Apuntes del Secretario

jueves, 14 de diciembre de 2017 00:00
jueves, 14 de diciembre de 2017 00:00

Sinceramiento y algo más. La ruptura del bloque de diputados del Frente Cívico-Cambiemos, anunciada por Víctor “El Gato” Luna, fue el resultado inevitable de una situación que no nació el jueves pasado, cuando las desavenencias permitieron al oficialismo quedarse con el dominio de las cámaras legislativas. Desde hace dos años, por lo menos, las diferencias estaban planteadas y, por motivos no difíciles de explicar, se mantenía una unidad forzada, apuntalada más por necesidades políticas que por convencimientos. Más claro: la relación con el gobierno nacional, enemigo de disputas intestinas, permitió que se disimularan posiciones irreductibles, sostenidas por nuevas figuras del sector (Carlos Molina, Francisco Monti, Roberto Gómez, etc.) y los capitanes del pasado (Castillo y Brizuela del Moral), a quienes se acusa de ser los responsables de las derrotas electorales que partieron, en 2011, con la pérdida del gobierno y siguieron con un debate, aún no esclarecido, referido a una eventual renovación de la UCR y el Frente Cívico. La relación se agravó en octubre de 2015 cuando Brizuela del Moral abdicó en su intento por recuperar el poder provincial y únicamente la victoria de Mauricio Macri, un mes más tarde, evitó la sangría que hoy, aparentemente, resulta imparable.

Esta vez, el diputado Luna no anduvo con vueltas. Dijo que la convivencia, porque las cosas no se resuelven orgánicamente, es tarea imposible y apuntó a las figuras de Carlos Molina, Paola Bazán, Juana Fernández, Francisco Monti, Carlos Marsilli y Enrique Cesarini, las que según su visión venían conversando (no se equivoca) con el gobierno, a espaldas del bloque, sobre la elección que terminó consagrando presidente de la Cámara a Fernando Jalil, el preferido de los grupos castillista y brizuelista para negociar. Se trata nada menos que de seis legisladores sobre un total de dieciocho, lo que significa un tercio de sus miembros. A partir de allí, conjetura el puntal castillista, lo más saludable es producir la escisión del bloque que todavía preside Marita Colombo, otra que fue terminante al merituar el conflicto. “No estoy dispuesta a seguir perdiendo mi tiempo para intentar unir lo que no se puede unir”, dijo sobre el mismo tema, que es mucho más complejo de lo expresado hasta aquí.  Es que, aparte de los seis “dialoguistas” (los PRO, APRA y Morada), hay legisladores que parecen alejarse de la guardia vieja, entre los que habría que anotar a la capayense Analía Brizuela y al chacarero Humberto Valdez. Este último sorprendió con su voto a favor de Fernando Jalil, con lo cual el tercio se transforma en una mitad de disidencia, dejando en soledad a los paladares negros del castillismo y el brizuelismo, que suman siete en total. 7 sobre 18. Números incómodos, claro está.

El único que parece transitar más allá de los bandos en pugna y sigue reclamando unidad en la acción es Rubén Manzi, alguien que tendría un protagonismo excluyente en los próximos tiempos. Por empezar, cuenta con el respaldo invalorable de la líder de la Coalición Cívica y cofundadora de Cambiemos, Lilita Carrió, y acaba de ser nominado por su sector interno, en boca de la legisladora Orieta Vera, como quien “debe liderar la alternativa seria y posible para que el espacio recupere el gobierno”. Sin dudas, por capacidad y trayectoria, Manzi estará en el rearmado del desgastado Frente Cívico, aunque tendrá eventuales oponentes que también, llegado el caso, podrían convertirse en aliados. Son los casos de Roberto Gómez, que ha demostrado en las urnas poder propio; los radicales que responden a Ricardo Guzmán o el mismísimo Simón Hernández que, aun sufriendo los embates de la interna (fue electo y le cancelaron su asunción en el Concejo Deliberante), es considerado figura de prestigio político.

Otra instancia decisiva de la diáspora opositora, más allá de la referencia reciente de Luna, estuvo marcada por el proyecto que, en 2016, permitió el aumento del número de miembros de la Corte de Justicia. Si se recuerda bien, acompañaron al peronismo para lograr su propósito de cambiar un tribunal de tres por otro de cinco miembros (de allí nacieron los nombramientos de Vilma Molina y Miguel Figueroa Vicario) los diputados Carlos Molina y Analía Brizuela. Fue otra derrota estrepitosa del castillismo que, como se sabe, dominaba un tribunal que, para funcionarios y abogados del foro, tenía una virtual “mayoría automática”. En aquel momento hubo amenazas no concretadas de expulsión de la UCR para Analía y separación del bloque para Molina. Dejar pasar aquella “inorganicidad”, a la que se refirió Luna el pasado martes, no impidió la herida de muerte que ha recrudecido estos días.

Otro que al igual que Manzi, en medio de las rispideces, aportó sensatez fue el intendente de Belén, Daniel “Telchi” Ríos, quien también se anota para la contienda 2019. Señaló el jefe comunal  que “no es bueno que tomen la Cámara por asalto”, en referencia a la llamada Renovación Plural Peronista (Fernando Jalil, Jorge Moreno, Dalmacio Mera y compañía) y, al mismo tiempo, celebró que su coterráneo Jorge Solá Jais, aunque sea peronista, haya sido consagrado en la cámara de Senadores. Para Ríos, lo que corresponde democráticamente, es el reparto de las responsabilidades. Esto es, que la conducción legislativa sea efectivamente para el gobierno y que la oposición, no un sector interno y enfrentado con el propio gobierno, tenga participación en el reparto de los cargos. Totalmente de acuerdo con Ríos, pero no hay que olvidar que las conductas tramposas, en gran medida, fueron propuestas por el Frente Cívico opositor hace apenas cuatro años. Fue cuando se unió con el barrionuevismo y dejó al gobierno “pedaleando en el aire”. En fin: en esta oportunidad hubo una “devolución de favores” que, en consonancia con el intendente belicho, esperemos no se repita nunca más. Sobre aquel entuerto, recordemos, Marita Colombo dijo estos días “el acuerdo con el barrionuevismo fue bueno hasta que concluyó por distintas circunstancias”. Habrá sido bueno como emboscada política, no como ejercicio democrático.

