El Secretario

viernes, 19 de enero de 2018 00:00
viernes, 19 de enero de 2018 00:00

A pesar del cruce de saludos y ponderaciones de circunstancia para la visita de un Presidente de la Nación, la realidad política indicó un nuevo revés para las huestes radicales de Catamarca, especialmente aquellas que alinean, dentro de la cámara de Diputados, en el “Grupo de los 10”, todos seguidores de los legisladores nacionales Eduardo Brizuela del Moral, Oscar Castillo y el intendente viejovallense, Gustavo Jalile. Ninguno de ellos ni siquiera fue invitado a la venida de Mauricio Macri y, por ende, no hubo con ellos cónclave político. Por el contrario, todas las loas y los entendimientos fueron con la gobernadora Lucía Corpacci, la monolítica adversaria de estos grupos de oposición.


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El mal trago y la desazón, sin embargo, fueron más allá. El avión presidencial trajo como viajero selecto al exdiputado provincial Miguel Vázquez Sastre, un reconocido opositor de la guardia vieja radical y de las prácticas que llevaron al fracaso del partido. Pero hubo más. Del único posible candidato de Cambiemos que se habla en el entorno macrista –del cual forman parte los dos principales rotativos metropolitanos- es del intendente capitalino Raúl Jalil, un hombre que proclama su adhesión al presidente y que estuvo en las negociaciones que derivaron en la aprobación de la reforma previsional. En fin. Los radicales ya saben que cuando “las cosas vienen mal” se pueden poner peor y, por ello, no extrañaría a nadie que surjan pronunciamientos de supervivencia apenas despunte el verano. Ya veremos qué depara el destino a quienes, el miércoles, vieron que la alianza de entendimiento Macri-Corpacci tiene características parecidas a la de Menem-Castillo de los años noventa.
 

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