Hoy: Ana María Contreras

Cara a Cara: “Con la trata de personas se han robado vidas, se han robado infancias”

domingo, 4 de junio de 2017 00:00
domingo, 4 de junio de 2017 00:00

Por Kelo Molas

 Es una referente de la O.N.A.T.P. (ONG No a la Trata de Personas, trabajo sexual, comercial de niños, niñas y adolescentes). Pronto aparecerá un libro que la tiene como protagonista: "Un pedazo de cielo entre tanto infierno”.  
 
Tiene el cargo de comisario en la repartición policial, pero está en situación de disponibilidad desde hace un año y cree que la idea es exonerarla de la fuerza. Comenzó a trabajar en contra de la Trata de Personas y fue como si hubiese pateado un hormiguero.
 
Sus denuncias comprometen el accionar policial. La condena a una regente de un prostíbulo en Andalgalá actuó como disparador para hablar de lo que todo el mundo sabe y de lo que muchos prefieren silencio. Polémica, hizo graves denuncias sobre una problemática que, a su juicio, incluye además la droga, venta de órganos, venta de niños y personas desaparecidas. Se llama Ana María Contreras y es la protagonista del Cara a cara de este domingo.
 

  -Recientemente, la Justicia Federal condenó a 6 años de presión por el delito de trata de personas a María Julia Mariano (a) "Pocha”, que regenteaba el prostíbulo "Chanel” en Andalgalá.
 
 
¿Está conforme con el fallo?

  -Antes, debo decir que esta lucha es muy amplia y siempre esperamos resultados acordes a lo que se viene exigiendo en el marco de una problemática muy compleja. Esto tiene que ver con lo que se viene denunciando desde hace muchos años, demostrando la existencia de trata de personas en Catamarca. Quiero decir que toda esta lucha requiere de resultados conforme lo está pidiendo la sociedad. Respecto a la condena a la que hace alusión, es una condena mínima y, además de mínima, con prisión domiciliaria. Los que están condenados por trata de personales son considerados criminales; son redes criminales. En relación al prostíbulo de Andalgalá, es uno de los lugares en los que se llegó a juicio y esta señora fue condenada, si bien no era lo que esperábamos todos. Creo que hay una falta de la Justicia en cuanto a actuar y decidir de acuerdo a la gravedad de los delitos. Aquí estamos en presencia de la venta de cuerpos, de órganos; se trafican niños, no sólo pasa por la prostitución la trata de personas.
 
 
-¿Qué hay de cierto sobre la sospecha de que en el domicilio particular de la condenada se sigue practicando la prostitución?
 
-Es que justamente esa es una de las modalidades de este tipo de organizaciones; operan de esa manera. Suelen hacer pasar a las mujeres por mozas o por empleadas domésticas, cuando en realidad son mujeres que están siendo explotadas como prostitutas; por lo general viven en el mismo domicilio donde se está ejerciendo el comercio. Sin ir más lejos, es de público conocimiento el testimonio de Marta Nader, en el caso de La Chacarita, que públicamente dijo "yo trabajo en esto desde hace 30 años”. ¿Cuál es ese trabajo? Explotar mujeres, comercializar con el cuerpo de las mujeres. Y ella vive en el mismo domicilio y por ende se siguió con la modalidad de resto-bar, por lo tanto el delito de trata de personas continúa.
 
 
  -¿Qué más hay detrás de la trata de personas?
 
  -Hay mucho más detrás de este delito. Hay droga, venta de órganos, hay venta de niños; incluso hay personas desaparecidas. Por supuesto, hay un gran rédito económico, donde se maneja mucho dinero y hay gente que hace muy buenos negocios con todo esto; para decirlo puntualmente: es uno de los negocios más lucrativos desde la ilegalidad, donde existe una clara conexión entre uno y otro lugar. Por ejemplo, hemos trabajo en todo el Oeste, y en esa zona hay una conexión entre los departamentos, con las mismas personas. Y siempre al amparo por los que avalan el delito.
 
 
  -¿Catamarca forma parte de una red nacional en cuanto a la trata de personas?
 
  -Exactamente. Son delitos que no conocen fronteras  y la gente local está conectada con otros puntos del país. Esto debe hacer tomar conciencia de lo que representa la trata de personas; nosotros vemos como que el tema se minimiza, porque se tiene la idea de que solamente todo pasa por la prostitución y no es así. Acá hay un trasfondo que va más allá de lo que parece una ficción. Cuando hablamos con las mujeres en situación de prostitución, cada una cuenta una historia que tiene que ver con su niñez. Le van a contar que en algunos casos fueron explotadas sexualmente por sus mismos padres o que su misma madre las entregó a determinadas personas desde una edad muy temprana. Esto está hablando a las claras de muchos derechos que han sido vulnerados; aquí se han robado vidas, se han robado infancias.
 