Ayer, prácticamente, quedó conformado el cuadro ministerial que acompañará a Lucía Corpacci de aquí al 2019. Juraron Marcelo Rivera como ministro de Gobierno y Ricardo Sebastián Véliz como titular de Economía. Fueron adelantos exclusivos de este secretario y ninguno de los dos fue considerado de antemano, sino que fue el resultado de varias negociaciones y ofrecimientos varios. Nada tiene que ver el nombramiento de Rivera con un eventual acuerdo prefijado con el barrionuevismo, que existió, pero sin condicionamientos, a no ser un par de casilleros en la lista de diputados. El ahora exdiputado –lo reemplaza su hijo Maximiliano en la Cámara- iba a ser ministro, pero su recalar en Gobierno, fue decisión de los últimos tiempos –cuando lo anunció El Esquiú- en total armonía entre el nuevo funcionario y la gobernadora Corpacci. Lo de Véliz, un hombre de larga trayectoria en la actividad bancaria, fue sugerencia clara de su antecesor, el hoy diputado Aredes.

En las últimas 48 horas, con preanuncios rimbombantes de algún comunicador social, circuló un audio que fue presentado como algo reciente, cuando no lo es. En él, se escucha un diálogo coloquial entre el ministro Rivera, la exdiputada Buenader de Walther y el flamante presidente de la cámara de Diputados, Fernando Jalil. Este último, especialmente, se muestra crítico con el gobierno de Corpacci y defenestra a sus funcionarios, al mismo tiempo que revela haber sido marginado en su carrera política. Cuatro cosas: 1.-El audio existió y existe. 2.-Fue grabado sin que supieran los expositores. 3.-La conversación se produjo a días de la asunción del presidente Macri, o sea hace poco menos de dos años. 4.-El Esquiú, en su momento, sin dar nombres, lo comentó. Conclusión: nada nuevo de lo que ya se sabía.

RECUERDOS NO LEJANOS. Como lo hacemos habitualmente, cerramos los “Apuntes del Secretario” con el repaso de circunstancias políticas de los años 90.
En diciembre de 1992, o sea cuando el Frente Cívico iba a cumplir su primer año de gobierno, la situación económica era realmente dramática. De esta forma se comprende que el exgobernador, Arnoldo Castillo, anunciara un día como hoy, 14, que únicamente se iban a entregar cien pesos a cuenta del aguinaldo y que el resto se pagaría en febrero.

También en diciembre de 1992 llegaba a Catamarca el reconocido abogado cordobés Miguel Rodríguez Villafañe, actual colaborador de El Esquiú.com. El excandidato a gobernador y exjuez federal de Córdoba –renunció apenas el expresidente Carlos Menem firmó el indulto para los militares-, invitado por el gobierno radical, ofrecía una conferencia para medios y funcionarios en un local céntrico. También realizaba una visita al exobispo, Elmer Osmar Ramón Miani, y dejaba, aparte de hablar del rol de los medios en democracia, la frase de que había que recuperar la cultura del trabajo. A propósito del abogado cordobés, agregamos por último, que en los últimos años se convirtió en hombre de consulta en todos lo relacionado con el funcionamiento de los medios y fue, durante la discusión de la ley de medios, una de las figuras de mayor predicamento en términos de opinión.

El Esquiú.com

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Comentarios

14/12/2017 | 13:35
#149006
Concuerdo con Paola que la cosa empezó en 2007...EN LA CÁMARA DE DIPUTADOS DE CATAMARCA. Antes fue LA PATA PERONISTA que utilizó Oscar -gran estratega que esta vez se dio con una lucía pensante- QUE CASI LOGRA LA PRESIDENCIA DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS O LA MAYORÍA DE LOS CARGOS Y LA VICE PRESIDENCIA. Ahora, Fernando Jalil en solitario arregló las cargas dejando una pesada alforja de su cabalgadura y repartiendo como alguien que ideas amplias puede hacerlo. Hay que sacarase el sombrero. POR DOS AÑOS EL PERONISMO TENDRÁ TODO DE SU LADO. Y a otra cosa...
14/12/2017 | 12:24
#149005
Paolita, emboscada cuando lo hacen los demás, gran estrategia política cuando lo hacen ustedes... dejen de joder. No existen, perdieron, a llorar al campito
14/12/2017 | 12:23
#149004
Adelanto del Secretario que Véliz iba a ser ministro??? Cuándo han dicho eso??? Dejen de inventar. Lo que sí hicieron es dar por muerto a Fernando Jalil y miren donde esta...
14/12/2017 | 12:18
#149003
A los fines de aportar datos del irrealismo mágico que domina la politquería lugareña, y evitar la memoria selectiva, digamos que, en realidad, las conductas tramposas en la historia reciente no son de hace cuatro años, sino del 2007 cuando en una emboscada política le arrebataron la conducción de la Cámara de Diputados al FCyS.

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