La familia de Jonathan Ezequiel Bastos (25), el joven que quedó con una discapacidad permanente producto de un siniestro vial ocurrido en febrero de 2008 y cuya causa prescribió apenas iniciado el debate, analizarán responsabilidades ya que el pedido de justicia quedó en la nada. 

Finalmente, ayer en el Juzgado Correccional Nº 2 se le entregó las copias del expediente a la víctima, que fue acompañada por su madre Graciela Salinas, luego de más de dos meses de peregrinar, ya que el documento que estaba archivado le fue negado por parte de los funcionarios judiciales en varias oportunidades. 

Como adelantó en exclusiva El Esquiú.com, Bastos con el patrocinio de un nuevo abogado realizó la denuncia formal ante el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi), instancia en la que fueron señalados el juez Mario Varela y su secretario.

En la presentación manifestaron la falta de acceso al expediente, el cual habría presentado una serie de irregularidades, por lo que en el camino terminó prescribiendo la causa.

Vale destacar que según la madre de la víctima, Graciela Salinas, un letrado del foro local, quien en su oportunidad fue representante junto a su socia de la querella de la víctima, le habría manifestado que antes fue abogado de la defensa, hecho por el cual meses después terminó renunciando, aunque la causa habría seguido su curso con el patrocinio de la colega. 

Ante esta presunción de irregularidad, se analiza desde la nueva representación de la víctima si es que habría responsabilidades de funcionarios judiciales que actuaron en la causa o se trató de una maniobra irregular para denegar justicia a una persona incapaz. 

En este sentido, Julio Sánchez Reynoso, miembro de Faviatca, se refirió al tema: “Es un hecho muy delicado. A prima facie en el expediente existe una serie de situaciones, sumadas al resultado de la causa, que hace pensar que la gente que actuó en la misma lo habría hecho a propósito. No puede ser que la causa haya prescripto y no haya responsables”. 

“Un joven con apenas 25 años, que depende absolutamente de su madre para todo, tenía 16 años cuando producto de la negligencia de quien hoy camina por la calle como si nada estuvo postrado meses en una cama de hospital y los padecimientos lo persiguen hasta la fecha”, remarcó.

“Lo importante es que intervino el Inadi, que es el organismo nacional que podrá velar por los derechos que le fueron negados a esa víctima”, añadió. 

Hecho 

El 28 de febrero de 2008 a las 22.40 Bastos sufrió un violento accidente en la intersección de avenida Ahumada y Barros y calle Obispo Esquiú, en el barrio Villa Cubas.

Por causas que no se pudieron establecer, la motocicleta Yamaha Crypton en la que circulaba como acompañante colisionó violentamente un automóvil Volkswagen Gol conducido por Andrea Bazán (33). 

El joven que en esa oportunidad tenía 16 años sufrió un politraumatismo de cráneo severo que lo dejó internado en terapia intensiva. 

Debido a las graves secuelas, Bastos (hoy con 25 años) atraviesa una discapacidad motriz en la mitad de su cuerpo, lo que le impide trasladarse por sus propios medios y depende íntegramente de su madre, quien también padece problemas de salud.