toda la actividad económica, especialmente en el interior.