Por Kelo Molas

Es el candidato más joven a concejal en el ámbito de la Capital por el espacio Cambiemos Juntos, en el marco de la alianza Cambiemos-Frente Cívico y Social: tiene 23 años. Exhibe con fundamentos la rebeldía de la juventud.

Hijo de Analía Diamante y Alberto Puente (“culpable” de su simpatía por Boca Juniors) y hermano de Azul (11), el joven protagonista del Cara a cara de este domingo, asume una actitud desafiante a la hora de hablar de política. Es el principal referente de la Juventud Radical: Tiago Puente.

  -Las elecciones PASO representan algo así como el primer tiempo en términos futboleros. El 22 de octubre se juega la segunda etapa y hasta ahora van perdiendo. ¿Cuáles son tus expectativas para remontar el resultado?

  -Confío mucho en el equipo que hemos formado. Creo que las PASO fueron una elección muy atípica y son muy diferentes a las de octubre.

  -¿Por qué atípica?

  -Porque hubo 15 mil personas que no fueron a votar, de allí es que en elecciones anteriores tuvimos una participación del 80% del electorado y ahora apenas llegamos a un 65%. Admito también que la sociedad está muy descreída de la política y de los políticos y para nosotros es un desafío muy grande el de volver a enamorar a esa gente disgustada para que vuelva a sentirse representada. Y aquí hay que hacer hincapié de manera especial en el sector de los jóvenes, a muchos de los cuales les cuesta acudir el domingo al acto eleccionario, porque los datos indican que de ese porcentaje que no fue a votar en las PASO hay muchos jóvenes. Nosotros creemos que tenemos las propuestas para que esa juventud  se vea ciertamente representada en el Concejo Deliberante.

  -La ausencia de tantos votantes llama a la reflexión. Algo no está funcionando bien.

  -Es un derecho ganado el que tenemos de elegir en cada elección a nuestros representantes, en seleccionar  a quienes van a legislar para nosotros tanto a nivel municipal, provincial y nacional. Considero que la sociedad está un poco cansada de dirigentes  que hasta pueden tener ideas agotadas y espera en consecuencia un recambio generacional. Se trata en definitiva de conjugar la experiencia con la juventud y no nos olvidemos de la generación intermedia de todos los partidos en la provincia, un sector que por ahí no encontró su lugar para poder expresar todas sus propuestas. En lo que se refiere al Frente Cívico y Social, tenemos que aprender a fortalecer un espacio entre las generaciones juventud e intermedia y de esa manera poder ofrecerle a la sociedad una alternativa clara de gobierno pensando en el 2019.

  -Se ha notado en las distintas listas una fuerte presencia de la juventud. Algo así como “somos el presente”.

  -Totalmente. Venimos trabajando mucho desde la Juventud Radical y de las diferentes juventudes que integran el FCS en procura de ser protagonistas y de crear nuestras propias oportunidades; no queremos sentarnos a esperar esas oportunidades, las queremos generar nosotros mismos. Estamos convencidos de que estamos a la altura de las circunstancias y esto no es un capricho de juventud, por el contrario: venimos haciendo un trabajo social y político, también de capacitación y sobre todo conociendo la realidad de los barrios de la ciudad y de los pueblos de la provincia. Me toca en suerte ser presidente de la JR provincial y conozco las realidades de los 16 departamentos.

  -¿A qué conclusión llegaste después de la última campaña electoral en ese mano a mano con la gente?

  -Primero, se nota que hay como una falta de  esperanza en la juventud. Falta de oportunidades claras de desarrollo en nuestra provincia. Muchos tenemos amigos, familiares y vecinos que tienen que emigrar a otras provincias en busca de su desarrollo personal. Veo como que están faltando políticas claras para la juventud de parte del gobierno provincial; no se trata solamente de la “fiesta de los buzos” o de la semana del estudiante para prestarle la atención a los jóvenes. Son muchas otras cuestiones por la que atraviesa la juventud, que se encuentra en un estado de vulnerabilidad. Hay que tratar de articular políticas de capacitación, recreación y educativas. No tengo dudas de que hay una gran deuda con los jóvenes. Hay que darle batalla a lo que llamamos “los consumos problemáticos”, que son las adicciones, se impone una acción coordinada de todos los organismos gubernamentales para poder atacar con dureza a estos flagelos del presente.
 

-Por lo que ves, lees y escuchas, ¿hay diferencias entre el discurso oficial y la realidad?

  -Hay datos puntuales: el Frente para la Victoria va por su sexto año de mandato en la provincia y Catamarca es la que más empleo público tiene, con el índice de desempleo más alto del país; también la pobreza es mucha entre nosotros. Ni hablar de la calidad educativa, cuyo nivel es de los más bajos en toda la Argentina. Somos la única provincial del NOA que no ha crecido en estos dos últimos años. Son muchas las cuestiones que indican que se gobierna para el día a día y no pensando en las generaciones futuras. Entonces, los jóvenes tenemos la responsabilidad de debatir cómo hacer para que nuestros comprovincianos no dependan exclusivamente del Estado para acceder a un trabajo digno, para poder proyectar su desarrollo. Tengo un buen diálogo con los jóvenes de mi generación, incluidos los del oficialismo y coincidimos en muchos aspectos, especialmente en el desafío de debatir ahora las políticas de largo plazo, asumiendo un rol protagónico.

