Escribe Kelo Molas

33 de mano

miércoles, 23 de mayo de 2018 00:00
miércoles, 23 de mayo de 2018 00:00

Nada es casual, todo tiene su razón de ser: el principal responsable de que la otrora prestigiosa Unión Cívica Radical catamarqueña muestre hoy su peor versión luciendo un hilachoso traje tiene nombres y apellido y no es otro que Oscar Aníbal Castillo. “El Oscar”, como le gusta hacerse llamar a quien en su imaginación cree estar a la altura de los premios cinematográficos que otorga Hollywood en Estados Unidos, no estuvo ni está solo en esta construcción de un partido hecho a medida de su antojo, como pretendió Ramón Saadi con la reforma de la Constitución de la Provincia en 1988 y le salió el tiro por la culata. Fueron muchos los socios –con las honrosas y escasas excepciones del caso- que lo acompañaron durante largos años. Y decimos socios como bien podríamos haber dichos “compinches”, como bien lo define el diccionario al momento de citar un sinónimo. Es que el sempiterno legislador nacional –o es diputado o es senador, nunca un carguito partidario ad honorem-, un claro ejemplo de cómo vivir y hacerse millonario pisando los hombros de la militancia para instalarse como habitante perpetuo del Congreso de la Nación, ha ido creando con no poca habilidad una telaraña tramposa a través de grupos que con el correr de los años pasaron a llamarse los “eternos reelectos”. Siempre utilizando los recursos del Estado, por supuesto. De esa manera fue creando un ejército de incondicionales a los que tiene bajo la suela de sus zapatos, los que haciendo gala de una obscena “obediencia debida” en todo momento y lugar que el amo político así lo considere; hasta ni siquiera se ponen colorados cuando etiquetan al jefe Oscar como un verdadero “estratega”. ¡Joder! Diría con poco humor el gallego almacenero del barrio. ¡Cuánta genuflexión indigna por una diputación, una senaduría, una intendencia o una concejalía! Y si se repite a lo largo de dos o tres décadas, mejor. Los otros pueden esperar.

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  Hoy, lo que se suponía iba a ser una elección interna en el marco del sano ejercicio democrático en la UCR local, ha terminado judicializada y uno de los sectores en pugna quedó solito en carrera. ¿Cuál es ese sector? No tenga dudas: el llamado Celeste de Oscar Castillo, que bajo la denominación de “Es ahora radicales” lo está diciendo todo. Traducido al político básico quiere decir: “radicales, es ahora o ahora. No perdamos lo que tanto nos costó conseguir: cargos públicos con buenos sueldos por tiempo indeterminado. Hay que ganar, no importan las formas. ¿Democracia partidaria? ¿Para qué? Si con el autoritarismo de Oscar nos fue muy bien hasta ahora. ¿Para qué cambiar?”. El pasado lunes, el diputado provincial santamariano Carlos Mansilla, en el diario digital Catamarca Actual, dijo: “Aquí se está perjudicando al partido y beneficiando al justicialismo. No sé realmente a quién beneficia con esto la línea Celeste, porque son ellos los que armaron este tipo de maniobra, porque están acostumbrados a hacerlo. Es por eso que hacemos responsables de todo a Oscar Castillo”. Vaya, vaya, vaya: ¡Uno que perdió el miedo y tiene el coraje de decir la verdad! Así está la UCR catamarqueña hoy: sumida en la tristeza de estar colgada del saco del macrismo. Una dura realidad donde algunos pícaros ganan aun perdiendo: ahí están Oscar Castillo y Eduardo Brizuela del Moral: senador y diputado nacionales. ¡Y viva la pepa!  El sector que representa Horacio Pernasetti tiene la intención de recuperar el prestigio perdido del centenario partidario y restañar el daño de la fallida gestión de Luis Lobo Vergara, puesto como presidente por el dedo de “El Oscar”, en otro de sus tantos caprichos en nombre de un partido que le dio todo y al que le devolvió nada. En la brillante creación poética-musical, un dúo de talentosos compadres como Jaime Dávalos y Eduardo Falú escribieron alguna vez, “Canto al sueño americano” dice en su estribillo: “el día que los pueblos sean libres, la política será una canción”. La UCR de Catamarca necesita recuperar aires de libertad. Radicales: es hora de despertar. De alejarse del sometimiento a la que los condenó su “dueño” Oscar Castillo, de quien el irrepetible e inolvidable folklorista catamarqueño Jorge “Negro” Herrera diría: “¡Qué lindo que es Catamarca para vivir en Buenos Aires!”.
 

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Comentarios

23/5/2018 | 12:51
#149006
Para el raton del comentario número 2 “sampalobby” mejor dedícate a opinar de tu partido, no opines del peronismo ni de los peronistas porque no tenes idea de lo que decís. El 90% de los peronistas de cuna queremos a Ramon, así que deja de hablar tonteras. Sos muy poca cosa como para opinar con tanta liviandad. Mejor ceñite a oscar y la interna del radicalismo don nadie.
23/5/2018 | 09:02
#149004
Oscar Castillo es un delincuente. Es el Ramon saadi del radicalismo. Lo mismo pasó con la JR hace 2 años. Hicieron la misma maniobra. Lo que me parece absurdo es que salga el golpeador del Gato Luna a hacerse el moralista denunciando. Ese mamarracho deberia renunciar a su banca. A las mujeres no se les pega. Y a los obsecuentes de Castillo... que mal los veo, pobre gente idiota aplaudidora. Me hacen acordar a la campora. Ciegos, tontos y repetidores de mentiras que encima se las creen. Que mal futuro que tiene la politica local. Los jovenes peronistas drpgadictos y borrachos alumnos del robo y los jovenes radicales... no todos, pero mucho de ellos (renovadores y celestes en su mayoria) son muy básicos e ignorantes
23/5/2018 | 08:27
#149003
No es tan así amigo Kelo. Hay políticos que lideran un partido o sector en base a su carisma, a su habilidad, a su militancia, es el que tiene siempre un as en la manga, el que puede sacar un conejo de la galera cuando ya todo está perdido, son los que construyen. Hay otros que duermen, no militan, se sientan en una oficina o bar y desde allí construyen castillos de humo y es obvio que cualquier viento se los lleva. En esta oportunidad los, hasta ahora perdidosos, dieron lástima, verguenza y colocaron al partido en peligro. Si militaran no había necesidad de recurrir a las malas mañas de falsificar firmas de avales y actas, los viejos políticos hacían votar a los muertos y dicen que son los diferentes. Los buenos de esa lista tienen que hacerse cargo de los yerros. No descalifique a los que opinamos lo contrario.

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