Con: Hogar Pan de los Pobres San Antonio

Cara a Cara: La casa que hizo suya un grupo de mujeres en nombre de la vida

domingo, 30 de octubre de 2016 00:00
domingo, 30 de octubre de 2016 00:00
Por Kelo Molas

Prado 585. Pleno corazón de San Fernando del Valle. Allí late un grupo de corazones que transmiten vida, paz, amor al prójimo y vocación de servicio.
 
Allí está el Hogar Pan de los Pobres San Antonio, entidad civil sin fines de lucro, fundada hace 103 años por Fray Antonio de Jesús Lobo. Allí viven 14 mujeres soportando de la mejor manera el paso y el peso de los años, tratando de disimular lo que no pueden: la indiferencia de mucha gente erróneamente convencida que ahí sobra de todo.Que no falta nada. Sobran sí, y de manera contagiosa, las ganas de vivir con dignidad los años de la vejez.
 
Fue una hora gratificante el compartir con ellas, por todo lo que dieron y la lucha por seguir dando. Mantienen la clara expectativa por recibir la vista de "alguien importante” (léase una autoridad provincial).
 
Las voces de la noble entidad tienen nombres y apellidos, integrantes de la comisión directiva: Sara de Rodríguez (presidenta), Elena Rivera de Pérez (tesorera y esposa del siempre recordado y querido "Piriqui” Pérez), Estela Castro de Vargas, Hortensia Barrionuevo y María del Carmen Acuña. No pudo estar Martha Sosa de Macedo, entre otras. Cuando se refieren a las habitantes del hogar, usan la palabra "señoras”, con mucho respeto y afecto.
 
Entre esas señoras estaban María Rosa, Mafalda, Natividad, Ilda, María Rosa ("Monona”) y María Edelmira. El Cara a cara de este domingo las tiene como protagonistas, simpáticas y lindas. Salimos de la institución convencidos que pronto llegará el día de la visita de ese "alguien importante” que tanto esperan. Ojalá así sea.
 

- ¿Cuáles son los principales servicios que presta la institución?

- A  las señoras se les brinda el desayuno, el almuerzo y la cena. Lamentablemente, no podemos ofrecerles atención en lo que se refiere al tema salud, pues no contamos con un médico ni con enfermera. Solamente tenemos dos cocineras y dos chicas encargadas de limpieza, que  prestan servicios durante la mañana y se van; una de las cocineras vuelve en horas de la noche.
 
 
- Respecto del internado, ¿son únicamente mujeres?
 
- Sí, son todas señoras, que reciben la permanente colaboración de las empleadas y son muy colaboradoras para todo lo que sea necesario. Además, son señoras que se manejan solas, al margen de que no tenemos el personal suficiente para las necesidades de la institución. Nos parece oportuno aclarar una cuestión: esto no es un geriátrico, pero la verdad es que no nos da el presupuesto para contratar a un médico o una enfermera. Hemos tramitado muchas veces, oficialmente, contar con alguien para el servicio de salud, pero no hemos tenido una respuesta favorable; será porque ésta es una entidad privada.
 
 
- ¿Cómo es un día normal en la vida de la institución?
 
- Las señoras desayunan a las 8.30. Después ellas se van a sus habitaciones o salen, porque tienen la libertad de salir, siempre y cuando se respeten los horarios; por ejemplo, a las 12 tienen que estar aquí para el almuerzo. También pueden recibir visitas hasta las 21.
 
 
- ¿Esa libertad de salir incluye ir a la casa de un familiar?
 
- Son libres de elegir. Si un familiar las invita a almorzar, llegado el caso, lo hacen sin ningún inconveniente; los fines de semana lo pueden compartir con sus familiares en domicilios particulares.
 
 
- Hablemos de los recursos con que cuenta el hogar. ¿Cómo se generan?
 
- (No pueden contener una sonrisa) Esto se sostiene gracias a la colaboración de cada una de las señoras, que se hace de manera mensual. Además, tenemos socios y benefactores que nos dan mensualmente una ayuda económica.
 
 
- Respecto del aporte de las señoras, ¿es una suma fija o varía según los casos?
 
