En una reunión de comisión de la cámara de Diputados, uno de los dos jueces de menores presentó los lineamientos principales para encarar una potencial reforma del sistema de procedimientos para encausar y enjuiciar a adolescentes que cometan hechos delictivos, siempre que los sucesos puedan ser enmarcados claramente en los términos de la ley penal de minoridad vigente.

Desde los dos bloques principales de la cámara baja hubo expresiones de beneplácito con la exposición -en boca de las dos referentes hasta el momento, Cecilia Guerrero y Silvana Carrizo, esta última quien ya se ha destacado por iniciativas con preocupaciones similares- y las perspectivas de un tratamiento de reforma para las próximos meses son promisorias. 

De los planteos expuestos, hay puntos que ya habían sido encarados en reiteradas ocasiones por los magistrados de menores y que ameritaban la atención urgente de los legisladores.

Que así haya sucedido es, por cierto, una excelente noticia. La creación de figuras como un fiscal y un defensor oficial para menores eran necesidades que saltaban a la vista y que los dos jueces se habían encargado de exponer ante cada caso.

Existen, además, elementos puntuales que también requerirán una discusión profunda. Uno de ellos es el capítulo que se busca implementar sobre la responsabilidad parental, problemática inescindible de la minoridad en estado de vulnerabilidad o activamente involucrada en delitos.

La responsabilidad de los padres no puede ser desdeñada desde ningún punto de vista. Una sintética frase asegura que un niño cometiendo un delito o en un estado de vulnerabilidad es la respuesta lógica a tutores que no están presentes o que hacen la vista gorda.

Las formas en que los padres y tutores puedan responder por los hechos que cometen las personas menores que tienen a su cargo será sin dudas una importante contribución para no solo recurrir a la consanguinidad para imponer límites, sino también a la fuerza de la ley que impone claras condiciones y sanciones.

Quizá no falte la voz que se alce en contra de medidas coercitivas en materia de responsabilidad parental; será cuestión de hacer a un lado las quejas y empezar a hacerse cargo de la niñez y la juventud que formamos para encarar el mundo.