Malas perspectivas

lunes, 25 de septiembre de 2017 00:00
lunes, 25 de septiembre de 2017 00:00

Las palabras del doctor Norberto Bazán -incuestionable en su quehacer profesional al frente del Servicio de Atención Médica de Emergencia- sobre las estadísticas de los siniestros viales y la interpretación sobre no sólo las víctimas fatales, cuyas consecuencias están a la vista de todos, sino también sobre las víctimas que quedan con secuelas, vinieron a martillar un clavo más sobre la situación de la siniestralidad vial en nuestra provincia. 
Bazán explica que en los últimos doce meses, el servicio a su cargo tuvo que atender un total de 2985 pacientes por siniestros viales. Además, explicó que muchos de ellos padecen sendas secuelas físicas y psicológicas que no son fácilmente tratables ni en el corto ni en el largo plazo. 
Su proyección -sin exagerar y usando sus propias palabras- es que dentro de diez años habrá en Catamarca un total de treinta mil personas que sufran secuelas por accidentes de tránsito y que esa masa productiva evidentemente requerirá no sólo asistencia para manejarse en la cotidianeidad, sino también asistencia del Estado en alguna medida para subsistir. 
Evidentemente, todavía nadie ha encontrado la clave para abordar la problemática de la siniestralidad vial en nuestra provincia, y las cifras expuestas por el médico Bazán, como así también las de público conocimiento sobre la mortalidad vial y que pueden ser cotejadas tanto con los medios de comunicación como con las autoridades de los organismos pertinentes, lo exhiben sin ninguna clase de miramientos. 
Días atrás, para completar el panorama de desesperación para contener las muertes y poner algo de orden a nivel general, un diputado presentó un proyecto de ley para que se unifiquen los procedimientos destinados a otorgar licencias de conducir, quitándole así la potestad a cada municipio particular y dejando todo en manos de autoridades provinciales que todavía están por definirse. 
Hasta ahora no existen pronunciamientos oficiales sobre una problemática que, por sus condimentos de “inevitabilidad” -aunque efectivamente existan mil y un maneras de evitar accidentes- ha sido pasada por alto. Quizás era necesario que una autoridad como el jefe del servicio de emergencias dijera que, con sistema aceitado y todo, la situación no podría encontrarse en ante perspectivas más oscuras de cara al futuro. 

15%
Satisfacción
0%
Esperanza
9%
Bronca
63%
Tristeza
6%
Incertidumbre
6%
Indiferencia

Comentarios

25/9/2017 | 12:33
#149006
La siniestralidad vial significa para el Estado un costo alto en recursos, para otros es negocio aprovechando las urgencias y necesidades. No son medidas aisladas las que solucionaran en gran medida el problema.

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