- Representa un aporte proporcional a lo que cobra cada una de ellas, sea  en concepto de jubilaciones o pensiones. Ocurre que cada vez se hace más difícil la situación, por los costos de vida que se fueron muy altos. Hay que tener en cuenta que de esos ingresos tenemos que pagar aportes previsionales, sueldos, alimentación y gastos que demandan los arreglos propios de una casa antigua, que pueden ser trabajos de carpintería, cerrajería o plomería.Estos gastos se manifiestan permanentemente. Por ejemplo, pagamos 4.400 pesos del servicio de agua, algo que años atrás no pagábamos, estábamos exentos de ese pago. Para nosotras se nos hace muy difícil cumplir con estos compromisos, diríamos casi imposible.
 
 
- Al respecto: hay una idea generalizada en el contexto de la comunidad en el sentido de que ustedes no necesitan ayuda porque las señoras que aquí viven son gente de buena posición económica. ¿Esto es real o no?
 
- Es buena esta oportunidad para aclarar algunas cuestiones. Antes, nos mandaban leche del ministerio de Bienestar Social y un día dejaron de hacerlo. Hicimos los trámites correspondientes y nos respondieron que ese beneficio no nos correspondía porque cobramos la pensión de las señoras. Eso de que tenemos una "buena entrada” en aportes es un error. En carne y verduras, por citar dos productos, las erogaciones son altas y alcanzan para pocos días; después, lógico, hay que volver a comprarlos.
 
 
- En una época, esta institución ha tenido grandes benefactores, muy conocidos por nuestra sociedad. ¿Hoy, continúan aportando?
 
- Quedan algunos. Por ejemplo, "Palito” Bizzotto nos ayuda con alimentos no perecederos; la señora Eda de Bernardi, que nos colabora mensualmente con una suma de dinero, lo mismo que la señora Sara Cubas. Después, llegado el caso, las integrantes de la comisión tienen que meter la mano al bolsillo, algo que podríamos decir ocurre a cada rato. Le contamos: tenemos un contador, cuya identidad nos reservamos, que cobra por sus servicios 1.000 pesos, por decir que nos cobra algo, pero en realidad es nada. En verdad, nosotras le aportamos esa suma, porque él no nos quiere cobrar.
 
 
- ¿Han gestionado ante algún organismo del Estado un subsidio mensual permanente que les permita afrontar todos los gastos que tienen?
 
- (Se escuchó un ¡ah! Casi a coro) Eso es lo que pretendemos. A todos los gobiernos les hemos pedido un subsidio mensual fijo. Nunca nadie nos dio una respuesta. El año pasado fuimos a ver al vicegobernador (Dalmacio) Mera y salimos muy contentas porque nos atendió  de diez, con la promesa de que a la semana íbamos a tener noticias sobre nuestro pedido. Todavía estamos esperando. Esto es una lucha cotidiana que muchos no conocen.
 
 
- Esa lucha cotidiana incluye, por parte de ustedes, dejar a la familia y las obligaciones propias de cada casa para estar aquí.
 
- Todos los días estamos por la mañana acá.Atendiendo y resolviendo los problemas. Hay que tener mucha vocación de servicio y dedicación para estar aquí. Por supuesto que debemos destacar un aspecto muy importante: la ayuda de nuestras familias, que nos apoyan constantemente para que sigamos en la institución; para nosotras eso es muy valioso.
 
 
- ¿Qué pasa cuando tienen un caso de urgencia médica?
 
- Ellas tienen la obligación de contar con un servicio de emergencia médica. La mayoría son afiliadas a Eca. Por eso insistimos en que nos hace falta una enfermera, especialmente en horas de la noche, que es cuando las señoras quedan solas y debemos estar preparadas para cualquier emergencia. Necesitamos con urgencia contar con un personal de guardia. Puntualmente, necesitamos una persona que viva aquí en el hogar y esté al cuidado de las señoras de forma permanente.
 
 
- ¿Algunas realizan determinada actividad manual?
 
- Muy pocas. Ella, por ejemplo (señalan a doña Ilda Lobo), es una gran tejedora.
 
