Hace dos años fue precandidato a senador de la Nación. Hoy forma parte de la oferta electoral en la lista de diputados provinciales de Juntos por el Cambio que tiene como principal referente a Roberto Gómez. Abogado, a los 33 años asume los desafíos de la juventud para incursionar en la política. Es hijo de un reconocido hombre del Derecho en Catamarca como es Víctor Manuel Monti y de Margarita Niederle. Soltero, de novio con Fernanda, es abogado y también vicepresidente 2do de la UCR provincial. El Cara a Cara de este domingo propone conocer el pensamiento de Francisco Manuel Monti.

  -Así es. Será una instancia de internas abiertas, en la que se definirán las candidaturas como corresponde. Antes, los candidatos se definían en una mesa de café o en asados de trasnoche. Ahora, por suerte, tenemos esta herramienta de las PASO, que es mucho más democrática. Esperamos producir una evolución en la política de  Catamarca con nuestra propuesta.

  -Lo que hemos conformado es una propuesta mucho más superadora de lo que representa cada una de las líneas que integran el espacio. ¿El por qué? Porque estamos todos muy convencidos de que el FCS-Cambiemos tiene que detener su decadencia y uno de los valores elementales en una democracia es la alternancia en el poder y esto significa, entre otras cosas, que no sean siempre las mismas personas las que ocupen los cargos. Creo que hay un ciclo que está agotado en muchos dirigentes políticos, a quienes respetamos y apreciamos, pero también creemos que hay mucha gente interesante en Catamarca, a la que hay que darle una oportunidad para que haga efectivo el cambio esperado.

  -Más bien creo que hay un FCS tradicional, que viene de la década del ‘90, que ha hecho un gran aporte a la provincia, pero que ha cumplido un ciclo; y hay, por otra parte, un número mucho más grande de personas que hoy está encarnando una propuesta política más moderna y más vinculada a los valores que representa Cambiemos. En cuanto a quienes son mayoritarios y minoritarios, lo decidirá la ciudadanía en las urnas, en el día de las elecciones.

  -Ya tenemos alguna experiencia en esto. En mi caso, hace dos años fui precandidato a senador de la Nación, lo cual era una verdadera proeza desde el punto de vista del enorme desafío asumido y la verdad es que hicimos una buena elección. Hoy estamos mucho mejor posicionados en todo el territorio provincial, con precandidatos a concejales y senadores prácticamente en todo los distritos de la provincia, de modo que somos mucho más competitivos que hace dos años. Conocemos bien cuál es el desafío emprendido, no subestimamos  a nadie, pero nos sentimos obligados a dar este paso porque somos conocedores de que los catamarqueños quieren vivir en una provincia mejor. Entonces, si estamos haciendo política, tenemos que ser coherentes con lo que pensamos y allá vamos.

  -Evidentemente la lista que encabeza el ingeniero (Eduardo) Brizuela del Moral encarna eso, a más de lo mismo y es una de las cuestiones con las cuales no estamos de acuerdo. Creemos que todas las líneas y todos los espacios políticos tienen dirigentes muy valiosos que muchas veces fueron casi despreciados. Y siempre se apuesta a los mismos nombres, personas por las cuales no tengo ninguna opinión negativa que dar; simplemente considero que han cumplido un ciclo. Por eso hemos conformado una lista encabezada por un cardiólogo muy prestigioso, como es Roberto Gómez, acompañado por referentes independientes como Julieta Marcolli, una dirigente joven ligada políticamente al intendente de Valle Viejo como Alejandra Pons, un docente prestigioso santamariano como Carlos Marsili, entre otros; es decir que me parece que tenemos una calificada representación territorial. Estamos con mucho entusiasmo y una enorme expectativa.

  -Así es. Pero yo tengo una perspectiva absolutamente distinta. Considero que a los espacios hay que ganarlos y comenzar a construir al lado de la gente, trabajando para generar el cambio. Creo también que el cambio no está referido únicamente a las generaciones, sino fundamentalmente a los métodos de trabajo. Entiendo que estamos asistiendo a una distinta modalidad de liderazgo en todo el mundo, y que aquí también tenemos que aplicar ese cambio de modalidad. No es tiempo de líderes mesiánicos ni de personajes que lo saben y lo deciden todo. Hoy, la fórmula del éxito es trabajar en equipo, empoderar al otro, convocar a los mejores, hablar con la gente y buscar la posibilidad de que sean muchos los que participen en la toma de decisiones en el marco de un proceso organizado y coherente. Esto hará a que aspiremos a una provincia mejor.

