Con: Dr. Guillermo Barrionuevo

Cara a Cara: “El tango goza de muy buena salud”

domingo, 11 de diciembre de 2016 00:00
domingo, 11 de diciembre de 2016 00:00
Por Kelo Molas 
 
Hoy es el Día Nacional del Tango (después, nuestro entrevistado explicará los motivos de la celebración).Está cumpliendo los 50 años con la medicina y en 2017 cumplirá 30 años como difusor radial del tango.
 
Llegó a ser presidente del Círculo Médico de Catamarca. Hijo de Ramón Lorenzo Barrionuevo y María Magdalena Andreatta, padre de dos hijos (ambos contadores) Diego Leandro y Sebastián, abuelo de 4 nietos: Facundo, Lisandro, Martina y Lautaro.
 
Simpatizante (como todos en la familia) de Independiente de Avellaneda. Es palabra autorizada a la hora de hablar del tango en Catamarca y, además, dueño de una prodigiosa memoria. A los 75 años, el Dr. Ramón Guillermo Barrionuevo luce sus conocimientos en el Cara a cara que El Esquiú.com propone este domingo. "Para saber lo que hay que saber”, diría un periodista radial en Radio Centro.
 

- Este domingo es el Día Nacional del Tango. ¿Qué significa un 11 de diciembre en la vida de Guillo Barrionuevo?

-  Una fecha así, a uno le trae una serie de recuerdos y de homenajes que se han hecho y que uno ha tenido la suerte de vivirlos acá en Catamarca o en Buenos Aires. Pero en realidad, yo al tango lo tengo presente todos los días, desde que me despierto. Por eso para mí, el día del tango son los 365 días del año. Este domingo se cumplen exactamente 40 años de la partida de nacimiento del Día Nacional del Tango, refrendada por un decreto número 3781/76. Fatigosas gestiones de Ben Molar, apoyadas por entusiastas figuras que tienen mucho que ver con el tango, lograron este reconocimiento y ese decreto. La fecha elegida no tiene nada de caprichosa, ya que coincide con el natalicio de Carlos Gardel, el máximo codificador del tango-canción y de Julio De Caro, el máximo codificar del tango-instrumental, que impuso la escuela "Decareana” de la que bebieron los más  grandes tanguistas de todos los tiempos: Osvaldo Pugliese, Osvaldo Fresedo y Alfredo Gobi, entre otros. Respecto de Gardel, su partida de nacimiento, que está en Francia, donde nació, dice: el 11 de diciembre de 1890, en el hospital de La Grave, a las 2 de la mañana, nació Charles Romualdo, hijo de Bèrthe Gardès, planchadora, y padre desconocido. En la misma ciudad donde nació el avión Concord, Paul Groussac y el Premio Nobel de Literatura de 1904, Federico Mistral. Allí nació este morocho que se hizo después en las inmediaciones del Mercado de Abasto de Buenos Aires y terminó partiendo rumbo a las estrellas un 24 de junio de 1935 desde Antioquía, provincia colombiana, donde naciera también Jorge Isaacs y donde se habla el español más puro de América. Por su parte, Julio De Caro nació el 11 de diciembre de 1899, exactamente 9 años después de "El Zorzal”, en una casona de la calle Piedad, que ahora se llama Bartolomé Mitre, a la altura de Azcuénaga, en la Ciudad de Buenos Aires. Con su hermano Francisco al piano, su otro hermano Emilio, segundo violín, el Negro Leopoldo Thompson en contrabajo y los dos grandes "fuelles” del tango: Pedro Maffia y Pedro Laurens, conformaron un sexto que haría historia.
 
 
- ¿Por qué  y desde cuándo tanguero?
 
- Mi apego al tango nace cuando yo era un niño de 6 o 7 años. En un casamiento de una tía estaba un bandoneonista de la familia y ejecutaba tangos para que bailen los invitados. Me impactó tanto que, al día siguiente, en el patio de mi casa, mis padres quedaron sorprendidos porque me encontraron sentado en una silla e imitaba como que tocaba el bandoneón y tarareaba los tangos cuyas melodías se me habían quedado pegadas en la memoria. Y mientras los tarareaba, hacía los movimientos como si estuviera tocando un "fuelle”. A partir de ahí, todavía yendo a la escuela primaria, comencé a formar mi propia discoteca comprándole discos a un peluquero, porteño el hombre, que estaba en el negocio de mi padre, en Casa Mandatori y en La Cueva, que tenía sus locales en calle Rivadavia al 700 y al 800. Después fui a estudiar violín y recuerdo que ponía los discos en un pequeño tocadiscos y me acompañaba con ese instrumento. Te cuento: ese amor por el tango me costó caro. Porque estando en quinto año de violín, mi profesora, doña Albina Andrada de Andreu, me dejó estudiando un ejercicio y cuando retornó yo estaba tocando un piano; no me olvido: me dijo que era su alumno preferido pero que no le gustaba la indisciplina, y tuve que dejar de estudiar violín por ese motivo.
 
