Cal y arena
viernes, 28 de abril de 2017
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El uso de los espacios verdes renovados en la ciudad Capital por parte de los vecinos definitivamente ha exhibido en los últimos tiempos una honda mejoría que permite avizorar buenas perspectivas de cara al futuro.
El empuje primario de una gestión municipal que se ha preocupado con estilo y premura por dotar a la ciudad de lugares de los cuales se pueda hacer uso pleno incluso con cierto orgullo citadino, como el caso de La Alameda, ha sido decisivo en esa evolución cultural.
Sin embargo, no caben dudas de que hay un punto en el que los vecinos deberán colocar algo más que los elogios y el acompañamiento para que se realicen más obras de esta índole.
Con el tiempo y ante la vasta extensión de una ciudad que no ha parado de crecer ni un metro en los últimos 30 años, el vecino deberá iniciar de a poco el camino de regreso para recuperar como propio, con recursos propios y con voluntad propia, cada espacio vecinal que sienta que le corresponde.
Los casos de los principales paseos sólo vinieron a exhibir qué es lo que se puede hacer con una inversión de recursos que no se había visto en 20 años y cómo colocar a la gente de nuevo en la calle y en comunidad.
Los beneficios para la recreación de vínculos que vayan más allá de la familia y el trabajo son claros, como así también la contribución a la disminución de espacios que sean escenarios predilectos para el delito.
Sin dudas, requerirá un cambio de mentalidad, cultura cotidiana y un acompañamiento por parte de un Estado que se preocupe fundamentalmente con una visión a largo plazo, trascendiendo gestiones y sin esperar resultados instantáneos.
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2%
Incertidumbre
4%
Indiferencia
Comentarios
El Loco de la Antena
28/4/2017 | 08:11
#149006
Luis
28/4/2017 | 07:44
#149005
