Cara a cara

“Agostina es el ángel que me mandó Dios”

Hoy: Mariano Salas Adi.
domingo, 3 de septiembre de 2017 00:00
domingo, 3 de septiembre de 2017 00:00

De pronto, el país comenzó a hablar del profe Mariano y la pequeña Agostina. Él con 29 años y ella con apenas 8. Juntos bailaron con la ayuda de un arnés y explotaron las redes sociales a niveles increíbles. Catamarca era noticia por un hecho positivo, a través del cual los valores humanos le ganaron la pulseada a tantos desencuentros y mezquindades existentes. Nos encontramos con un joven que irradia felicidad por donde se lo mire. Todas sus expresiones son sinónimo de satisfacción. Es hijo de Raúl René Salas y Silvina Adi, tiene dos hermanas: Shirley y Florencia, vive en Altos de Choya. Ah, es hincha de Boca Juniors. En breve, el profe y Agostina viajarán a Buenos Aires para recibir un reconocimiento por parte del Senado de la Nación. “Hermano, dame tu sangre, dame tu frío y tu pan/dame tu mano hecha puño, que no necesito más/con tu mano y con mi mano, hermano, empecemos ya”, canta Mercedes Sosa en “Hermano, dame tu mano”, casi una síntesis del baile protagonizado por el profe y su “gordita hermosa”. Lo que sigue es el pensamiento del profesor Lucas Mariano Salas Adi,  protagonista del Cara a cara de este domingo.


  -¿Cómo y cuándo comenzó toda esta historia que tuvo un final feliz?
  -Esto comenzó en el mes de mayo, cuando se me informó que me tocaba a mí, como docente, preparar algo para el acto del jueves 17 de agosto para rendir homenaje al general (José de) San Martín. (Sonríe) Esa fecha, jueves 17 de agosto, quedará marcada para siempre en mi vida. Bueno, cada profesor de Educación Física tiene un estilo de enseñanza para mostrar algo. Algunos lo hacen con destrezas y en mi caso particular siempre me inclino por muestras coreográficas, no soy buen bailarín pero me gusta porque participan todos los chicos. Cuando me enteré que tenía que preparar un baile, me preocupaba mucho Agostina. ¿Qué vamos a hacer con esta gordita hermosa?, me pregunté, teniendo en cuenta que ella se maneja en sillas de ruedas. Mirando videos y buscando una solución, vi un arnés adaptado a un nene que lo tenía el papá para jugar a la pelota. Estaba dispuesto a pagar lo que sea porque quería hacerle un regalo a Agostina y fui a una casa de ortopedia y mostré el video que tenía. Me respondieron que era muy difícil porque ese material era muy costoso y no había para la venta. Salí muy triste del local y posteriormente  me contacté con Gaby Zelarayán, una modista local, a quien le conté la idea además de mostrarle las fotos y las imágenes del video que tenía. Ella me aclaró que hacía costura pero que nunca había armado un arnés. Le dije: “Probemos, si sale, será una gran bendición y si no sale, bueno… al menos lo intentamos”. Quiero decir algo antes que sigamos: esto es obra de Dios y la Virgen del Valle. Ante esa posibilidad, hablé con los padres de Agostina, Julieta Arce y Luis Andreatta, para pedirles una autorización para llevar adelante esta hermosa locura. La respuesta fue: “Profe Mariano, todo lo que sea para bien de Agostina, le metamos para adelante”.


  -Fue muy importante el apoyo de los padres de Agostina.
  -¡Claro! Ellos confiaron desde el primer momento, iban conmigo a la modista y la llevaban a Agostina. La verdad que fue mucho sacrificio, pero tener el apoyo de ellos fue fundamental porque eso te contagia y te motiva como docente. Apostábamos a que la idea iba a resultar.