 
- Suponemos que esta pasión por el tango lo ha llevado a tener una rica discoteca…
 
- (Interrumpiendo la pregunta) Sí, pero no me preguntes cuántos discos de 78, 45, 33, compactos y casetes guardo, porque sinceramente no tengo la más mínima idea. Sólo sé que son muchísimos y bibliografía referida al tango, bueno…son un montón de libros. La verdad, no podría precisar un número.
 
 
- Pero hay un número que sorprende. A través de sus programas radiales, alguna vez lo escuchamos decir que hay alrededor de 700 versiones de La Cumparsita. ¿Es así?
 
- Al respecto, debo decirte que comencé haciendo radio difundiendo el tango un 16 de mayo de 1987, en Radio Nacional Catamarca. Caminaba por calle Chacabuco y en la vereda de la emisora estaba parado Raúl Acuña, que era el director. Nos pusimos a charlar y quedamos que, con la bibliografía y la discografía que tenía, podía hacer un programa de tango. Y así, al sábado siguiente ya estaba conduciendo "7.30 Tango”; el 7.30 tenía que ver con el punto del dial y porque se iniciaba a las 7 y treinta de la tarde. Allí estuve dos años y medio y pasé a FM Catamarca, la primera FM de nuestra provincia, que estaba en la calle Junín, posteriormente se trasladó a la galería Leo III por calle Sarmiento y cuando se inaugura Radio Dimensión, por calle Mota Botello al 50, en el año 1997, me hago cargo del programa "El tango en acción”, todavía vigente todos los sábados a las 18. Posteriormente, en el año 2005, me incorporo a Radio Unión, donde iba los domingos a partir de las 10 con "La tanguería de Unión”. Ése fue mi recorrido por diversas emisoras y viene a cuento de tu pregunta porque en el ciclo "El tango en acción”, un buen día se me ocurrió la idea de poner cada sábado una versión distinta de La Cumparsita. Este sábado (por ayer) irá la versión número 946 de La Cumparsita, estamos intentando llegando a las mil, y las tengo ordenadas alfabéticamente para no repetir ninguna; jamás repetí una versión.
 
 
- Cuando alude a Carlos Gardel, suele llamarlo de una manera especial.
 
- Fue una creación mía. Porque (a Gardel) se le llama "El bronce que sonríe”, "El mago”, "El máximo”, "El mudo” y un sinnúmero de apodos. A mí se me ocurrió llamarlo "El profesor titular de la cátedra de canto de tango, Carlos Gardel”.
 
 
- ¿Es Gardel su máximo referente tanguero?
 
- El máximo cantor, sin lugar a ninguna duda. Hay otros que también fueron y son muy buenos, entre los que podemos nombrar a Edmundo Rivero y Oscar Alonso, de quien (Aníbal) Troilo supo decir que después de Gardel el mejor era Alonso, y lo dijo Troilo, que por su orquesta desfilaron cantores como Fiorentino, Goyeneche, Cárdenas, Marino, Floreal Ruiz, Tito Reyes, Jorge Casal y otros.
 
 
- A su juicio, ¿qué tiene Gardel que no tengan los otros?
 