  -Cuando diez personas de distintos lugares, que no tienen relación entre sí, te llaman y te cuentan la misma versión y es gente honorable, decente y confiable, en cualquier tribunal eso sería una prueba suficiente. Estoy convencido de que hay algunas prácticas que no han sido buenas y me he visto en la obligación de plantearlo. Para mí, es un tema concluido.

  -Es una pregunta difícil de responder, porque no tengo ningún pariente que haga política. La política me apasiona mucho desde que tengo 10 años, cuando recuerdo que comencé a leer los diarios locales y nacionales; siempre lo relacionado con lo político me resultó atractivo y con el tiempo me fui compenetrando cada vez más. Cuando hice estudios universitarios incursioné no tan solo en el Derecho, sino también  en la orientación política y social. Posteriormente, tuve la oportunidad de cursar una maestría en Economía y Ciencias Políticas y desde el momento que regresé a Catamarca decidí meterme de lleno en la política e involucrarme con todo lo relacionado con mi provincia. Tengo claro que si uno hace política, tiene que hacerlo en el lugar que ama y yo amo a Catamarca.

  -Creo que la gente está pidiendo un cambio cada vez más. Y ese cambio se va a dar ahora. Será nuestra la responsabilidad de hacernos cargo de las cosas, porque indudablemente que no se trata únicamente de cambiar por el mero hecho de cambiar. Queremos cambiar para generar una alternativa válida para el 2019.  Nuestra obligación es conformar una organización política que pueda aspirar a efectivizar un cambio en la provincia, no solamente dentro de la estructura de Cambiemos. Y esa tarea significa convocar a equipos y tener ideas superadoras. Hoy, en Catamarca, tenemos una gobernadora que tiene una buena consideración en la opinión pública, pero sin embargo su gobierno ha fallado en muchos aspectos, por ejemplo en lo que tiene que ver con la calidad educativa, los índices de inseguridad y ni hablar de cómo están decayendo los sectores productivos. Pero entiendo asimismo que si queremos reemplazar al actual gobierno, no será atacándolo ni haciendo oposición por la oposición misma. Debemos hacerlo mostrando que hay caminos alternativos, que  Catamarca tiene pilares productivos potenciales muy interesantes como la agroindustria, la minería responsable y el turismo, por citar algunos puntos. Son vías posibles para el desarrollo provincial.

  -Mencioné la palabra decadencia porque lo que más me preocupa como dirigente político es la resignación de los jóvenes. Nos toca recorrer todo el ámbito provincial y nos encontramos con muchos jóvenes cuya única alternativa es la dependencia del Estado y esa dependencia del Estado se manifiesta a través de contactos, vinculaciones y nepotismo. Nosotros queremos sembrar esperanzas y expectativas y lo hacemos desde el convencimiento de que podemos hacerlo. Somos un país de inmigrantes que hicieron grande a nuestra tierra a través de la cultura del trabajo, una virtud que tenemos que recuperar. Creo que tenemos que tener instituciones más inteligentes, más dinámicas, más sólidas, más transparentes; ese debe ser el camino que nos lleve a que todos los catamarqueños vivamos mejor.

  -Ricardo Guzmán está muy presente en los equipos que nosotros conformamos para trabajar. Él considera que su rol, hoy, no es ser candidato y está dedicado a apoyar a las nuevas generaciones. Me parece que la alternancia en el poder implica también que se puede ser muy valioso ocupando distintos espacios, a veces poniendo la cara, a veces apoyando con el asesoramiento y la experiencia. Personalmente, no concibo la idea de ser eternamente candidato.

  -Hubiera resultado muy bueno que exista ese gesto por parte de algunas personas. Pero está claro: no existió. Pero no hay que renegar demasiado, simplemente hay que trabajar y generar las alternativas; nosotros lo estamos haciendo.

  -Nosotros trabajamos para ganar. Será la ciudadanía la que decida el día de las elecciones. No hay que olvidar que sorpresas en elecciones, a lo largo de la historia, hubo muchas. Creo que si logramos hacer una buena campaña explicando bien a la gente cuáles son nuestros anhelos, con candidatos íntegros y confiables, vamos a lograr el objetivo.

  -El excesivo verticalismo, la falta de respeto por el otro, el uso indebido del otro y por sobre todas las cosas, las prácticas corruptas. Quienes aspiramos a desempeñarnos en la función pública tenemos que tener en claro que las posibilidades económicas son limitadas. La política no es para hacerse rico. En ese contexto, uno de los principales desafíos es mejorar el funcionamiento de la Justicia para que todos los corruptos vayan presos.

