Cara a cara

“El FCS hizo lo que hizo porque tuvo cómplices silenciosos”

Con: Juan Carlos Arroyo
domingo, 17 de mayo de 2015 00:00
domingo, 17 de mayo de 2015 00:00

La vida tiene esas cosas que sólo la vida misma puede proponer. Hemos conocido a nuestro entrevistado cuando era muy joven, compartiendo la pasión por el fútbol, las travesuras de la juventud y las aulas de la Escuela de Comercio “Jorge Newbery”. Después, los caminos se bifurcaron hasta que lo volvimos a encontrar escribiendo en los diarios, dejando en claro que las ideas no se matan, se escriben. Casado con Dora Casco y padre de Juan Carlos, Ida Magdalena, Matías y Pablo (más dos hijos del primer matrimonio de su señora: Guillermo y Nelson), sigue pedaleando firme para hacerle frente a las adversidades personales y políticas. El Cara a Cara de este domingo tiene la palabra de Juan Carlos Arroyo, “El militante de la bicicleta”.
-¿Cómo nace “El militante de la bicicleta”?
-Detrás de esa denominación, hay una pequeña historia. El vehículo con el que me trasladaba al trabajo, llevaba a mi hijo a la escuela, con el que hacía las compras para mi casa, ha sido siempre una bicicleta. Una vez, me encontré con un político de renombre por calle Rivadavia (prefirió no dar su identificación) y lo primero que me pidió es que dejara la bicicleta a un costado, porque aparentemente a él le daba vergüenza estar conversando con alguien que tenía una bicicleta a la par. Por supuesto que me di cuenta de esta situación, porque además me pidió que dejara la “bici” en la vereda de enfrente. Y como una actitud de rebelión a aquel hecho, me autodenominé “El militante de la bicicleta”, primero porque he sido siempre un militante peronista y porque ese fue mi medio de movilidad preferido. Aún conservo la bicicleta en mi domicilio, pese a que ya no la uso por problemas físicos y pude adquirir una motito, pero amo la “bici” y anduve en ella hasta hace un año.
-Con ese sello inconfundible “Juan Carlos Arroyo-El militante de la bicicleta”, ¿cuántas cartas de tu autoría llegaste a publicar en los diarios locales?
-Desde 1987, e incluso un poco antes también, comenzaron a publicarse mis cartas en los diarios. En el caso de El Ancasti me publicó muchas, igual en El Esquiú.com desde que apareció y no ocurrió lo mismo con La Unión, adonde envié unas 250 cartas y no recuerdo haber visto publicada ninguna. Respecto a tu pregunta, puntualmente te cuento que como mi oficio es el de encuadernador, empecé a recortar las notas publicadas en los medios, adjuntando el duplicado que quedaba en mi poder y así logré armar alrededor de 10 tomos encuadernados con publicaciones de mi autoría, lo que representan más de mil cartas las que se publicaron hasta la fecha.
-Sea para elogiar o para criticar.
-De todo un poco.
-¿Y de dónde viene ese afán de escribir?
-Porque asumí la responsabilidad de ser el vocero de los que habitábamos el barrio “Eva Perón” en sus comienzos; los vecinos no querían o no podían expresar sus inquietudes a través de los medios gráficos y es como que tomé la posta y comencé a escribir, la mayoría de las veces criticando la inacción de algunos gobernantes. Debo decir que los habitantes del “Eva Perón” estuvimos muy marginados durante la gestión del Frente Cívico y Social, fueron 20 años de total marginación.
-¿Entendés que se trata de un barrio estigmatizado por el nombre que tiene, quizás?
-Eso es lo que formó parte central de mi lucha. Porque yo he sentido en carne propia que discriminaban a mi barrio, justamente por el nombre de “Eva Perón”. Te cuento que como trabajador del Concejo Deliberante (de la comuna capitalina) y porque tenía concejales amigos, he presentado una serie de proyectos propiciando la construcción de obras necesarias para el sector, algunos fueron aprobados pero nunca ejecutados y ahí estaba enfocada mi lucha: por la instalación de una posta de correo, de una biblioteca, de garitas, logros que se obtuvieron fuera de la gestión del FCS, en ese tiempo no nos dieron bolilla nunca, más allá de algunos tibios intentos por demostrar que algo se hacía. Por ahí se daban una vueltita algunos funcionarios, pero sin ningún objetivo claro para nuestro barrio.
-¿Y cómo es el “Eva Perón” por dentro?