- Lo más importante que tiene que tener un cantor es la afinación. Porque el cantor puede tener pinta, buena voz, buena dicción y puede gesticular muy bien, pero ser desafinado; y no va. Carlos Gardel tenía una afinación perfecta. Por ejemplo, otro exponente tanguero que por su forma de ser parecía un poco chabacano, pero era muy afinado, me refiero a Alberto Castillo. Además, Gardel cantaba con el alma, tenía una sonrisa inconfundible y una simpatía incomparable. Era completo desde todo punto de vista. Gardel fue el que comenzó a cantar el tango-canción. En los comienzos, las letras de los tangos eran unipersonales, estilo monólogo y era como que el cantor  cantaba  para sí mismo, haciendo alharaca de sus condiciones de gran bailarín o gran peleador. Hasta que llega un día que Samuel Castrioto, un gran pianista, compone un tango al que titula "Lita”. Pascual Contursi le adosa una letra, ya con argumentos y desde allí parten las poesías y las letras argumentadas, lo que llevó a alguien decir: "El tango es una larga historia de sólo tres minutos”. Ese tango, "Lita”, después pasó a llamarse "Percanta que me amuraste” y terminó con el nombre de "Mi noche triste” y el primero que lo grabó, en 1917, fue "El zorzal criollo”. Ese año, fue muy importante para la historia del tango, porque Roberto Firpo introduce oficialmente el piano en las orquestas típicas, lo que cambia las estructuras de las orquestas. Fue en 1917, en el recreo "La Giralda”, Montevideo, donde el cuarteto de Roberto Firpo estrena La Cumparsita, que le fuera llevada por su autor Gerardo Mattos Rodríguez. Recordemos que el tango tiene tres ingredientes fundamentales que son: la música, los versos y el baile, es decir: tango-música, tango-canción y tango-danza. No quiero olvidarme de un hombre que lo dice al tango más que cantarlo: "El Polaco” Roberto Goyeneche y cuando hablo de él, digo: "Hizo conocer a los tangos pocos conocidos y a los tangos nuevos o viejos, los hizo distintos”.
 
 
- ¿Es La Cumparsita el mejor tango?
 
- Al menos es el más conocido en el mundo, pero indudablemente que hay muchísimos tangos buenos. De sus tantas versiones, la que más gusta es la de (Juan) D`Arienzo. Probablemente, en cuanto a  calidad musical, hay tangos superiores a La Cumparsita.
 
 
- En cuanto a D`Arienzo, ¿está bien llamado el "Rey del compás”?
 
- D`Arienzo tiene su historia. Comenzó con un dúo, con Ángel Dagostino, cuando eran muy jovencitos y terminó conformando una orquesta en la que el ritmo nervioso del pianista, Rodolfo Biagi, le dio un compás que lo hizo muy bailable al tango. Cuando el tango estaba entrando en decadencia, después de la muerte de Carlos Gardel, fue cuando surgió D`Arienzo. Siempre se escucha decir "el tango está muriendo”, pero siempre surge alguna figura y D`Arienzo tuvo la particularidad de llevar el tango de los labios a los pies y empezó a llenar las pistas de bailarines, y ello provocó un verdadero resurgimiento del género. Los tangueros le debemos mucho a  D`Arienzo. Recuerdo que fue en la década del `50 cuando el tango comenzó a declinar y allí aparece el uruguayo Julio Sosa, que logra meterse mucho en la juventud y el tango vuelve a reverdecer laureles. Luego, cuando parecía que volvía a decaer el tango con la muerte de Sosa, acaecida en 1964, aparece un cordobés, Rubén Juárez,  que lo vuelve a levantar. Juárez, nacido en Ballesteros, Córdoba, y criado en Sarandí, comenzó a tocar el bandoneón en la orquesta típica del Club Independiente de Avellaneda, pese a que él era hincha fanático del Racing Club. Cantando acompañado de su bandoneón, Juárez le dio otro empuje al tango. De manera que digo que el tango está lejos de morir y goza de muy buena salud. A propósito, no olvidemos que la Unesco, el 30 de septiembre de 2009, declaró al tango "Patrimonio cultural inmaterial de la Humanidad”.
 
 
- ¿Qué nos puede decir del tango en  Catamarca?
 