  -A todo esto, ¿Agostina te pidió en algún momento ser parte de la coreografía?
  -Agostina ama bailar, ama cantar; el sueño de ella es ser bailarina. Cuando me enteré de ello, me impuse un desafío: tengo que hacer algo por esta gorda hermosa, y le comenté que haríamos un baile. Me respondió con un “¡bieeeen!” acompañado de aplausos. Ahí le expliqué: “El primer baile lo vas a hacer en tu sillita de ruedas” y me contesto: “Obvio, profe”. ¡Divina! Enseguida le informé sobre el segundo baile: “El profe Mariano va a hacer armar un arnés por el cual vos vas a estar pegada a mí, o sea que vamos a bailar juntos”. No tenés idea lo contenta que se puso. Entonces comenzamos a ensayar sin el arnés para ir ganando tiempo, y los demás chicos estaban muy ansiosos y expectantes. Ella lo hacía en su sillita de ruedas y los compañeritos me preguntaban todos los días cuándo llegaba el arnés. Hasta que llegó. El primer ensayo con el arnés fue algo inolvidable: lo adoptamos junto a los papis de Agostina y los demás chiquitos bailaban sin quitarle la mirada a ella, todos pendientes de la situación.


  -¿Qué tipo de música tenía que bailar Agostina?
  -Un ritmo bastante movidito, interpretado por una banda de Puerto Rico que se dedica a hacer canciones infantiles. El baile demandaba caminar, saltar, girar de un lado para el otro y la verdad que Agostina se lucía.


  -Teniendo en cuenta que la idea comenzó en mayo, ¿cuándo llegó el arnés?
  -Una semana antes del baile previsto para el acto. Te cuento: después de las vacaciones de julio nos pusimos a ensayar mucho con los chicos, mientras Gaby trabajaba en el armado del arnés con mucho amor. Ya con el arnés, ensayé con Agostina un viernes, un lunes y un miércoles; teníamos que acomodarla bien, hacer algunos ajustes, siempre cuidando la integridad física de ella, especialmente ver cómo reaccionaba ella cuando yo saltaba, si tenía miedo o no, me cuidaba de no hacer movimientos bruscos porque ella es chiquitita. Y salió, y salió hermoso. La gordita estaba fascinada.


  -¿Habías tenido antes una experiencia con alumnos con alguna discapacidad?
  -Sí. Es más: en el mismo grado de Agostina tengo a Mateo, que es hipoacúsico, que desde el punto de vista motriz está bien, pero en la hora de clase tengo un micrófono inalámbrico que lo llevo en mi cintura y él tiene un auricular especial por el cual solamente me escucha a mí. Después tengo otra nenita que tiene una piernita ortopédica y se puede desplazar sola. Por supuesto, también está Agostina; los tres son compañeritos y ha quedado demostrado que se pueden hacer muchas cosas para sortear las dificultades. He trabajado asimismo con chicos del colegio “Juan Pablo II”, algunos con autismo. Trabajé en gimnasia artística con un nene que tiene síndrome de Down. En base a estas experiencias, debo decir que me falta mucho por aprender, y de manera especial con estos chicos: aprendemos día a día y Dios nos da la bendición de lo principal, que es hacernos crecer como personas. Lo profesional es secundario. Si bien uno estudió, se formó y se sigue capacitando, esto pasa por otro lado: ser comprometido como docente, con vocación, con pasión, poniéndole mucho amor. Del resto se encargan Dios y la Virgen.


  -Cuando aludes permanentemente a Dios y la Virgen se infiere que eres muy creyente.
  -Sí, indudablemente. Esto tuvo una alta cuota de fe y le pedía fuerzas a Dios y la Virgen porque en los días previos al acto estábamos todos cansados. Te imaginas: poner y sacar el arnés, ensayar.
Llegó un momento en que Agostina me dijo que estaba cansada y hasta temí que por el cansancio no quisiera bailar, pero a Dios gracias la gordita se dejó ayudar. Insisto: yo no hice nada, solamente ponerle amor a lo que estaba haciendo. Tengo profes colegas que trabajan con chicos con discapacidad y lo hacen de manera perfecta. Esta vez me tocó a mí.


  -¿Has pensado que seguramente hay otros profesores que, como vos, trabajan de una manera especial, de manera particular en el interior provincial?
  -Totalmente. Esta vez tuvo repercusión porque me filmaron, se hizo un video, pero conozco muchos colegas que aman a sus alumnos y ahí está el secreto: amar lo que se hace y a quienes lo hacen. Yo trato a mis alumnos como el día de mañana quisiera que traten a mis hijos. No tengo la bendición de ser padre, pero sé que lo que uno va sembrando, a la larga es lo que se va a cosechar. Reitero: sé de muchos profes que trabajan con chicos con discapacidad. Con respecto a este caso, nunca me imaginé que la viralización del video de Agostina adquiriera tanta trascendencia, pero bueno. Fue una herramienta –el arnés- que yo utilicé para poder adaptar a Agostina en un baile tan hermoso. También insisto en este aspecto: en nuestra área tenés el profesorado de Educación Física, la  licenciatura y el doctorado, pero si no le ponés amor a lo hacés, todo carece de sentido. Aquí pudo más el corazón que el conocimiento profesional. Aquí pudo más la calidad humana de los protagonistas de esta historia.


