El Secretario
Conforme el macrismo pisa el acelerador para implementar el plan de reformas (ajuste) que significará un definitivo cambio al modelo social vigente desde hace más de una década, comenzaron a conocerse algunas consecuencias que tendrá en el día a día de la población. Una de ellas es la posible restricción en el empleo público, algo que pidió específicamente el presidente Macri a los gobernadores, tanto en lo que hace a nuevos nombramientos como en los sueldos. Sobre este último ítem, reclamó ir a la baja ya que “si le competimos con salarios más altos, el sector privado no va a poder generar la mano de obra que necesita para su crecimiento”, según dijo durante la firma del nuevo pacto fiscal. En una provincia como Catamarca, en la que una parte importante de su población económicamente activa depende del Estado, cualquier avance sobre este tema podría tener altos costos políticos, pero Corpacci podría verse obligada a acatar el requerimiento del jefe de Estado como condición para recibir más fondos.
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Por lo pronto, el ministro de Educación Daniel Gutiérrez ya salió a hablar de un “tope” en la próxima paritaria docente, palabra que puso los pelos de punta a los jefes sindicales del sector. Aunque por ahora -claro está- no hay precisiones, a nivel oficial se estaría pensando en seguir la pauta nacional de un 10 por ciento sugerida por Hacienda. De hecho, que el titular de la cartera educativa adelantara que tendrá techo la negociación para 2018, es síntoma de que el Gobierno quiere ir “preparando” a los empleados de la provincia sobre lo que pueden esperar para el año que viene.
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Con respecto al otro reclamo presidencial, el del ajuste en los cargos, es poco probable que el Estado se ponga a echar gente de planta, como temen algunos, por lo que implica en términos legales ante una segura catarata de juicios. En cambio, sí podría dejar de otorgar contratos, no renovar los que están vigentes y dar de baja a becados, todas herramientas al alcance del Ejecutivo para aplicar sin más trámite, aunque hay que tener en cuenta la explosiva conflictividad que una medida de este tipo puede acarrear.