El pasar de los días dirá

martes, 24 de octubre de 2017 00:00
martes, 24 de octubre de 2017 00:00

Que un grupo de electores tomó la decisión de invertir su voluntad democrática en las urnas, con respecto a su decisión en las elecciones Primarias, con el objetivo claro de no resignarse a ver una concentración puntual de capital político en un solo sector partidario, es una de las tantas hipótesis que podrían arrumbarse en fila para entender la transferencia de varios puntos en la compulsa del pasado domingo. 
Para evitar las especulaciones que endulzan a quienes integran el limbo del periodismo de opinión, lo mejor es remitirse a los hechos puntuales y no caer en las digresiones innecesarias que sólo suman a la confusión. 
Un punto claro con respecto a la institucionalidad del gobierno catamarqueño, por ahora, es que la situación en la cámara baja local no difiere demasiado de la que ha afrontado el oficialismo gobernante durante seis años. Similar escenario es el que se avizora para la oposición. Ambos deben recurrir a una tercera opción si quieren dirimir las mayorías necesarias para aportar leyes, sea cual sea su tenor. 
Esta situación -aunque pueda sentirse penosa en el ánimo de quienes deben acceder a intercambiar opiniones- ofrece buenas perspectivas en la medida en que desfavorece la aparición de poderes omnímodos y obliga a todos los participantes del juego político a involucrarse de lleno en la dinámica real de la negociación, del entendimiento de los puntos que consideran fundamentales uno y otro sector para llegar a puntos de acuerdo. 
Si nos remitimos a los hechos, esas no son las formas que se han visto hasta ahora. Pero nada impide -como en el caso de los pacientes electrodependientes, para citar un solo ejemplo- que aunque más no sea a regañadientes se superen las posiciones de trincheras para llegar a soluciones que tengan un impacto efectivo en la vida de la gente, quienes dicho sea de paso son los que ofrendaron a la democracia una vez más con su voto de confianza en primera instancia. 
La actividad senatorial, por otro lado, debiera sentir alguna diferencia con respecto a la linealidad monocorde que se ha visto hasta ahora y que llegaba incluso a desestimular cualquier interés ciudadano básico, sin tener en cuenta uno que otro escándalo.
 

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