Apuntes del Secretario

martes, 25 de julio de 2017 00:00
martes, 25 de julio de 2017 00:00
Tras el duelo que provocó la muerte del vicegobernador de Catamarca, Víctor Octavio Gutiérrez, el peronismo renueva hoy la campaña política. En paralelo, se confirma plenamente que el día 13 de agosto la gran batalla se librará en la Capital, donde competirán nada menos que siete listas dentro de la categoría concejal. Todas, sin excepción, se referencian en el intendente Raúl Jalil y la gobernadora Lucía Corpacci, pero una de ellas, la de "Maxi” Mascheroni, cuenta con el aditamento de representar al barrionuevismo, de la misma forma que Marcelo Rivera y Juan Carlos Rojas lo hacen en la lista de diputados provinciales. Por afuera del pleito electoral, pero bien por afuera, actuarían el merismo y la llamada Renovación, que están virtualmente enfrentados con el Gobierno del cual formaron parte y por el cual sus principales figuras resultaron electas. La ruptura los llevaría a trabajar, subrepticiamente, a favor de los intereses del castillismo, la formación que está siempre dispuesta a pescar algo en aguas de fuertes oleajes. Lo de Dalmacio Mera ya es demasiado notorio, ya que dijo que la Gobernadora no es su jefa política; la dupla Jorge Moreno-Fernando Jalil apunta sus cañones, aún desgastados, hacia la municipalidad de la Capital, donde habita alguien que los solía acompañar y verdaderamente, tiene votos propios.
 
Dalmacio Mera

Los precandidatos de "Juntos por el Cambio”, la línea interna de la alianza Cambiemos que el 13 de agosto, durante las primarias, le discutirá posiciones al oficialismo radical que orientan Oscar Castillo y Eduardo Brizuela del Moral, recorre el amplio territorio provincial y según afirman sus dirigentes, crece un respaldo que se conjuga entre los anhelos de tener una nueva dirigencia y el desencanto por una propuesta sin variantes y que muestra las mismas caras que llevaron a la UCR y al Frente Cívico a las derrotas electorales de los últimos años. Los rostros visibles que se asientan en la boleta electoral son el médico Roberto Gómez y Julieta Marcolli en la categoría diputado nacional; Francisco Monti y Alejandra Pons en la de diputado provincial y Fernando Navarro y Griselda Bazán en concejales de la Capital. Detrás de ellos, cabe destacarlo, hay dirigentes importantes y de prestigio como Ricardo Guzmán, Gustavo Roque Jalile, Raúl Giné, Ernesto Álvarez Morales, Jorge "Yayo” Agüero”, la diputada Juana Fernández y José "Chichí” Sosa, entre varios otros de esta Capital y diversos puntos del interior.
 
Raúl Giné

La recorrida del sector por los barrios capitalinos, durante el fin de semana, contó con la presencia del exintendente capitalino, Ricardo Guzmán. Su figura, de por sí, representa un espaldarazo casi fundamental para los precandidatos, pero quizá lo más trascendente fueron algunas definiciones que el hombre puede respaldar con su propia conducta. Dijo, por ejemplo: "Juntos por el Cambio está conformado por jóvenes exitosos en lo que hacen. Son personas que tienen una trayectoria laboral y social y a los que, sin dudas, los mueve la vocación de servicio y compromiso con un verdadero proceso de transformación”, dejando como remate el detalle más simbólico: "Si la ciudadanía manifiesta mayoritariamente vocación de una transformación de largo plazo y percibe que hay problemas que no han sido resueltos, no es razonable pensar que los mismos actores van a solucionar lo que no han resuelto”.
 
Ricardo Guzmán

Estas afirmaciones de Guzmán, claramente, están dirigidas a los electores, pero aluden a la precandidatura de Brizuela del Moral y otras reelecciones que pueblan las listas del oficialismo. Su pronunciamiento, como lo decimos líneas arriba, cuenta con una autoridad moral que no pocos pueden exhibir. Efectivamente es así. Ricardo Guzmán despreció en los últimos años varias candidaturas y tranquilamente, con aquiescencia de todo el arco opositor, pudo ser precandidato ahora mismo. Por eso su discurso a favor del cambio y de los jóvenes se sostiene plenamente, como se sostuvo en 2011 cuando, sin dudar un instante, despreció los consejos –dados por los caciques mayores- de vulnerar la carta orgánica municipal para tener un tercer mandato de intendente.
 Roberto Gómez

La otra buena noticia que recibió esta semana la lista que encabeza Roberto Gómez fue el apoyo explícito del macrismo. Se materializó a través de la visita del asesor presidencial, Alejandro Rozitchner, quien se reunió con los precandidatos opositores en las primarias y les trasmitió la necesidad de trabajar, más allá de la contienda local, por los intereses nacionales. De esta manera, queda claro que la Nación quiere que, después del 13 de agosto, vayan todos juntos y que el respaldo dado oportunamente a la precandidatura de Brizuela del Moral no deja afuera, ni mucho menos, a quienes optaron por protagonizar las primarias. Mucho más después de la incorporación efectiva a la campaña de Ricardo Guzmán, alguien muy bien visto en la Casa Rosada.