  -¿Qué sentiste cuándo terminó el baile?
  -La agarré del pechito, la besé y comencé a llorar. Fue una descarga emocional muy fuerte. Y no quería levantar la cabeza porque tenía vergüenza de que me vean llorando. Cuando levanté la vista me vi rodeado de un montón de gente, todos emocionados y es como que ahí tomé conciencia de que había sido muy fuerte lo que había pasado. Se dio de esta forma…le aposté mucho al baile con Agostina, fue impresionante. Todo duró tres minutos y ver a Antonella, la hermana de Agostina que cursa el noveno y tiene 10 años, llorando de una manera increíble, ¡cómo no me iba a emocionar!


  -¿Imaginaste en algún momento tamaña repercusión del hecho, incluso a nivel internacional?
  -No, jamás. Quedé impactado, porque fue una hermosa historia que se viralizó y me sorprendió mucho. Nunca me hubiera imaginado ocupar este lugar, porque está claro que uno lo hace por los chicos, sin pensar el grado de repercusión posterior. Yo trabajo para los chicos y tengo la responsabilidad de formar a estos hermosos niños, siempre tratando de dar lo mejor.
  -Después vinieron las felicitaciones, los reconocimientos y los llamados de los medios de comunicación de todo el país. ¿Algo te sorprendió en particular?
  -Mirá lo que es Dios: me conmovió el llamado de la banda musical que interpreta el tema que bailamos con Agostina. Me mandaron un mensaje e imágenes desde Puerto Rico en las cuales ellos están viendo el video del baile. Son todos músicos que integran una banda profesional y componen canciones didácticas para trabajar en clase. En el video que me mandaron están todos aplaudiendo. Fue muy fuerte. Además, me informaron que pronto vendrán a la Argentina y me van a invitar al show.


  -¿Qué es lo mejor de tu profesión?
  -En mi caso, que trabajo con chicos de jardín y primaria, lo mejor es que siempre estoy volviendo a ser niño, una obra maravillosa. A las horas de clase las disfruto como si fuera una criatura de 6 o 7 años; el jugar con los chiquitos me transporta a un mundo ideal, lejano de este que vivimos, donde todo está mal. Un mundo de fantasía, realmente. Eso de sentirme niño, creo, es la forma en que Dios cuida de mí. Por ahí tengo un mal día y los niños me transforman, porque el amor de niño es muy sincero… que los chicos vengan y te abracen, que Agostina venga y te abrace… ¡te salta el corazón! Entonces, soy un agradecido y un bendecido por el cariño de estos chicos, más allá de que por ahí te hacen renegar (sonríe).


  -Nos enteramos que tu madre es docente en la misma escuela.
  -Silvina Adi, a quien le mando un beso gigante. Mi vieja es una grosa, todo lo que aprendí se lo tengo que agradecer a ella y a mi familia, pilar fundamental de todo lo que hago. Mamá me aconseja de una manera tan sabia… ¡y es tan cierto aquello de que madre hay una sola! Ella es profesora de Educación Física en la misma escuela donde yo trabajo y enseña en los tres niveles: jardín, primaria y secundaria. Siempre tiene un consejo y una palabra cargados de amor, algo fantástico para mí. Es hermoso compartir la misma profesión y hasta cuando hay capacitación vamos juntos y tomamos mate. Mucho tuvo que ver con mi vocación profesional.


