Desde Francia

sábado, 14 de julio de 2018 00:00
sábado, 14 de julio de 2018 00:00

Hoy es el Día Nacional de Francia, una fecha que supera la celebración dentro de las fronteras galas, y adquiere un significado enorme para gran parte del mundo occidental.
La conmemoración, se sabe, remite a la toma de la Bastilla, símbolo del inicio de la denominada Revolución Francesa, para muchos el acontecimiento que marca el comienzo de la era contemporánea.
Fueron acontecimientos violentos y sangrientos, es verdad, pero también la semilla de un ideario que bien podría resumirse en el maravilloso lema de “Libertad, igualdad, fraternidad”.
Ocurre que el mayor legado de la Revolución Francesa, que perdura hasta aquí con nosotros, es la declaración universal de los derechos del hombre y del ciudadano, prólogo en distintos continentes de la creación de las repúblicas y el fin de las monarquías absolutas, la abolición de la esclavitud, el movimiento por el sufragio femenino en todo el mundo, la lucha los derechos laborales y demás batallas por los derechos civiles.
Aquellos ideales impulsados desde Francia se sostuvieron a través de los siglos, sino como realidades palpables, al menos como horizonte común a las aspiraciones de pueblos de todo el planeta.
Radica allí el valor de una fecha que se convirtió en universal porque trasciende los intereses o la coyuntura de un país determinado en un momento específico de la historia, y abarca principios aplicables a todos los hombres y mujeres en diferentes épocas.
Salud por ese momento de la historia, aunque el mensaje se mantenga hoy en distintos aspectos como una cuenta pendiente para muchos países.

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