 
-¿Cree que la sociedad en su conjunto no le da la importancia que tiene la problemática?
 
-Es un tema del que no se hablaba, y de a poco se le va dando la importancia que tiene. Esto de poner sobre el tapete la trata de personas, entiendo que ha llegado muy fuerte a la gente. Hay relatos, historias de vida. Se proyectaron imágenes de juicios, de casos reales y eso impactó en la sociedad, más allá de lo que uno le pueda contar. Nosotros esperamos de ese compromiso de la sociedad, que se involucre más; por eso sostenemos el trabajo de llegar a las escuelas, donde se involucran los docentes, porque es importante detectar a tiempo ciertos indicadores que tienen que ver con la violencia de todo tipo. Una cosa se relaciona con otra y se llega a la violencia extrema, exponiendo la situación vulnerable de la niñez y de la familia.
 
 
-En Catamarca, ¿la prostitución llegó a las mujeres menores?
 
-En Catamarca existe la trata de personas. Justamente en mi libro incluyo algunos relatos y algunas circunstancias que me tocaron vivir, de las cuales han sido partícipes niñas adolescentes, situaciones que en algunos casos no se han llegado a judicializar, sea por ineficiencia o complicidad en algunos casos. En lo que se conoce como la zona de "triple frontera”, esto es Recreo, Córdoba y parte de Santiago del Estero, se han visibilizado casos de menores de edad ejerciendo la prostitución. Curiosamente este tema se ha minimizado, ha quedado en la historia y hoy por hoy sigue siendo una realidad.
 
 
-¿Qué nos puede decir de esa muletilla que se quiere instalar, "prostituta feliz”?
 
  -Es una gran mentira. Como decía anteriormente, toda mujer en situación de prostitución tiene su historia y lamentablemente son historias muy horribles, muy desgarradoras. Le cuento: conozco a una mujer en situación de prostitución que tiene 42 años y se siente una persona vieja, porque está cansada de todo el sufrimiento que padeció, de sentirse tan ultrajada.
 ¿Cuándo empezó en la prostitución esa mujer? Créalo: ¡a los 8 años! Hoy, insisto, a los 42, se siente una mujer inútil. Entonces, ¿quién puede creer que eso pueda ser la felicidad? Además, la mujer que ingresa a la vida prostibularia, no lo hace con una caricia; por el contrario: lo hace a recibiendo golpes, además de la presencia de la droga y el alcohol. Aquel que opina sobre una prostituta feliz, debería ser preguntado si le gustaría que su hija caiga en las redes de la prostitución, seguro que le respondería que no.
 
 
-La pobreza, ¿induce a la prostitución?
 
  -Es uno de los factores la pobreza. También está la falta de afecto, de trabajo, de oportunidades en la vida, falta de educación; todo eso tiene que ver con los factores que llevan a una mujer a la prostitución. Si bien esto existe en todo el país, en Catamarca no podemos mirar para otro lado.
 
 
-Poniendo como ejemplo el reciente caso de Andalgalá: ¿Nadie sabía que en un local se
estaban prostituyendo mujeres, menores algunas de ellas? ¿La policía no se enteró o había complicidad?
 
  -Todo el mundo lo sabe, por así decirlo. En tal sentido le voy a citar los prostíbulos en la Capital, lo que se conoce como "zona roja”, particularmente en un sector del Sur. ¡No pueden decir que un expediente tenga el carácter de reservado porque no hay elementos para decir que existen esos lugares y funcionan como prostíbulos! Y eso pasó. Si esto se dio en la Capital, a la vista de todo el mundo, qué dejamos entonces para los pueblos del interior; uno se imagina que aquí los controles pueden funcionar a pleno, pero sin embargo ocurre al revés. En el interior, donde todos se conocen, no se puede desconocer el funcionamiento de los locales donde se da la trata de personas.
 
 
-Entonces, ¿hay real desconocimiento o se mira para otro lado?
 