-Yo amo a mi barrio. Porque lo he visto nacer. Porque representa una demostración de generosidad del Dr. (Ramón Eduardo) Saadi, que fue quien nos regaló las parcelas. Recuerdo que quien nos ayudó un montón fue don Sebastián Corpacci, padre de la actual gobernadora, y el Dr. Ramón nos decía: “Muchachos, cuando midan el terreno, dejen una jarilla y una planta de quebracho adentro de cada uno”, y todavía hoy muchos lotes conservan la jarilla y la planta de quebracho. Siento que en mi barrio hay gente que se ha cansado de luchar porque no ha sido escuchada durante mucho tiempo; tiene un enorme valor: fue construido por los propios vecinos, fue la misma gente que lo habita la que levantó con mucho esfuerzo su casa y se han hecho casitas muy lindas. En el caso personal, yo hice los blocks y levanté las paredes, mis hermanos me ayudaron con los techos y puedo contar que hace 13 años, cuando nació mi primera nieta, pedí ayuda al gobierno de entonces para construir una piecita más para ella; y recién hace un año, durante esta gestión, logré que se construyera esa pieza para mi nieta, a través del IPV. Después, te puedo decir que los habitantes del “Eva Perón” son gente de trabajo, y es una barriada con problemas comunes a todos los barrios, como el tema de las adicciones, y en esto opino que es la resultante de tantos años de abandono. Lo digo y lo sostengo: hubo chicos que nacieron durante la gestión del FCS, en medio de una notoria marginación, en medio de la pobreza y ahí está el resultado 20 años después: jóvenes con terribles inconvenientes de adicción.
-Tus escritos, a no dudarlo, te habrán generado amigos y enemigos.
-Muchos, de ambos lados. Pero lo bueno es que, al final, casi siempre terminamos siendo amigos y porque estoy convencido de que nunca hice un artículo en base a la mentira. Todo lo que dije tuvo como base fundamental la razón de la verdad y en más de una oportunidad hubo funcionarios que después de enojarse por un escrito, escucharon mis fundamentos y quedamos en buenas relaciones. Pongo un ejemplo: insistí muchas veces, con críticas inclusive, ante los funcionarios del CD la necesidad de la creación del área de encuadernación, cuando lo presidía Simón Hernández (h) y era secretario administrativo el hoy concejal Filippin; ellos escucharon mi pedido y hoy está funcionando el área de encuadernación.
-¿El tema de la encuadernación tiene que ver con algo que viene de familia?
-Toda la familia tenemos la imprenta en la sangre. Mi padre se jubiló en la Imprenta del Estado, que inicialmente funcionaba a un costado de la cárcel y tenía salida por el sector Oeste, por avenida Colón. En esa época yo era un chango chico y lustraba para ayudar en mi casa; los compañeros de mi papá nos pedían a mí y a mi hermano Lucho que les trajéramos el mate cocido de la cocina de la cárcel que estaba para el sector de calle Caseros y eso significaba que a fin de mes nos ganábamos unos pesitos, y además siempre nos quedamos a aprender el oficio. Mis hermanos Joaquín y Luis se jubilaron también en la Imprenta del Estado, a la que ingresé en calidad de becado después que el Dr. Ramón Saadi me otorgara una beca. Luego, por cosas de la vida, me fui a Buenos Aires y trabajé en una imprenta porteña, hasta que asumió el Dr. Saadi la gobernación, volví a Catamarca y conseguí trabajo en el Concejo Deliberante.
-Además de lustrabotas, ¿qué otros oficios tuviste en la vida?
-Fui lustrabotas, vendía el diario y cortaba el pasto en domicilios particulares, mientras estudiaba en la Escuela 43 “Javier Castro”, la de Florida y Junín en la etapa primaria y después la hermosa época de la secundaria en la “Jorge Newbery”. Tengo presente todavía que la madre de Carlos Bairos Moura, que vivía por avenida Virgen del Valle, a media cuadra de donde funcionaba la cárcel, siempre nos hacía cortar el césped, aún cuando el pasto no estaba crecido, porque nos inculcaba que “a la monedita hay que ganarla, no hay que recibirla de arriba”; también le hacíamos algún mandado con mi hermano o le lustrábamos algún calzado, la recuerdo como una mujer de gran corazón.
-¿Hubo algún caso especial que haya generado un encontronazo duro con algún político a raíz de un escrito en particular?