  -En primer lugar, ser coherente con las cosas que digo y pienso. Considero que el mejor mensaje que uno puede dar a la sociedad es la coherencia, rechazar el nepotismo, conformar equipos de trabajo en base a la militancia y la idoneidad. Elaborar y presentar proyectos en base a la experiencia adquirida cuando colaboré en el ámbito legislativo y algo fundamental: nunca dejar de caminar los barrios y el territorio de la provincia, y esto lo digo porque es posible hacerlo. Creo que para hacerse cargo de los compromisos asumidos en la campaña es necesario dedicarse de manera full time a la actividad legislativa.

    -Una de las cosas que más me alientan a pensar que Catamarca tiene un buen futuro es que tengo vinculación, amistad y buen diálogo con jóvenes referentes de otros partidos políticos. Tenemos visiones compartidas que nos animan a sostener que, por ejemplo, la política no puede pasar por la discusión permanente de las diferencias, como ocurrió en la década del ‘90. Hay que debatir los temas del futuro, cómo integrar Catamarca al mundo, cómo generar más empleo en la provincia. Todos somos conscientes de ello, sólo falta que en las distintas organizaciones políticas tomen la posta los jóvenes.

  -En Catamarca han ocurrido hechos que han sido lamentables hace más de 20 años y que dejaron secuelas hasta hoy presentes. Por eso sostengo que nuestro compromiso con la ciudadanía tiene que ser más fuerte que esas secuelas y hoy es necesario sentarnos, en primer lugar, a conversar sobre las que cosas en las que estamos de acuerdo y arreglar las cuestiones en las que estamos en desacuerdo. No puede ser que todo debate político termine en descalificaciones y seguir pasando facturas por hechos del pasado. Hay grietas que hay que superar y hay que hacerlo por el bien de la gente, por supuesto siempre teniendo mucha rigurosidad en lo que se discute. Tengo muchas diferencias con el gobierno provincial, pero eso no imposibilita que algún día nos sentemos a dialogar sobre temas que pueden ser valiosos para Catamarca.

  -Creo que hubo más aciertos que errores del gobierno nacional. La gestión de Mauricio Macri está haciendo un esfuerzo tremendo para sacar a la Argentina adelante. Está claro que la herencia recibida fue mucho peor de lo que se pensaba: con alta inflación, con alto déficit fiscal, con un nivel de pobreza muy elevado. El nivel de impacto de las medidas económicas que se adoptaron ahora va a ser gradual en el marco de la población, pero lo más importante de todo es que estamos en presencia de un cambio cultural que es salir de la pobreza estructural que representa el asistencialismo hasta llegar al pleno empleo genuino. Lentamente, la Argentina está levantando y sostengo que ese ciclo virtuoso se va a ir fortaleciendo con el paso de los años.

  -Los ámbitos legislativos, por ejemplo, tienen que ser espacios de consenso para discutir proyectos que mejoren la calidad de vida de la gente. No debería existir ese estado permanente de dimes y diretes y chicanas entre oficialismo y oposición; estas son las cuestiones que empañan la actividad política. Quiero decir que estoy totalmente de acuerdo con el proyecto sobre la ética en  el ejercicio de la función pública que presentó la diputada Paola Bazán, que ojalá prospere en la cámara de Diputados. Me ha tocado conocer gente muy decente en la política y eso es algo que me alienta a pensar que las cosas se pueden hacer mejor. Después está en la ciudadanía saber distinguir lo bueno de lo malo. Nuestro desafío es no defraudar a esa porción de gente que confía en que algún día serán más los honestos que los corruptos. Los que estamos en la política tenemos que llevar un estilo de vida acorde a lo que pregonamos.

  -La gente, sin lugar a dudas. El pueblo de Catamarca es honrado y considero que tenemos que aprender, todos juntos, a creer un poco más en nosotros mismos.

  -Mi referente político a nivel local es Ricardo Guzmán, una persona de la que he aprendido mucho. Pero también reconozco que aprendí de mucha gente, cada uno tiene lo suyo. Por ejemplo, la sabiduría y la honestidad de Guzmán, la fortaleza y el cuero político de (Gustavo) "El Gallo” Jalile, la capacidad de construir de Ernesto Sanz, la idoneidad para la formación de equipos de Mauricio Macri, entre otras cosas. ¿De la oposición? Dalmacio Mera me parece un dirigente que puede darle muchas cosas a Catamarca; Gustavo Aguirre, subsecretario de Asuntos Municipales, tiene un perfil interesante y es muy capaz.

  -Creo que la señora Cristina va a ser derrotada en las elecciones en la provincia de Buenos Aires y ese será el final de su carrera política. 

Por Kelo Molas