El Secretario
Con repercusión callejera más bien escasa y paro en algunas instituciones, se llevó a cabo ayer la medida de fuerza convocada por la filial local de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE). El motivo: el reclamo de un bono de 4.000 pesos por el fin de año, que la entidad gremial considera imprescindible para paliar las consecuencias de la alta inflación y de los tarifazos ya realizados y los que se anunciaron, como el de la energía a partir de enero. En asamblea, el sector liderado por Ricardo Arévalo podría decidir la intensificación de las medidas, al menos hasta que desde el gobierno envíen una señal. Por ahora, la única voz oficial sobre el tema fue la del ministro de Hacienda, Ricardo Aredes, quien descartó cualquier extra en los salarios de los empleados públicos. Es que, más allá de las ganas de otorgar este regalo que supo implementar en tiempos de vacas gordas el actual diputado Eduardo Brizuela del Moral, el panorama financiero es bastante complicado. Además del contexto de crisis que aún no se supera, hay que esperar a ver cuál será el impacto real en las finanzas de las reformas propuestas por el macrismo. El combo de reducción tributaria+compensación a Buenos Aires por el Fondo del Conurbano significaría un fuerte recorte de ingresos al conjunto de provincias y, para Catamarca, podría derivar en un verdadero drama en sus cuentas. De ahí que, por ahora, se consideren los pedidos de regalos de fin de año como de imposible cumplimiento.
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Además del alivio fiscal solicitado por Nación a los gobernadores, también habría un pedido específico y vinculado a un tema por demás sensible: el posible ajuste en el empleo público. En distritos como el nuestro, con altísima dependencia del empleo en el Estado, cualquier recorte en este ítem sería demasiado impopular como para que sea sostenible, y ni hablar de que es poco probable que Corpacci avance en el sentido de achicar la planta de trabajadores. No obstante, muchos de los fondos para obras y asistencias que en el futuro pueda recibir la provincia seguramente estarán condicionados por Nación y, llegado el momento, Lucía podría enfrentar un dilema inimaginable apenas dos años atrás.