-Recuerdo el caso del actual diputado Juan Pablo Millán. Era presidente del CD y yo tenía una visión crítica y una postura distinta a muchas de las cosas que pasaban en la institución; siempre tuvo una actitud de respeto a la hora de dialogar hasta que nos hicimos amigos. Una vez me pidió las razones de mis dichos, se las di y debo reconocer que fue una persona que me respetó mucho y eso que lo critiqué muchas veces. Cuento una intimidad: cuando yo me casé, él ya era diputado y me hizo un regalo, un gesto que valoro por supuesto y debo decir que lo respeto mucho a Millán.
-Habrás escuchado comentarios sobre la siguiente pregunta: ¿tu lucha es para solucionar problemas personales y/o familiares o para lograr cosas para los que menos tienen y los más carenciados?
-Mi lucha ha sido centrada y así lo manifesté en las publicaciones en los diarios, por las cosas que no se hacían en el “Eva Perón”. De manera permanente he sentido preocupación por la falta de alternativas para que mi gente pueda vivir un poquito mejor; debo admitir que durante muchos años estuvimos huérfanos de líderes políticos en mi barrio, no teníamos a quién recurrir y no debemos olvidar que el gobierno del FCS fue muy duro con los peronistas. Por supuesto que también he criticado el silencio de muchos compañeros que eran funcionarios, porque entendí que era un silencio cómplice con el poder del FCS. Mi otra lucha fue por el dolor que nos causó que nos hayan bajado de categoría a muchos compañeros cuando subió el FCS en el año 1991 y también no me olvido que uno de los primeros proyectos del FCS fue sacarle el nombre de “Dr. Vicente Saadi” que se le había impuesto a la calle República, era un tiempo que aprobaban lo que querían porque les sobraban los números; recuerdo que desde el bloque peronista presentamos un proyecto en minoría a través de un escrito de siete hojas con hechos y proyectos del Dr. Vicente Saadi que justificaban largamente que la calle República llevara su nombre; esto fue parte de mis luchas.
-Es notable tu profundo reconocimiento a la figura del Dr. Ramón Eduardo Saadi.
-El Dr. Ramón Eduardo Saadi fue mi padre político, a pesar de que no soy dirigente ni manejo la voluntad de amigos o compañeros desde la política, ni siquiera en el sector donde vivo. Fue la persona que dio muchas cosas desde el corazón, fue muy generoso; tuvo errores, por cierto, y yo lo supe criticar a través de los diarios, pero fue quien me permitió poder acceder a un trabajo, me permitió tener un terreno en el que hice mi casa con esfuerzo propio. El haber obtenido de él algo para hacer base para un proyecto de vida, para mí ha sido maravilloso, estoy muy agradecido del Dr. Ramón; yo lo quiero mucho, lo mío pasa por lo afectivo.
-¿Te dolió mucho cuando Saadi perdió el gobierno?
-Sí, y hoy admito que quizá esté mal de mi parte expresar mi bronca ahora, a través de las redes sociales, diciendo algunas cosas que son realmente ofensivas, pero es una manera de rebelarme por todo lo que le decían al doctor durante las marchas del silencio, expresiones en su contra que a mí me lastimaban mucho. Cuando Mirtha Legrand hablaba en contra de Saadi, hablando barbaridades de Catamarca, yo levantaba el teléfono y quería hablar para defenderlo, pero me cortaban desde la producción del programa en Buenos Aires, tenía mucha impotencia porque yo también quería hacer escuchar mi campana.
-¿Cuándo y cómo tomas conciencia que eras peronista? ¿Hubo algo que te marcó para siempre?
-No recuerdo una fecha puntual, pero recuerdo que mi papá era afiliado al Sindicato Gráfico. En esa época, año 1952, mi padre se enfermó y se fue a Buenos Aires por intermedio del gremio y me contaba que el sindicato le daba 5 pesos por día para los gastos, era un buen dinero en aquellos tiempos. Estando mi papá en Buenos Aires, falleció Evita (26 de julio de 1952) y, aún enfermo, se fue a hacer cola como dos días para verla en el féretro; a este hecho me lo contó muchas veces cuando yo era chico todavía, y creo que eso fue lo que despertó en mí la pasión por el peronismo, era como que ya había una semillita y él la fue regando con sus anécdotas referidas a Evita y Perón. Debo decir que me subyuga el peronismo, en especial Evita, y otro hecho que quizá influyó mucho fue que cuando trabajaba en una imprenta porteña (Talleres Gráficos “Mundial”) llevaron para imprimir y encuadernar un libro llamado “Memorias de un pobre diablo” –tengo un ejemplar- escrito por Electo Urquizo, un tucumano, que fue quien fundó el pueblo de Los Toldos, donde en definitiva nació Evita, la abanderada de los humildes.