No está confirmado, pero es muy probable que el ministerio de Desarrollo Social de la Nación asista a algunos municipios amigos, y de su mismo signo político, con elementos para entregar entre la gente más necesitada. A esto, en Catamarca y en todos lados, se le llama dádivas y la práctica es tan común en tiempos preelectorales, que ya no llama la atención. Por el contrario, se acepta que es una ayuda efectiva para los que menos tienen y desde este diario, alentamos a la gente a recibirla o pedirla y al voto, por su cuenta, lo puede resolver en el cuarto oscuro y hasta castigar a quienes fomentan un tráfico espurio, sea del bando que sea.

Dentro del radicalismo, casi con bronca, se ha criticado a las reelecciones en las distintas categorías que, a diferencia de elecciones anteriores, en éstas serán casi un grotesco. La mejor forma de combatirlas, queda claro, es con más democracia interna y la convicción de reformar la Constitución Provincial que, al igual que otros privilegios, las permite. También con guardar un mínimo de coherencia. Fue el radicalismo, con sobradas razones, el que se opuso a la reforma de 1988 que, apenas con aliados que traicionaron a la UCR, el saadismo llevó a la práctica. También las administraciones "rojiblancas”, en varios municipios, establecieron cartas orgánicas –Capital con Brizuela del Moral, Valle Viejo con Gustavo Jalile, Fray Mamerto Esquiú con Humberto Valdez, etc- con limitaciones para la continuidad indefinida de los intendentes. Entonces, no se entiende cómo sus legisladores se opusieron a una modificación que, a través de la casi totalidad de las instituciones, pide la sociedad. ¿O esa oposición fue para preservar la posibilidad de sus propias reelecciones?
Ezequiel Walther

Los tribunales de Catamarca, tras la feria del mes de julio, ayer reabrieron sus puertas. Fue un día para desperezarse, acomodar los papeles y comenzar con los requerimientos de los abogados. Desde lo político, interesan algunas denuncias que prometió llevar a cabo el Frente Cívico o algunos funcionarios, lo mismo que la defensa del gremialista Jorge Escalante, quien acusó al fiscal Ezequiel Walther de "privación ilegítima de la libertad, abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario” con motivo de haber sido detenido, en diciembre último, durante una manifestación contra el intendente chacarero, Gustavo Jalile. El funcionario judicial, en tiempo récord, ordenó además la elevación a juicio.
 

RECUERDOS NO LEJANOS.

Como lo hacemos cada martes, el último bloque de los "Apuntes” está dedicado a recordar hechos de hace un cuarto de siglo.

El carnaval de reelecciones que ha presentado el Frente Cívico –mejor dicho la conducción bicéfala Oscar Castillo-Brizuela del Moral- para las presentes elecciones, no parece ser una casualidad.
 
En julio de 1992, a siete meses de haber asumido la gobernación en nombre del Frente Cívico, el extinto caudillo Arnoldo Aníbal Castillo –padre de Oscar- proclamaba con inusitada firmeza que no quería reelecciones "ni para él, ni para nadie”.
 
El tiempo demostró que había faltado a la verdad o a sus convicciones. En 1995, sin discusión y con su firme adhesión, fue el candidato a gobernador que volvió a derrotar, en elecciones limpias y transparentes, a Ramón Saadi y se aseguró su tercer mandato.
 
Al primero, cabe destacarlo, lo había cumplido en tiempos de la dictadura militar, a la que adhirió desde el mismísimo golpe de Estado, el 24 de marzo de 1976. Sobre la conducta de los Castillo, con niveles de certeza, nos animamos a decir que don Arnoldo, si no hubiera enfermado, ya en 1999, hubiera sido nuevamente candidato porque la Constitución de Catamarca lo permite y el propio radicalismo se opone a su reforma.
 
De hecho, en ese 1999 se produjo el pase nepótico. Arnoldo permaneció en su lecho de enfermo y Oscar fue el gobernador, postergando a Brizuela del Moral que lo superaba en todas las encuestas.
 
El vástago, en aquella oportunidad, le infligió la tercera derrota en fila a Ramón Saadi que, sin retaceos, fue apoyado por quien lo había intervenido en 1999: Carlos Saúl Menem.


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