La Gobernadora de Catamarca volvió a insistir ayer con la importancia de la educación y, puntualmente, de la formación profesional para incentivar el trabajo genuino, en un contexto en el que desde la más alta conducción federal impulsan el ajuste en las estructuras del Estado.

Fue durante la entrega de equipamiento por 21 millones de pesos para instituciones técnicas, que la mandataria destacó el valor de los oficios, de manera “que el único horizonte no sea ser empleados públicos”.

Para ello -sostuvo-, la Provincia debe “empezar a ofrecer otras posibilidades y que nuestros jóvenes con ayuda del Estado se encuentren capacitados para tomar esas posibilidades”.

Ciertamente la cantidad de equipamiento entregado en la víspera es más que importante y alcanza a una docena de IES y escuelas rurales y técnicas.

Entre otros elementos, se distribuyeron dispositivos para producción audiovisual, multimedia, computadoras, cámaras de fotos profesionales, notebooks, tableros de dibujos e insumos para módulos de talleres productivos.

En el lote había también palas, azadas, martillos, fertilizantes y otras herramientas necesarias para los cultivos escolares.

Como complemento, se adquirieron elementos para equipar a las “aulas digitales” -kits de robótica, impresoras 3D y pizarras electrónicas-, lo que habla de una decidida apuesta por incentivar la formación técnica.

Durante el acto, tanto la mandataria como su responsable educativo hablaron de lo vital que es seguir apostando a carreras con salida laboral directa y a acompañar a los proyectos productivos.

Similares argumentos se escuchan, cada tanto, de boca de intendentes: el consenso sobre el tema parece ser unánime.

Por ello, para que esta impronta consiga resultados y se deje de tener como Norte el puesto público, es menester que desde el plano provincial hasta los municipios comiencen a mostrar una acción concreta en el sentido de limitar los nombramientos, tanto de becados, como contratados e “índices” políticos.

Sólo si la ciudadanía percibe que se busca genuinamente poner  un coto al uso del Estado para “acomodar”, “contener” o “devolver favores”, comenzará a tener más consenso y legitimidad la propuesta oficial de lograr el sustento sin echar mano al tranquilizador conchabo estatal.