José Ariel Falcón (40) dio un crudo relato de cómo vivió los momentos posteriores al siniestro vial con el que terminó dando muerte a Benjamín Segura, un niño de 2 años, en el Camping Municipal.
El debate inició ayer en el Juzgado Correccional a cargo del juez Marcelo Forner y a Falcón se le concedió la palabra. En principio, indicó que no vio al niño en ningún momento ni sintió ningún ruido o salto, sino que se frenó porque le hicieron señas.
Falcón ingresaba nuevamente al Camping, ya que momentos atrás había dejado a una primera tanda de familiares en la ciudad. Aseguró que nunca quiso causar el daño y que le hubiera gustado poder evitarlo.
El encausado aseguró que no había ingerido bebidas alcohólicas, lo cual se corroboró con extracción sanguínea.
Por último, Falcón contó cómo su vida alteró su curso tras el luctuoso hecho, ya que se habría terminado separando de su pareja, perdió una chance laboral como chofer de ambulancias y la situación le trajo enfermedades.
Añadió además que ingresó al Camping a unos 20 a 25 kilómetros por hora.
"Una vez que sucede, bajo del vehículo, miro hacia atrás, veo a la criaturita y me arrodillo. Recé un Padrenuestro hasta lo que pude, porque me empezaron a agredir, a tirarme piedras. Alguien me abrazó y me dijo que me quede tranquilo. [...] Me subí al vehículo y sentía que me tiraban pedradas al vehículo. Rompieron un vidrio y me llegó la pedrada. Por el otro lado, me llegaban piñas”, dijo al juez.
Pese a las agresiones físicas, Falcón permaneció en el lugar hasta el arribo de la policía.
El debate pasó a cuarto intermedio hasta el miércoles 23 a las 9 de la mañana, donde se tomarían algunos testimonios.