¿De quién es el codo?

martes, 5 de septiembre de 2017 00:00
martes, 5 de septiembre de 2017 00:00

Un informe realizado por el Instituto Argentino de Análisis Fiscal  (Iaraf) abrió nuevos caminos argumentales para los gobernadores del interior que -a pesar de lo mesurado de sus declaraciones públicas- pelean con uñas y dientes para evitar una masiva centralización de recursos dinerarios en manos de la “primera provincia” de la República. 


La disputa por el denominado Fondo del Conurbano se ha llevado la atención de la mayoría de los mandatarios que ven jaqueadas sus finanzas en caso de que la iniciativa -con el aval por el momento irrefutable del presidente de la Nación para la gobernadora que supo darle los votos para acceder al cargo en 2015- prospere y les provoque un verdadero hueco en el bolsillo. 


Como pocas veces se había observado en los últimos años, un grupo partidario que accede al poder logra hacerle frente de par en par a una de las características centrales del peronismo: su capacidad de negociación con el adversario, incluso en el tiempo truculento que representa un escenario electoral destinado a ratificar o desbancar las posibilidades de continuidad de un gobierno. 


Una lógica tradicional -y quizás snob- indica que los intercambios de posiciones orbitarían el eje de las cosas que se podrían realizar a futuro y que todavía no tienen una entidad definitoria. La lógica de los partidos que ahora chocan en la mesa de diálogos es diferente: se negocia con el pasado y con las cosas que ya estaban asegurados pero que, claramente, no eran tan seguras como podía parecer. 


La injusticia -siguiendo los términos expuestos por el Iaraf en general- no puede ser más ostensible o entendible. Buenos Aires, según este trabajo, por poco no encabeza -junto a otras jurisdicciones  que responden en términos generales al macrismo- el listado de las gobernaciones que menos se ha contenido en el impulso de gastar recursos para sobrellevar la presunta crisis terminal en la que habían recibido la provincia. 


Catamarca, por el contrario, junto a las provincias del Noroeste argentino, entre otras jurisdicciones, exhibe una clara retracción del gasto. Catamarca y las provincias de ese Noroeste que iba a funcionar como el claro recipiente de uno de los planes más ambiciosos de inversión que hubiese ideado una gestión presidencial en toda la historia nacional.

Catamarca y las provincias del Noroeste, ahora sumadas a la Liga de gobernadores justicialistas, para que la metrópoli afloje el codo y asuma que también es parte de la República Argentina y no un Estado independiente.
 

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