-Mire, hay de todo un poco. No se olvide lo que dije: estas conductas son muy lucrativas; hay mucho dinero en juego. Hay que tener en cuenta que las mujeres en situación de prostitución tienen un costo para los proxenetas y buscan a las más jovencitas, las que pueden dejarles más utilidades. Aquí hay que detenerse en el cliente; esto también es una cuestión de conciencia y tiene razón aquello que dice "sin cliente, no hay trata”. Alguien debe saber que si se va a determinado lugar, allí se están comercializando mujeres, que en muchos casos son niñas, y a veces los clientes prefieren ir a donde hay niñas en situación de prostitución. Llegamos a la conclusión de que el cliente es un cómplice de la trata de personas. En estos delitos se actúa de oficio por parte de las autoridades correspondientes…
 
 
-Perdón por la interrupción: ¿Se actúa de oficio o se debiera actuar de oficio?
 
-En realidad cabe decir que se debiera actuar, porque no hay que esperar una denuncia para que la Justicia actúe sobre este tipo de conductas ilícitas. Aquí hay un entramado de cosas que se visibilizan: no se olvide que la droga y la trata de personas van de la mano, porque en algunos casos comienzan con la prostitución y terminan con la venta de drogas. A todo esto hay que sumarle otro delito grave: la apropiación de niños; hay mujeres a las que las hacen parir y luego vender a los niños, con lo cual el comercio sigue… Todo es un comercio.
 
 
-Ahora bien. Si nadie ignora la existencia de los prostíbulos, incluso con menores de edad trabajando allí, ¿por qué no se actúa en consecuencia?
 
-Es la pregunta que nos hacemos todos los días. Falta ese compromiso por parte de los órganos que deben actuar. A mí me vienen pasando cosas justamente por denunciar estos hechos.
 
 
  -Usted tiene jerarquía de comisario en la repartición policial. ¿Por qué no está en funciones?
 
-Me tocó ir a un área muy compleja que es la de Trata de Personas, perteneciente a la institución policial, desde el año 2014. En enero de ese año hice un procedimiento en Belén, con personas detenidas y personas rescatadas, lo mismo ocurrió en febrero en Tinogasta, con los mismos resultados. En el mes de marzo, en Andalgalá, ya se había filtrado toda la información; la que estaba al frente del prostíbulo me recibió de brazos cruzados y por poco no me invita a tomar un café. En abril, pretendimos hacer unas jornadas importantes y no se me autorizó hacer esa capacitación, y ya en mayo me sacaron del lugar, me trasladaron a otra área, la de Comunicación. 
 
 
-Con respecto a los procedimientos llevados a cabo en Belén, Tinogasta y Andalgalá, ¿sospechó en algún momento que la Policía estaba comprometida?
 
  -Han pasado cosas. A los 16 días de hacerme cargo del área de Trata de Personas, me pidieron colaboración desde la Justicia de Salta para un procedimiento en Belén. Tuvimos gente de la policía de Salta dentro del prostíbulo y cuando yo pasé por el destacamento ubicado al ingreso de  Belén, hice firmar la hoja de ruta; el oficial que estaba en ese destacamento, me dijo: "Acá está metida la policía”. Hubo gente que hizo un trabajo de inteligencia y preparó todo el terreno para entorpecer el procedimiento. A pesar de ello, el procedimiento se hizo igual, para lo cual tuvimos que esperar dos días; en pocas palabras: nos duplicaron el trabajo. Todo esto me trajo serias consecuencias internas; yo pedía una explicación por entender que nuestro trabajo era eficiente, estábamos actuando contra una red de trata. No pudimos desbaratar la red de trata porque no pude concluir el trabajo planeado, todo se hizo hasta la mitad. Entonces, la otra mitad sigue operando tranquilamente en Catamarca. Nunca tuve una respuesta a mis pedidos de explicación sobre lo que estaba pasando. Empecé a notar un trato distinto hacia mi persona, esa incomodidad para desenvolver mis tareas y de alguna manera me "congelaron” pasándome a otra área. Después comenzaron a surgir sanciones y sumarios en mi contra. Hay que decir que estas redes delictivas operan con el aval de "alguien”, estos entramados tienen que ver con las corporaciones dentro de la institución policial, gente que ha cooperado para involucrarme en hechos delictivos.
 
 
-Puntualmente, ¿por qué la denunciaron, de qué la acusaban?
 
