Juez de Menores pidió arrestos y más compromiso

Ordenan a padres hacerse cargo de sus hijos en conflicto con la ley

La relación nociva de sus padres y su desidia afecta su recuperación. Consume desde los 9 años.
jueves, 7 de diciembre de 2017 00:00
jueves, 7 de diciembre de 2017 00:00

El juez de Menores Rodrigo Morabito procesó a los padres de un jovencito de 14 años y los obligó a asistir y acompañarlo con las medidas que disponga el Sistema Integral de Protección, bajo apercibimiento de ley. Bajo el mismo criterio, ayer se ordenó el arresto de los padres de un adolescente de 17 años por no querer hacerse cargo del mismo.
El primer caso es el de un jovencito con serios problemas de adicciones desde los 9 años. Para resguardar su identidad real, desde este medio se le dio el nombre ficticio de “Dieguito”. Desde los 11, acumuló un total de 50 causas por hurtos y robos sin que las medidas de protección ordenadas desde la Justicia hayan dado un resultado positivo. Prácticamente todos los hechos delictivos cometidos terminaron frustrados, ya que el jovencito los cometió bajo efectos de sustancias psicoactivas –principalmente pegamento y fármacos- y a veces ni atinaba a correr.
Al no resultar punible por su corta edad, el magistrado remarcó en una sentencia de 2014 la necesidad de la intervención estatal con sus mecanismos en la vida del muchachito, en virtud de lo dispuesto por la ley. La subsecretaría de Salud Mental y Adicciones del ministerio de Salud debía de forma urgente elaborar un plan estratégico y sostenido orientado a la asistencia integral para el niño.
Desde esa sentencia a la fecha, el jovencito continuó sumergido en sus adicciones y su situación de vulnerabilidad se vio agravada. En este matutino se dio cuenta de las numerosas veces que fue demorado, ya sea inhalando pegamento en una plaza, reducido y golpeado por pasajeros de un colectivo, atacando a su propia familia o denunciado por vecinos.
En la sentencia, Morabito señaló que el Sistema de Protección Integral agotó todas las instancias de abordaje individual y familiar, pero que los padres de “Dieguito” siempre se sustrajeron de la responsabilidad que les corresponde.
Según un informe del órgano de protección, el jovencito estuvo internado en una comunidad terapéutica de Santa Fe, pero por pedido de sus padres abandonó el tratamiento. Posteriormente, el adolescente no presentó adherencia a los tratamientos en La Sala ni en el grupo religioso “Cenáculo”.
El deterioro de su salud física y mental sería tal que comenzó a autolesionarse y en estados de consumo excesivo de alcohol y drogas, la situación se tornó más grave.
En febrero de este año, se acordó establecer dos veces por semana tratamiento médico, psicológico y psiquiátrico para todo el grupo familiar en el hospital de niños Eva Perón.
Paralelamente, se trabajó en entrevistas con sus padres, a quienes en cada instancia se intentaba comprometer para acompañarlo. De las mismas surgieron que si bien su madre pide ayuda para su hijo, presenta una inestabilidad emocional para afrontar la situación de crisis y tiene una relación de pareja sumamente tóxica. La mujer con diferentes excusas fue faltando sistemáticamente a cada encuentro pautado para el tratamiento.
Por otra parte, el padre del jovencito se mostró hostil, impulsivo y con conductas defensivas. Señaló que no podía asistir por cuestiones laborales.
Del trabajo que siguió realizando el equipo que lo asistió, surgió que el propio padre le suministraba al jovencito cigarrillos de marihuana porque lo “tranquilizaban”.
Durante el mes de julio, se logró una entrevista para ingresarlo al centro terapéutico de Las Moritas, en Tucumán. “Dieguito” manifestaba a sus terapeutas constantemente lo importante que era para él que sus padres lo apoyen y contengan.
Todo estaba listo para una internación positiva, pero en los días previos un conflicto en la pareja desencadenó el consumo excesivo de sustancias en el jovencito, quien terminó cometiendo arrebatos callejeros y terminó, una vez más, en el Centro de Admisión y Derivación de Menores. En una postura desencajada y agresiva, el muchacho finalmente rechazó el tratamiento en Tucumán.
Desde Las Moritas, se mostraron abiertos a recibirlo en cuanto esté en condiciones nuevamente; sin embargo, desde el programa de Responsabilidad Familiar perdieron contacto por completo con su padre, ya que desoyó todas las citaciones y se desobligó de su hijo. Su madre adoptó una postura similar.
Se intentaron otras modalidades de tratamiento, pero la ausencia completa de sus padres llevó a que fracasen por completo. El pasado 11 y 12 de octubre volvió a delinquir y terminó demorado, pero se dio a la fuga del Huayna Huasi y se desconocía su paradero, por lo que suponen que está en situación de calle.
Para Morabito, se produjo un cóctel entre la nocividad que representa la falta de atención de sus padres para el muchachito y las ineficacia del Estado para contenerlo. Fue por ello que solicitó nuevamente al Sistema de Protección Integral un nuevo plan de intervención con medidas excepcionales.
En la sentencia, dispone también el procesamiento de los padres y dispone que tienen la obligación de asistir y acompañar al adolescente bajo apercibimiento de arresto y posterior sanción según la Ley Provincial 3.882.

Orden de arresto

Por otra parte, bajo el mismo criterio, el juez Morabito ordenó ayer el arresto de los padres de un jovencito de 17 años que, bajo la influencia de estupefacientes, intentó trepar por una tapia con fines delictivos.
Ninguno de los progenitores -separados de hecho- quiso buscarlo del centro Huayna Huasi y al ser citados por separado al Juzgado de Menores a su cargo, ambos intentaron desobligarse del adolescente.
 

Comentarios

7/12/2017 | 11:18
#149006
bien allí y los funcionarios que tienen el control de las fuerzas también son responsables porque ellos saben quienes venden y lo único que saben decir que hacen estudio de campo y recién actúan y cuando actúan ya no esta porque ellos están prendidos y los jueces que no controlan a sus sub ordinados

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