Visita oficial

sábado, 13 de enero de 2018 00:00
sábado, 13 de enero de 2018 00:00

La llegada del presidente Mauricio Macri a nuestra provincia para la próxima semana está prácticamente confirmada y los distintos poderes ya se preparan para una recepción que promete ser menos agitada -o más asentada- que la última visita del mandatario en julio de 2016. 

Las relaciones entre el gobierno provincial y el gobierno nacional no pueden ser encasilladas -como preferirían los amantes de las estadísticas y los estudios de opinión- con un sólo adjetivo.

La mandataria provincial ha tenido gestos de acercamiento al presidente pero -a diferencia de otros gobernantes que por algunas migajas optaron por agregarle una letra más a su posicionamiento ideológico- han sido siempre en el marco de una firmeza que no era esperado por muchos y que se ha destacado entre sus pares de la liga de gobernadores peronistas. 

Es lógico y entendible, y seguramente para un mandatario al que en el pasado le ha tocado defender una jurisdicción en una negociación con referentes de un signo político distinto, es un elemento que no resulta fácil de menospreciar, por altura y por empatía.

Las lecturas con respecto a la llegada del presidente a Catamarca pueden ser muy variadas y no faltarán los análisis sobre las intenciones políticas o los trasfondos de gestión que pueden discutirse en una mesa chica. 

Sin embargo, como pocas otras veces en la región, literalmente se puede hablar de dos gobernantes con todas las letras en mayúsculas, especialmente si se tiene en cuenta que para arrancar sus primeros días de gestión han debido pasar por procesos de alguna forma traumáticos o agitados.

Ambos, también, en esos ríos revueltos, han logrado sacar cosas en claro y apuntan a objetivos similares.

La gobernadora Corpacci, en este punto, sigue siendo clara hasta el día de hoy: lo primordial, más allá de las discusiones naturales de la política y quizás de alguna palabra que no rellena los requisitos para ser denominada como destemplada, es la gente que espera que las personas a las que han honrado con la confianza de las urnas tengan la madurez para encontrarse en el diálogo con el fin de llevarles respuestas a cada uno de los problemas que se presentan. 

El encuentro -confirmado a El Esquiú.com alto grado de probabilidad- será un evento digno de ser cronicado. 

43%
Satisfacción
3%
Esperanza
36%
Bronca
0%
Tristeza
13%
Incertidumbre
3%
Indiferencia

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