- Uno tiene la sensación, por tus escritos, que radicalismo significa para vos algo así como una mala palabra. ¿Es así?
-Vaya las ironías de la vida: mis mejores amigos son radicales. Pero no es el radicalismo lo que me disgusta, en honor a la verdad es el FCS. Porque tuvieron que armar un frente para poder voltear a mi líder, prometiéndonos el paraíso que después estuvo muy lejos de ser. Estigmatizaron a una persona (Ramón Saadi) a más no poder desde ese frente, y aprovecho para decir algo de la actualidad: el radicalismo armó ahora alianza con gente que verdaderamente denigra las banderas de la UCR; han tirado (los radicales) al diablo la historia y toda la dignidad que supieron darle dirigentes dignos. Que quede en claro que no tengo odio al radicalismo, sino una posición contraria por lo que hizo con Saadi desde el FCS; el otro día leía en El Esquiú.com el reportaje a (Pedro) Calliero, que fue un extraordinario militante entre los radicales y sin embargo fue ninguneado, humillado y hasta defenestrado por los mismos correligionarios. También debo señalar que si el FCS hizo lo que hizo, fue porque tuvo muchos cómplices silenciosos, de esos que en silencio acompañan y en esto hubo gente del propio peronismo, de eso no me olvido.
-¿Las chances electorales del peronismo en Catamarca van atadas a la unidad?
-Seguro. No creo mucho en las encuestas, pero algunos números que se conocen tranquilizan un poco, pero tengo en claro, por ejemplo, que el intendente (Raúl Jalil) va a ser respetuoso de la voluntad popular que lo puso en ese cargo, al margen que a nivel nacional forme parte del armado de (Sergio) Massa. Yo digo que el peronismo gana en las próximas elecciones y se va a ganar bien; vamos a ir unidos porque la misma militancia va a presionar para que haya unidad.
-¿Cuál es tu sentimiento cuando desde el FCS dicen que este gobierno provincial es inepto y corrupto?
-He conversado con gente que piensa de esa manera. Y así como alguna vez me pidieron razones por mis dichos o mis escritos, también yo pido razones que fundamenten esa opinión, pero no me saben dar los motivos ni las causas de tales acusaciones.
-Imaginamos tu valoración sobre la gestión de la Dra. Lucía Corpacci.
-Para mí, es extraordinaria la gestión. La gobernadora no manda un “chasqui” para que vea en toda la provincia cómo están las cosas, va ella y bajo ese control nuestra querida Catamarca es la provincia que dio claras muestras de progreso en muchos aspectos. No tengo dudas de que queda mucho por hacer todavía, pero se avanzó demasiado en estos casi 4 años de gestión.
-Si algo te molesta de la próxima pregunta, estás en todo tu derecho de no contestarla: ¿has cambiado de religión?
-No. Voy a contar algo: desde chico estuve un tiempo internado en el Seminario Diocesano, porque el sueño de mi mamá era que yo fuera sacerdote; he sido compañero de monseñor (Mario) Cargniello, una persona con un nivel de inteligencia superlativa. Pasado el tiempo, yo tenía un vecino que era evangélico que cuando tomaba vino le duraba bastante, entonces en ese período le pedía prestado la Biblia para leerla; después me fui a Buenos Aires, donde conocí a mi actual señora, quien me regaló una revista en cuyo interior había un programa de cinco días para dejar de fumar –a vos te di una copia-, pues yo era muy fumador. Cumplí el programa y dejé de fumar; a esa revista la editaba la Iglesia Adventista del Séptimo Día, me interesó y comencé a comprar libros que tienen relación con la salud, estudié la doctrina y hoy soy miembro de la Iglesia Adventista. En definitiva: no sé si cambié de religión o simplemente hubo un crecimiento espiritual.
-¿Cómo te llevás con la vida?
-Soy una persona muy feliz, me he sentido muy bendecido por Dios, de tener los hijos que tengo, de tener la familia que tengo, de tener mi casa y un poco más: de tener un hogar hermoso, de tener un trabajo. He sido feliz durante etapas de mala situación económica y hoy, algo mejor equilibrado desde lo económico, sigo siendo feliz. Me encanta la vida que tengo.

Por “Kelo” Molas

Comentarios