Un hombre de 30 años se convirtió en la segunda persona en ser enviada a juicio por el delito de “grooming”, luego de una investigación que determinó que mantenía contacto a través de su celular con una niña de 12 años con fines de ultrajarla sexualmente.
El fiscal de Instrucción Nº 5, Juan Pablo Morales, dio por concluida la investigación penal preparatoria en contra de “M.”, considerando que los elementos probatorios recabados son suficientes para sostener la acusación en su contra.
El hecho ocurrió entre los meses de marzo y mayo de 2014. En ese lapso, el imputado tomaba contacto con la niña de 12 años a través de mensajes de texto.
La investigación se impulsó tras la denuncia de la madre de la víctima, quien le pidió el teléfono a su hija para poder revisar sus contactos y sus mensajes. La pequeña se lo negó y la mujer debió quitárselo. Al observar detenidamente el dispositivo, encontró los mensajes de una persona agendada con un seudónimo cariñoso.
Al pedirle explicaciones a su hija, ésta le contó que desde enero se mensajeaba con el ahora imputado y que éste la había besado en una ocasión, sin que la situación haya pasado a mayores.

Investigación

Tras la acusación formal, los investigadores visualizaron el celular y detectaron cómo “M” seducía a la niña y le pedía que no cuente nada a su madre porque iban a tener problemas por la diferencia de edad existente entre ambos. Además, secuestraron y visualizaron también el celular del encartado.
Posteriormente, en cámara Gessell, la niña explicó que el acusado le pidió ser su novio y ella le dijo que no por temor al enojo de su mamá. Desde la fiscalía comprobaron que víctima y victimario quedaron a solas en una ocasión, donde él la besó.
Ese encuentro fue el que terminó de sellar la suerte del imputado, ya que allí quedó constatado que los mensajes eran el acto preparatorio de una conducta de abuso sexual físico.
Es por ello que ahora “M” deberá responder desde el tribunal de los banquillos por el delito de “contacto con una menor mediante tecnología de transmisión de datos con el propósito de cometer cualquier delito contra la integridad sexual de la misma en calidad de autor”.

El primer caso

En marzo de este año, el exfiscal Sebastián Lipari elevó a juicio la primera causa por ciberacoso o “grooming”. En este caso, mediante un ingenioso operativo montado sobre una falsa cita en el Parque de los Niños, se sorprendió a un joven de 25 que se había ganado la confianza de una nena de 9 años y pretendía seducirla para someterla a sus bajos instintos.