  -Asistimos a un fuego cruzado entre nosotros: el oficialismo se queja de la falta de envíos de fondos a la provincia y la oposición dice lo contrario. ¿Quién miente y quién dice la verdad, a tu juicio?

  -Antes, cuando gobernaba (Fernández de Kirchner) Cristina, había un silencio a conveniencia en este aspecto. A ver, en Catamarca el gobierno es el kirchnerismo. Y en lo que va de su mandato, (Mauricio) Macri es el presidente que más ha invertido en nuestra provincia. Muchas de las obras que muestra el gobierno provincial es producto de la inversión que hace la Nación. No dudo que los referentes del gobierno local tienen un discurso a conveniencia de sus intereses políticos. Pero quiero poner énfasis en algo que está haciendo el gobierno nacional: la clara lucha contra el narcotráfico; esa lucha contra las mafias está dando sus resultados, que los podemos ver en la cantidad extraordinaria de cocaína y marihuana que se están secuestrando a diario: eso habla de una lucha seria contra el narcotráfico.

  -¿Te preocupa la cantidad de jóvenes catamarqueños que han caído en las adicciones, eso a lo que aludías anteriormente como “los consumos problemáticos”?

  -Sí, claramente me preocupa. Lo peor es que cada vez son más los jóvenes víctimas de esta problemática. Pero tengo la firme esperanza de que estemos a tiempo de revertir esta situación. Abrigo la esperanza de que haya alternativas para salir de este problema. Te cuento un caso: días pasados conocí a Martín, que ha podido salir de la droga y hoy tiene su emprendimiento en el barrio San Ramón. Es un negocio que tiene junto a su mujer, a la que conoció justamente en la clínica donde hacía su tratamiento de recuperación. Después de pasarla muy mal, Martín apostó a reinsertarse en la sociedad, en poder buscar otros objetivos y hoy tiene su emprendimiento y quiere seguir creciendo: su sueño es tener su propio restaurante. Estas son las experiencias que tienen que servirnos a nosotros para entender que sí se puede, se puede estar mejor, se puede salir de una situación de vulnerabilidad y que nunca es tarde para poder proyectar la vida de la mejor forma posible. Nosotros los jóvenes tenemos que tener en claro qué es lo que queremos para nuestras vidas, cualquiera sea la actividad o profesión a elegir.

  -Vos ya elegiste: la política.
 

-Yo tengo vocación política, amo lo que hago. No estoy en la política pensando únicamente en ganarme un sueldo, te repito: amo esta vocación de servicio que tengo porque quiero aportar a transformar la realidad en la que vivo, por lo menos apostar con un granito de arena y no ser un mero espectador de lo que me rodea. Porque entiendo que ahí está el verdadero significado de la política: cambiar la realidad, siempre para mejor y no para llenarnos los bolsillos o para tener una proyección individual. Soy parte de un equipo de jóvenes que tenemos diferentes realidades y diferentes capacidades, y en base a eso vamos construyendo actividades en pos de mejorar nuestro barrio, nuestra ciudad y la calidad de vida de nuestros pueblos. Para esto estamos haciendo lo que hacemos; no hay para nosotros otro concepto de la política e indudablemente hay que volver a las organizaciones sociales: a los clubes, a los comedores, a los centros vecinales porque ahí está la clave para entender cuáles son las necesidades y poder después plantear las soluciones.

  -¿Por qué y para qué querés ser concejal?

  -El desafío que nos llevó a tomar esta decisión con todo el equipo, esto de poder ser candidato a concejal, es porque queremos que la sociedad vuelva a creer en la política, fundamentalmente. Queremos que el concejal sea el motor de la búsqueda de las soluciones colectivas y no individuales; que no vean al edil  como un simple legislador que cumple con las reuniones de las comisiones y asiste a las sesiones. Queremos que sea un eficaz mediador con la gestión municipal en beneficio del vecino; que los vecinos tengan la confianza de que alguien está trabajando para que tengan lo que merecen tener. En nuestra ciudad son más de 180 barrios y cada uno tiene necesidades diferentes; por ejemplo, en el Sur está el barrio “Juan Domingo Perón” que ni siquiera tiene las cloacas. La ciudad se ha extendido mucho, tanto para el Norte como para el Sur, pero varios de los servicios básicos elementales todavía no han llegado con la eficacia necesaria. Está  Valle Chico, por ejemplo, que al hospital más cercano lo tienen a varios kilómetros de distancia y es un sector habitado por varios miles de personas.

  ¿Por qué radical?