-En el año 2009 trabajé en la localidad de San Pedro (Santa Rosa). Allí estuve 6 meses y gestionamos con éxito un terreno para ampliar la subcomisaría, que era muy chiquita. El terreno fue donado por una vecina del lugar. En el 2016, me entero por los medios que yo era denunciada por estafa. Pasó que la señora que había donado el terreno se apersonó a la subcomisaria de San Pedro y la atendió el entonces jefe del destacamento, un personaje relacionado con la droga y la trata –y a esto tengo cómo probarlo-. Allí le mintieron que yo me hice quedar el terreno y la hacen firmar una denuncia en mi contra y de inmediato lo dieron a conocer a la prensa. Ahí se nota cómo actúan las corporaciones dentro de la fuerza policial cuando quieren perjudicar a alguien. En realidad, lo que querían de mí era que fuese detenida; por suerte me sentí acompañada por colegas que me avisaron de la denuncia y los deseos de detenerme. Y por esta denuncia inmediatamente me pasan a situación de disponibilidad. Yo fui a hablar con la señora que donó el terreno mostrando la correspondiente documentación; ella se puso a llorar y desde la misma policía me denunciaron por amenazas. A todo esto, ya va a hacer un año que estoy en situación de disponibilidad. De ese sumario administrativo, nadie se quiere hacer cargo, parece que quema como una brasa.
 
 
-Actualmente, ¿en qué estado está la causa?
 
-¡Nunca me notificaron de nada! Sigo en estado de disponibilidad y los pasos siguientes son pasar a situación pasiva y luego definen si a uno lo exoneran o lo reintegran.
 
 
-¿Y usted qué cree puede pasar?
 
-¡Me quieren echar, sacarme del medio! Totalmente.
 
 
  -Usted puso en estado de sospecha el accionar policial…
 
-Están denunciados con nombres y apellidos. En calidad de funcionaria policial relaté una serie de hechos y ahora es la Justicia la que tiene que analizar qué tipo de delito es y quiénes responsabilidad y quiénes no. Solamente cumplí con mis obligaciones: hice lo que correspondía. Le digo: por eso estamos como estamos, porque algunos –no todos, por suerte- no actúan correctamente.
 

  -¿A qué apuntaba su denuncia puntual?
 
-La denuncia es que estos lugares, los prostíbulos, estaban funcionando a la vista de todo el mundo y que las irregularidades comprometen al propio personal policial.
 
 
-Quiere decir que la policía estaba mirando para otro lado.
 
-Sí, sí. Estaban mirando para otro lado y en un área muy específica como es la Trata de Personas.
 
 
-¿Intentó hablar con alguna autoridad superior de la Policía sobre este tema?
 
-He pedido numerosas audiencias, pero ninguno quiere atenderme. Agoté todas las instancias, pero bueno… Por algo no me quisieron atender. No sé si tienen respuestas para darme o temen quedar al descubierto. Mire, el hecho ocurrido recientemente en Andalgalá termina dando la razón a nuestro trabajo. Le quería contar algo: cuando se hizo el procedimiento en Tinogasta, en el 2014, al frente del prostíbulo estaba alguien condenado y en libertad condicional; un hecho de una gravedad tremenda. Y tengo que decir otra cosa también, porque me corresponde hacerlo: durante seis años de funcionamiento del área de Trata de Personas, se informaban sobre todas estas irregularidades. Y la señora que estaba al frente de esa área es hoy la subjefe de Policía, la comisario general Ana Garay.
 
 
-¿Ha temido por su vida, fue amenazada concretamente en alguna oportunidad?
 
  -He sufrido un secuestro desde las 20 hasta la madrugada del otro día. Relacione que siguen funcionando las corporaciones a las que aludí, donde unos con otros se dan la mano. Nunca se esclareció el hecho ni hubo detenidos; me quedé solamente  con las sospechas. Tengo 26 años de servicio y hoy podría decir que el miedo siempre existe. Todo lo que hicieron es para intentar callarme, pero por el contrario, esto me dio muchas fuerzas para seguir luchando.


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Comentarios

4/6/2017 | 12:24
#149005
excelente la nota y para destacar es la valentía de la comisario contrera que nos lleva a reflexionar sobre la existencia de estos delitos y su vinculación con el poder político,lamento que haya sido puesta en riesgo su estabilidad laboral y pido como ciudadano que la comisario sea devuelta a su funciones y a cargo de la división trata para poner claro sobre oscuro.
4/6/2017 | 01:50
#149004
VAMOS COMISARIO CONTRERAS..DENUNCIE CON NOMBRE Y APELLIDO A LOS JEFES POLICIALES QUE ESTAN TAPANDO ESTOS DELITOS. SIGA ADELANTE

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