 
- ¿Y cómo pasan los acontecimientos especiales como cumpleaños, Navidad o Año Nuevo?
 
- Cuando hay un cumpleaños se les prepara un almuerzo especial. Los 24 de diciembre, al mediodía, compartimos todas una comida y ya por la noche algunas comparten lo que ellas compran o van a esperar la Navidad con sus familiares. Después tenemos el 13 de junio la fiesta de San Antonio y el 20 de noviembre, cuando se recuerda la fecha del fallecimiento del fundador del hogar, Fray Antonio de Jesús Lobo.
 
 
- ¿Qué ocurre cuando llega el período de vacaciones?
 
- Ellas pueden salir cuando quieran. Muchas salen a vacacionar son sus familiares. Por supuesto nosotras tenemos que estar al tanto de todo y conocer más o menos cuántos días van a estar ausentes.
 
 
- ¿Viene gente del interior de la provincia?
 
- En estos momentos hay una señora de Pomán, las demás son todas de la Capital. 
 
 
- ¿Es buena la convivencia? ¿Llegan a formarse amistades entre las señoras?
 
- (Le dan la palabra a "Monona”) Voy a ser muy sincera: amistad no hay, sí hay un buen compañerismo. Yo estoy hace 12 años aquí y debo decir que ellas (señalando a las integrantes de la comisión) son una verdaderas magas para llevar esto adelante en tiempos que más que difíciles son graves.
 
 
- ¿El edificio necesita de algún arreglo en especial?
 
- Necesita una remodelación general. Nuestro sueño es hacerlo pintar entero, pero bueno… por ahora es un sueño. Lo más urgentes es un buen revoque en muchas partes de la casa, que tiene 19 habitaciones y cada una de las señoras tiene su habitación. Tenemos el mobiliario suficiente, pero si ellas quieren traer sus muebles lo pueden hacer.
 
 
- Al margen de las cuestiones institucionales, ¿las señoras tienen la debida contención familiar?
 
- En realidad, consideramos que es poca…
 
- (Interviene "Monona”) El tema tiene sus más y sus menos. Porque el anciano, con los años, tiene obviamente sus problemas y con el paso del tiempo tiene dificultades que merecen una atención especial, porque seguro que no faltan los sobresaltos.
 
 
- Se nos ocurre pensar que la cuestión de los socios y benefactores es un asunto clave para la institución.
 
- Indudablemente. En el caso los socios, pagan 300 pesos al año.
 
- Perdón… serán 300 pesos al mes.
 
- No, son 300 pesos al año. Y mucha gente nos ha comunicado que no pueden seguir aportando, y sabemos que es gente, en su mayoría, que está en una buena posición económica. Cada una de nosotras, entre sus amistades y familiares, busca socios para la entidad. Nos sorprende mucho que haya personas que se negaron a colaborar con el hogar, cuando estamos en presencia de una ayuda económica accesible para sostener una casa que alberga a señoras con muchos años. Ella, por ejemplo, (señalan a doña María Rosa Salas) tiene 87 años y salió reina madre de la Tercera Edad representando al hogar. Por supuesto que nos hizo quedar muy bien.
 
 
- (Habla doña María Rosa) Iba a venir con la corona y la capa, pero no tenía tiempo para buscarlas.
 
 
- ¿En alguna etapa de la estadía en el hogar, ¿las señoras pueden dejar la casa y volver a sus hogares?
 
 - Lo pueden hacer. Cuando ellas ingresan tienen que nombrar a dos personas responsables a los fines de estar en permanente contacto con nosotros. Reiteramos: como no tenemos médico ni enfermera, cuando surge alguna enfermedad de inmediato les comunicamos a sus familiares y amigos.
 
 
-  (Vuelve a intervenir "Monona”) Es ahí donde se valora, las que tenemos la gracia de Dios, lo que hace esta casa por nosotras. Porque hay que admitir que somos "difíciles” (sonríe). Esta es nuestra casa y todos tenemos que ser buenos.
 
 
- (La pregunta indebida) ¿Qué pasa si algún día se les comunica a las integrantes de la comisión que no van a cobrar más el sueldo?
 