- Recuerdo de mi juventud cuando íbamos a bailar al entrepiso del Hotel Ancasti y allí tocaba "La Jazz Estrellas Azules” y la Típica Catamarca, dirigida por el pianista Emilio Jalabert con el violín de Pedro Festini, el contrabajo de Filippin  y el bandoneón de Zalazar; los cantores eran Mario Alonso y Juan Carlos Simes. En El Molino (por avenida Ocampo) reinaba La Jazz de Horacio Gandini y la orquesta "Los Caballeros del Tango”, donde tocaba el violín y cantaba "El Zorro” Juan Carlos Martínez, junto a Nene Rodríguez (contrabajo). Después empezaron a surgir cantores como Dardo Chanampa, queridísimo amigo y muy buen cantor de tangos; Román Reyes, que se hizo en Buenos Aires; "El Chino” Contreras; Yuri Salguero; el maestro Luis Castellanos y su hijo Juan Pablo, un muy buen pianista, Tito Quinteros y muchos otros. Lo que pasa en Catamarca es que cuando se abre un local y se hace una peña tanguera, se llena, al fin de semana siguiente ya va menos gente y a la tercera convocatoria, ya no va casi nadie. Aquí se creó la Asociación Mutual y Cultural "Carlos Gardel” y la Agrupación Amigos del Tango, instituciones que se van perdiendo por la falta de apoyo. En estas cuestiones, parece ser que el catamarqueño es "tiempista”; lo mismo pasa con los restaurantes o las peñas folklóricas, los primeros tiempos reciben a mucha gente y después quedan solamente los dueños.
 
 
- También usted es cantor.
 
- (Sonríe) ¡No! En verdad, intento. En reuniones entre amigos, me animo a cantar algo y llegué a grabar un CD.
 
 
- De los cantores famosos, ¿qué recuerdos guarda a nivel personal?
 
- Bueno, fui presentador, junto al recordado "Puyuyo” Sánchez, de Jorge Valdez, y terminamos en el patio de mi casa escuchándolo cantar hasta el amanecer y con los aplausos de los vecinos. Una persona excepcional. Al "Polaco” Roberto Goyeneche le gustaba venir a  Catamarca porque tenía problemas respiratorios y aquí decía sentirse  muy bien. Era un enamorado de nuestra provincia.
 
 
- ¿Le hubiese gustado conocer a Gardel?
 
- Una pregunta con una respuesta obvia, pero digo… ¡no sé qué hubiese dado por estar aunque más no sea un par de minutos con Carlos Gardel! Poder estrecharle la mano y escucharlo en vivo. En honor a la verdad, ¡no me imagino cómo hubiera sido ese momento!
 
 
- ¿Era cierto o se creó un mito sobre que cuando venía el tanguero Jorge Arduth para animar los bailes que organizaba Luis Oscar Aisa, siempre llovía?
 
- ¡Era cierto! Recuerdo  los bailes que se hacían para el Día del Locutor o para los aniversarios de la vieja LW7 Radio Catamarca. Hago un paréntesis y te cuento que LW7 puso su primer programa al aire un 5 de noviembre de 1941, el día que yo nací. Volviendo a la pregunta, los bailes aniversario se hacían en el viejo Recreo "El Molino” con la presencia de Arduth y era como una "obligación” que tenía que llover. (Sonriendo) En  épocas de sequía, todo el mundo pensaba: "Hay que traerlo a Arduth”. Cordobés, a quien lo atendí como médico por unos problemas de columna que tenía. También atendí por un cólico renal a Astor Piazzolla, en el Hotel Ancasti, cuando vino a presentar "Noneto” en el Cine Teatro Catamarca. De Piazzolla recuerdo que era "el campeón mundial de las bromas pesadas”, a tal punto que llegó a ponerle un ratoncito dentro del contrabajo a Quicho Díaz, con eso te digo todo.
 
 
- Una inquietud a nivel personal: cuéntenos algo del negocio que tenía su padre, famoso en una época.
 
- Era un polirrubro, la casa estaba instalada en la esquina de Mota Botello y Rivadavia y se la conocía como "Casa Barrionuevo”. Ahí se vendían golosinas, loterías, revistas, libros, artículos de perfumería y de juguetería; tenía tres sillones de peluqueros que eran empleados de papá.
 
 
- ¿Su opinión de "Cambalache”?
 
- Es un resumen de todas las atrocidades que han ocurrido en el mundo y por supuesto nuestro país no está exento de eso. Una creación de Enrique Santos Discépolo, en el año 1935. Dice el tango por ahí "en el 506 y en el 2000 también” y ese 506 no está puesto  únicamente para la rima, alude al 506 A.C. cuando en Grecia, a los atenienses les robaban los depósitos de cereales en aquella época. Ya en esos años  había sinvergüenzas y los sigue habiendo, por eso "Cambalache”  sigue teniendo plena vigencia.
 
 
- ¿Qué opinión le merece lo que ocurrió con La Unión?
 
- Me duele terriblemente. Hace más de 11 años que tengo el programa "La tanguería de Unión”, los días domingos. Para mí ha sido un dolor muy grande. Una pérdida muy grande.

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