  -¿Tu madre estuvo presente el día del acto en homenaje a San Martín?
  -Sí, e invité a mi viejo, a una de mis hermanas y a un amigo, Martín (Vizgarra), que fue el que grabó y subió el video. Porque la verdad es que yo quería tener un recuerdo del baile con Agostina, pero cuando vi toda la movida que generó el hecho dije: ¡qué bárbaro! El acto terminó a las 19 y después nos fuimos con Martín a un barcito porque quería relajarme un poco y ahí le pedí que me pasara el video. Él me respondió que ya lo había subido al Facebook. Luego apagué el celular porque me fui a jugar un partido de vóley. Cuando prendí el celular, alrededor de las 21, ¡ya tenía llamados hasta de Buenos Aires! Y me tuvieron como hasta las tres de la mañana contando el baile para varios medios locales y de otras provincias.


  -¿Qué recibiste de tus colegas?
  -Y… lamentablemente siempre hay gente mala. Muchos me felicitaron bien, de corazón; uno se da cuenta cuando el saludo es sincero, de la misma manera que uno siente cuando es solamente por compromiso y nada más. Mirá: en el colegio soy profesor suplente, y en una de esas mañana no estoy más, por eso hay que vivir con los pies sobre la tierra. Pero te digo algo más: tengo una percepción especial de las cosas, como si Dios me alertara: cuidado de éste, cuidado de aquél. Digamos que me considero alguien muy “buenudo” y antes confiaba ciegamente en todo. Después es como que vas madurando y creciendo, y ya no confiás tanto en todo el mundo.


  -¿Cuántos días de clase tenés con Agostina en la semana?
  -Al colegio voy todos los días, pero con el grado de Agostina tengo clase solamente los lunes y los miércoles.


  -La pregunta anterior viene a cuenta de querer saber cómo fue el trato con Agostina después del baile.
  -(Casi a modo de exclamación) ¡Nooooo! Debo decir que antes que pasara lo del baile, yo tenía un vínculo de amor muy grande con ella, porque es una nena adorable, que tiene mucha luz. Ahora somos muy felices, y el escuchar de la gordita el “¡profe, te quiero mucho!” me llena de emoción. Me conmueve entero.


  -Suponemos que lo hecho te genera nuevos desafíos para el futuro.
  -Por supuesto. La cuestión es seguir trabajando con humildad y sacrificio. Lo de Agostina fue una experiencia que me ha dejado muchas enseñanzas, especialmente porque hubo un trabajo previo que demandó muchas horas de entrega y esfuerzo. No es fácil explicar con palabras tantos sentimientos juntos. Siempre le pido a Dios que me inspire para poder hacer las cosas bien y gracias a él salió lindo.


  -Después también vinieron los reconocimientos de distintos sectores e instituciones del medio.
  -Es algo que agradezco muchísimo, especialmente las palabras de cariño y aliento para seguir adelante, porque esas palabras de amor son el combustible que me empujan a hacerlo. ¿Podés creer que en algunos bares no me querían cobrar el café y la tortillita? El sábado fui a un boliche y se me acercó uno de los de seguridad, un gigante más grandote que yo, me abrazó y me dijo que había llorado cuando vio el baile con Agostina… ¡y me hizo entrar gratis!


  -¿Algún recuerdo en especial de tu época de estudiante?
  -Cuando estudiaba animaba con mi hermana Florencia fiestas infantiles, éramos payasos los dos. Yo hacía algunas destrezas y mi hermana bailaba de manera espectacular. El dúo se llamaba “Rocalatoca”, el payaso Nano y la payasa Florentina. Me quedaron recuerdos muy lindos de esas animaciones.


  -Hoy, ¿qué significa Agostina en tu vida?
  -Es mi ángel de la guarda. Es el ángel que me mandó Dios para que me llene de luz y me dé fuerzas para que pueda seguir adelante con esta hermosa profesión. Para esto no hay ciencia, es todo muy simple. Agostina te llena de amor.

 

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Comentarios

3/9/2017 | 01:41
#148998
¡QUE HERMOSURA! ¡FELICITACIONES A MARIANO Y LA INOLVIDABLE POR ADORABLE LA SRTA SILVINA! ¡UN ORGULLO PARA EL QUERIDO COLEGIO DEL CARMEN Y SAN JOSÉ!
3/9/2017 | 01:41
#148997
¡QUE HERMOSURA! ¡FELICITACIONES A MARIANO Y LA INOLVIDABLE POR ADORABLE LA SRTA SILVINA! ¡UN ORGULLO PARA EL QUERIDO COLEGIO DEL CARMEN Y SAN JOSÉ!

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