- (Casi a coro) ¡No! Nosotras no cobramos ningún sueldo.
 
- Pedimos las disculpas del caso.
 
- ¡De eso ni hablar! Todo el trabajo de la comisión es ad honorem. Y como dijimos anteriormente, si hay que meter la mano al bolsillo, lo hacemos con gusto en la medida de nuestras posibilidades.
 
 
- ¿Y por qué están trabajando gratis en esta institución?
 
- Por pura vocación de servir. Para nosotros representa algo muy gratificante venir aquí y sentirnos útiles. El día que no podemos venir, es como que nos falta algo. Así lo sentimos.
 
 
- Nos queda la impresión de que ustedes están esperando la visita de alguien importante, sea un intendente, un funcionario, un legislador o la propia Gobernadora. ¿Es así?
 
- Seguro. Ricardo Guzmán fue el único que vino cuando era intendente, y eso que tramitamos la presencia de mucha gente. Incluso Ricardo compartía con nosotras los almuerzos y siempre que necesitábamos algo, como por ejemplo pintores o albañiles, tuvo la mejor predisposición para ayudarnos. Destacamos que cuando el hogar cumplió los 100 años de su fundación, (Lucía Corpacci) la señora Gobernadora nos hizo pintar el frente del edificio. Para nosotras es importante que vengan a visitarnos, dialoguen con las señoras y vean cuáles son las necesidades que tenemos. n
 
TITULOS SUGERIDOS:
La casa que hicieron suya un grupo de
mujeres en nombre de la vida.
- LA LUCHA
  COTIDIANA  
  POR HACER
DIGNA LA VEJEZ.
Nota: hay varias fotos. Integrantes de la comisión, algunas de las habitantes del hogar, la capilla, entre otras.
 

La vejez

El talentoso intérprete y compositor Alberto Cortez se inspiró para dejarnos el tema "La vejez”, cuyo texto transcribimos a continuación.

Me llegará lentamente
y me hallaré distraído,
probablemente dormido
sobre un colchón de laureles.
Se instalará en el espejo,
inevitable y serena
y empezará su faena
por los primeros bosquejos.

Con una hebras de plata
me pintará los cabellos
y alguna línea en el cuello
que tapará la corbata.
Aumentará mi codicia
mis mañas y mis antojos
y me dará un par de anteojos
para sufrir la noticia.

La vejez…
Está a la vuelta de cualquier esquina,
allí, donde uno menos se imagina
s nos presenta por primera vez.
La vejez…
Es la más dura de las dictaduras,
la grave ceremonia de clausura
de lo que fue la juventud alguna vez.

Con admirable destreza,
como el mejor artesano
le irá quitando a mis manos
toda su antigua firmeza
y asesorando al galeno
me hará prohibir el cigarro
porque dirá que el catarro
viene ganando terreno.

Me inventará un par de excusas
para menguar la impotencia,
"que vale más la experiencia
que pretensiones ilusas”,
me llegará la bufanda,
las zapatillas de paño
Y el reuma que año tras año
aumentará su demanda.

La vejez…es la antesala de lo inevitable,
el último camino transitable
ante la duda… ¿qué vendrá después?
La vejez…es todo el equipaje de mi vida
dispuesto ante la puerta de salida
por la que no se puede ya volver.

 A lo mejor, más que viejo
seré un anciano honorable,
tranquilo y lo más probable,
gran decidor de consejos
o a lo peor, por celosa,
me apartará de la gente
y cortaré lentamente
mis pobres, últimas rosas.
  La vejez…


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Comentarios

4/12/2016 | 11:34
#149006
Estas son las cosas que causaln tristeza! Tantos subsidios a clubes,a colegios pagos a viajes innecesarios y nada para lograr que los ansianos pasen mejor su velez. No esperemos del estado, estas personas no les aumentan votos, Pero si de la poblacion. Una visita, aun as factor as para sus meriendas!
30/10/2016 | 08:53
#149005
Excelente nota . Quiero creer que como son mujeres ancianas , no tienen obligación de votar , entonces para la gobernadora , el intendente ,los ministros y politicos en general , no son útiles , por ello la falta de ayuda o interés .-

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