  -(Sonríe) Sé muy bien porque soy radical, más allá de mis padres que han militado siempre en el radicalismo. Es un partido que me enamoró por sus valores, por esa honestidad que siempre lo ha distinguido y, sobre todo, por atender cabalmente la vocación de servicio. Desde muy chico fui al Colegio “Padre Ramón de la Quintana”, donde fui presidente del Centro de Estudiantes y debo reconocer que me han educado teniendo en cuenta siempre la vocación de servicio. También he tenido efectiva participación en muchas organizaciones sociales, como un mecanismo de aprendizaje de gestión para que otros puedan tener las herramientas para la acción colectiva, de manera especial esas organizaciones que tanto hacen en favor de nuestra sociedad. Además, el ser radical me ha empujado a intentar cambiar lo que uno considera que está mal; de hecho, me acuesto pensando qué puedo aportar para cambiar las cosas el día de mañana, en dedicarle el mayor tiempo posible para lo que amo, que es la política. Una política con base desde lo social, no esa política de la “rosca” ni del café. A nosotros, como equipo, esas convicciones nos han hecho crecer bastante. Algo tenemos en claro: pensar en el otro, entender las necesidades ajenas como propias, porque es de la única manera que podamos sentir y buscar soluciones a las necesidades.

  -Cuando se habla de corrupción en la política, hay un erróneo común denominador de meter a todos los políticos en la misma bolsa, como si el político fuera sinónimo de corrupción. ¿Qué pensás al respecto?

  -Es algo común escuchar a los vecinos protestar sobre que la política está llena de corruptos. Y no se puede generalizar, pues hay gente que hace política en serio y de manera honesta, con el afán de cambiar ese concepto. Es que se puede hacer política sin robar. Yo pido que apuesten y crean en la juventud como ese cambio generacional; para que nosotros podamos demostrar que somos diferentes, que hay políticos diferentes. Solamente hay que actuar con mucha más transparencia y hablo de una transparencia como algo cotidiano de caminar la vida: con tus amigos, con tu familia, con el vecino y llevar esa transparencia luego a los ámbitos profesionales y políticos. Se trata de un valor que hay que sumarle a la actividad política.

  -¿Cuál es tu opinión de lo que se dio en llamar “los eternos candidatos”? ¿Hay que excluirlos o sumarlos a las nuevas generaciones de políticos?

  -Este es un tema que debatimos muchos con nuestro equipo de trabajo y con todos los sectores de la juventud. Debo decir que somos muy respetuosos de las personas con experiencia, porque también de ellos uno va aprendiendo, tanto de sus errores como de sus aciertos. Creemos sí que es necesario conjugar la experiencia con la juventud. Siempre en procura de alcanzar una sociedad más igualitaria. Somos conscientes de que no se puede echar a nadie a la casa; hay que entender que son hombres y mujeres que han dejado mucho a través de la política y muchos lo hicieron con vocación. Creo además que tiene que haber una oxigenación, porque así lo pide la sociedad; a esto tampoco lo podemos negar: la gente reclama un recambio generacional.

  -¿Qué significa Catamarca para vos?

  -Es la provincia donde nací, crecí y es la provincia que amo. Tengo la suerte de conocer los 16 departamentos. Su paisaje y su gente te enamoran día a día y adónde quiera que vaya hago la invitación para que conozcan Catamarca porque en realidad para amarla hay que conocerla. Tenemos de todo entre nosotros; Antofagasta de la Sierra, por ejemplo, es uno de los lugares más magníficos, diría del mundo entero. Cada uno de nuestros departamentos tiene algo para ofrecer, con esa calidad humana de sus pobladores. A medida que uno va descubriendo todos los rincones de Catamarca, hace que se enamore de esta provincia.

  -¿El sueño futuro en el marco de la política?

  -Quisiera, de acá a 20 años, ver una Catamarca que sea la elegida por el turismo, que tengamos a las economías regionales funcionando al ciento por ciento, con estructuras para generar empleos genuinos y dignos. Sueño con una Catamarca grande, pujante, desarrollada; que pueda brindar muchas oportunidades a los jóvenes.

  -Si accedes a una banca de concejal, ¿has pensado a quién te gustaría darle una mano desde el arranque?

  -Son muchas las personas en las que pienso en este momento. Pero si hay algo que me marcó en la campaña electoral fue conocer a Agustín, que vive en el barrio Virgen Niña, casi a orillas del Río del Valle junto a su esposa y su hijito. Esa familia atraviesa una situación de vulnerabilidad extrema. Pienso mucho en Agustín y en cada uno de esos vecinos que quieren y merecen vivir mejor. Para eso estamos trabajando con el equipo al que pertenezco, con jóvenes muy capaces y muy entregados a los sentimientos de nuestra sociedad. No pienso en mis desafíos, en la familia, porque a la familia se la puede ayudar desde otros puntos de vista y no necesariamente desde una banca de concejal. Porque tampoco quiero ocupar un puesto para pensar primero en ayudar a mi familia; quiero que sea el vecino el destinatario de mis acciones. Tengo bien en claro que no quiero vivir toda mi vida de la política, quiero vivir para la política, porque es mi vocación. No quiero depender siempre de la política, aspiro a tener mi propio emprendimiento, algo pendiente que tengo que comenzar a desarrollar.