Perdón

viernes, 16 de marzo de 2018 00:00
viernes, 16 de marzo de 2018 00:00

Hace 20 años se produjo un hecho histórico, cuando oficialmente El Vaticano hizo un “acto de arrepentimiento” público en nombre de los cristianos que no fueron suficientemente sensibles a la tragedia del holocausto o que compartieron los sentimientos antisemitas que favorecieron el exterminio de judíos durante la II Guerra Mundial. 

A través de un documento, en cuya elaboración El Vaticano invirtió años de reflexión, fue Juan Pablo II quien dio aquel paso.

Ese reconocimiento de culpa generó distintas reacciones. Fue conmovedor para algunos e insuficiente para otros. 

En el escrito la Iglesia aceptó y asumió como propia la responsabilidad “de aquellos cristianos que no estuvieron a la altura de su papel como discípulos de Cristo”. 

Más allá de la mirada retrospectiva que pueda ensayarse sobre aquellos acontecimientos, de su valor histórico y de las circunstancias que lo rodearon, es tan infrecuente como significativa la esencia del acto.

Pedir perdón resulta sumamente difícil, porque implica la admisión de un error o una conducta inapropiada, y ello representa para muchas personas e instituciones un golpe a su propio orgullo que no están dispuestos a recibir.

Se requiere humildad y valentía también para pedir perdón, ya que quien se disculpa se expone a las consecuencias de reconocer su falla.

El pedido de perdón no modifica mucho. Mejor dicho, no modifica en nada lo que ya sucedió: pero sí modifica a quien lo pide.

En Argentina es una entidad casi inexistente. Asumir errores y disculparse por ellos está visto casi como una claudicación.

Entre los muchos políticos que pasaron por el gobierno, por ejemplo, deberá buscarse con lupa para hallar uno que se hiciera cargo de los múltiples daños causados al país.

Todavía se valora erróneamente la actitud de “morir con las botas puestas” y mantenerse sin dar el brazo a torcer a cualquier precio.

El secreto es que de los errores se aprende, y del perdón también. Por eso, sin disculpas, es lógico que tantos errores se repitan.
 

6%
Satisfacción
75%
Esperanza
12%
Bronca
0%
Tristeza
0%
Incertidumbre
6%
Indiferencia

Comentarios

16/3/2018 | 11:42
#149005
LA IGLESIA NO TIENE NINGÚN PERDÓN.

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