Aún no se completó el escrutinio definitivo de la PASO 2017, lo que ocurrirá en una semana y ya nadie en Catamarca pierde tiempo en analizar los números electorales. En cambio y aún cuando falta la elección provincial del 22 de octubre, se tejen variadas especulaciones sobre el futuro, el que tendrá punto final en 2019, cuando deba renovarse la gobernación, las intendencias (salvo Mutquín y Los Altos) y las bancas legislativas que, como se sabe, cada dos años se modifican por mitad. Tanto en el oficialismo, donde los ganadores más visibles –Corpacci, Jalil y Gustavo Saadi- privilegian la relación con la Casa Rosada, como en la oposición, ese futuro es materia de análisis.
    
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Claro que existe una diferencia sustancial entre ambos debates. En el Gobierno reina la tranquilidad. En los territorios rivales lo que hay es incertidumbre. Es que la caída estrepitosa de Brizuela del Moral –apenas llegó a los 40.000 votos sobre un universo de 311.000 electores, lo que significa un magro 13%- movió la estantería hacia dentro de un partido, la UCR, donde hace rato no se práctica, con reglas claras, la democracia interna. En ese sentido, hay conciencia de que el médico Roberto Gómez, secundado por la diputada provincial Juana Fernández, con casi el 40% de los votos efectivos, es claramente el principal candidato a la gobernación o cuando menos, a la intendencia de la Capital en 2019. Es que nadie, desde la llanura opositora, puede mostrar un registro como el logrado por Gómez.

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Más allá de los ahora tambaleantes muros radicales, ya en el ámbito de la alianza Cambiemos, sin dudas, se levanta la figura de Rubén Manzi, un "lilito” que, a pesar de haberle disgustado el armado de las listas que acaban de estrellarse, no armó escándalos y ahora disfruta del presente inmejorable de la jefa chaqueña, Elisa Carrió, dueña del mayor triunfo macrista de hace 72 horas. Por ahora son dos nombres: Gómez y Manzi. Cada uno de ellos tiene buenos argumentos.