Emilio Brarda, oriundo de Mendoza, se recibió de ingeniero agrónomo en la provincia de Buenos Aires. Tiempo más tarde, a mediados de la decada del ‘80, llegó a Catamarca y plantó raíces en la zona de San Pablo, Huillapima, donde además de cumplir su rol de Coordinador Provincial de la Subsecretaría de Agricultura Familiar por la lucha del mejoramiento de las condiciones de vida de los pequeños productores, también es productor de nogal.
En el año ‘82 trabajó en el Mercado Central para luego incorporarse a lo que anteriormente se llamaba Programa Social Agropecuario.
Brarda, desde su lugar, lucha por solucionar la multiplicidad de conflictos propios del campo actual.

¿Hace cuántos años que trabaja con temas sociales productivos?
-Hace 15, 16 años que vengo trabajando con lo que era el Programa Social Agropecuario y después la transformación que tuvo a partir del Ministerio como Subsecretaría de Agricultura Familiar.

-¿Cómo fue que empezó con este trabajo?
-Estuve vinculado a una institución, ya que vivo en el interior de la provincia en San Pablo, cerca de Huillapima y me vinculé con algunas asociaciones del lugar y fue ahí como tuve mi primer acercamiento con el programa social agropecuario.

-¿Podría contarnos en qué consiste básicamente, cuál es su rol dentro de la Secretaría de Agricultura Familiar?
-Nosotros en la actualidad desde la Subsecretaría trabajamos en el apoyo de todos los agricultores familiares de Catamarca en estrecha colaboración con lo que es la Mesa Provincial de la Agricultura Familiar, que es la asociación que está nucleando a todos estos agricultores familiares en la provincia.
Nuestros ideales son mejorar las condiciones de vida, fortalecer las relaciones entre agricultores y promover espacios de discusión con los pequeños agricultores familiares. Yo soy el encargado de plantear todas aquellas políticas públicas que corresponde aplicar con el sector, apoyando la organización con atención financiera, de capacitación y asistencia técnica, que en los distintos territorios se nos presentan.

-¿Cuáles considera usted que son las principales adversidades que los productores viven constantemente con el sector?
-Hoy el pequeño productor no tiene acceso a líneas de crédito, tiene problemas de infraestructura, tenencia de tierra, agua.Son todos los problemas que se les presentan sumados a todas las adversidades que suelen tener con sus actividades productivas concretas. Existen una serie de factores que generan un ámbito difícil para el desarrollo de las actividades y nosotros intentamos solucionar esos problemas.

-¿De qué manera ayudan a solucionar esas problemáticas?
-Primero, con el fortalecimiento de las organizaciones, porque nosotros trabajamos con organizaciones, no con productores individuales, pensando que a través de las organizaciones se puede conseguir respaldo de todas las instituciones oficiales que están en los distintos organismos, en los distintos sectores de la administración pública nacional o provincial.
A través de proyectos que proponen las propias organizaciones nosotros los financiamos según corresponda, ya sea con crédito o con líneas de subsidios; es una acción directa.

-¿Cómo ve el tema campo en general?
-Puedo opinar acerca del sector con el que trabajo, el cual es un sector poco visibilizado, que tiene un enorme potencial y al que hay que darle las condiciones para que lo desarrolle; es un sector que cuando se le dan las oportunidades expresa todo lo que tienen que decir, todo lo que necesita, todo lo que demanda y que está conformado a nivel nacional por 250 mil familias; es un sector muy distinto de los sectores que hoy están visibilizados por la resolución Nº 125. Este conflicto del campo ha tapado a los pequeños productores, que cabe aclarar que es otro campo distinto, que tiene otros horizontes absolutamente diferentes, porque es un productor que vive en el campo, que tiene sus problemáticas en el propio campo, que no vive en las ciudades, por lo general. Nuestra propuesta es que el productor familiar siga ligado a la tierra permanentemente y que no tenga que padecer cuestiones de salud, de educación para sus hijos, y es así como entendemos nosotros a ese sector. Con muchos problemas no sólo productivos sino en todo nivel, hoy son muy grandes las deficiencias de infraestructura, de agua y uno de los más fuertes es el problema de tenencia de la tierra con el que estamos luchando acá en Catamarca.

-¿Estos inconvenientes se suscitan mucho más a nivel nacional que provincial?
-El problema de la tenencia de tierra está muy generalizado en la región NOA, existe mucho conflicto de tierra en las provincias vecinas: Santiago del Estero, Salta, no tanto en Tucumán, pero existen problemas de tierra en todas las provincias por esta cuestión del avance de las fronteras agropecuarias con el cultivo de la soja, que ha corrido algunas actividades a tierras marginales, donde generalmente están asentados los agricultores familiares. Y éste es el resultado de un proceso que hoy también se siente en la provincia, porque hay numerosos conflictos de tierra en Catamarca.

-¿Cuál es el aporte económico que hace el sector productivo a la provincia, dada la gran cantidad de productores que fracasan y son desplazados como agentes públicos?
-Sí, realmente es así. Hay dos o tres provincias donde existe un alto componente del empleo estatal. Catamarca es una provincia donde existe un alto porcentaje de la población ocupada en el empleo estatal de distintos niveles.
El impacto es grande; hay en la provincia actividades tradicionales que sí existen en los registros de producción, por ejemplo la producción nogalera, de pimiento para pimentón, de cabrito, están como determinadas y sabemos de qué estamos hablando; pero bueno, tienen un potencial muy superior y existen posibilidades de otras actividades también que en la medida en que los pequeños productores familiares se vayan organizando, vamos a poder concretar.
El aporte económico de los productores es importante en esas actividades que mencioné anteriormente. Es muy importante; hoy se habla de 3.500 productores nogaleros, ya que Catamarca es una de las principales provincias de producción de nogales del país.

-¿El presupuesto de la Subsecretaría de Agricultura Familiar ha crecido en los últimos años?
Sí, nosotros los que formamos el Programa Social Agropecuario siempre nos manejamos con un presupuesto muy pequeño, muy acotado, hablo de cifras nacionales.
El Programa Social era un programa de contención de los años ‘90, con otra ideología, y funcionábamos con un presupuesto de 13 ó 14 millones a nivel nacional; hoy tenemos un presupuesto que entre proyectos de subsidios y financiamiento internacional debe estar entre 200 y 300 millones de pesos, pero esto fue en otra época de la historia, con otra política, con otra ideología.
Hay mucha gente que reconoce nuestro trabajo porque hemos tenido una presencia permanente, que fue muy pequeña ya que hoy recién estamos agrandando nuestro equipo y nuestra cobertura territorial, lo que nos permite hacer este nuevo presupuesto, y nos permite cubrir una mayor superficie de la provincia de Catamarca.

¿Ustedes responden a programas y políticas nacionales?
-Sí, nosotros ponemos en marcha políticas nacionales, dependemos del Ministerio de Agricultura de la Nación, donde está claramente establecido nuestro trabajo con los agricultores familiares.
Las políticas públicas consisten en trabajar fuertemente el fortalecimiento de las organizaciones y acompañándolas, intentar que ellos sean voceros y demandantes de las políticas públicas, que tengan voz y voto.
Es un paquete, un complejo de políticas públicas que nosotros venimos aplicando en régimen con Monotributo Social, de Asignación Universal por Hijo, todo esto lo ponemos en práctica en todos los territorios donde estamos trabajando; venimos complementando políticas de otras áreas con nuestras propias políticas.