El hijo de mujer asesinada en Icaño fue detenido por ser parte de una red narco

viernes, 2 de febrero de 2018 18:04
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El 13 de diciembre de 2010 el pueblo de Icaño, a unos 100 kilómetros de Catamarca capital, se conmovió por el crimen de una pareja de ancianos. Victoria Hilaria Vallejos (70) y Ángel Chamez (76) habían sido asesinados en su casa frente a su nieto de 15 años, un adolescente ciego y con retraso mental.

Fue un golpe para los vecinos. Pero no termino allí: cuando la Policía entró al hogar de las víctimas se encontró con que en el lugar funcionaba una completa cocina de cocaína.

Desde entonces el caso no paró de tener derivaciones sorprendentes. Primero llevó hacia una organización dedicada al tráfico de precursores químicos con sede en Salvador Mazza (Salta) y ahora hacia la banda que operaba desde el Olivos Golf Club, de Malvinas Argentinas.

Esta última organización había comprado unos 800 kilos de cocaína boliviana a un colombiano radicado en Santa Cruz de la Sierra. La droga entró por aire hacia Santa Fe y luego acopiada en un galpón de la provincia de Buenos Aires.

La conexión entre todos los casos es Elías Exeni (56, alias “El Turco), uno de los tres argentinos detenidos la semana pasada, y que vivía en el Golf Club. El hombre, nacido en Salvador Mazza, no sólo tenía variados antecedentes por tráfico de cocaína en Argentina y Chile (donde purgó una condena por lavado y lo buscaban por un cargamento de 800 kilos de marihuana) sino que es el hijo de la asesinada Hilaria Vallejos.

En su momento, por el doble crimen en Icaño fue detenido y condenado un ladrón de poca monta. Pese a la violencia del episodio (a Hilaria le pegaron un balazo en la cabeza y a su marido lo apuñalaron), la Justicia sostuvo que sus muertes no tenían relación con una venganza del narcotráfico y la causa se cerró rápido como un hecho de inseguridad.

Los homicidios se dieron por esclarecidos con la detención del ladrón, mientras que el secuestro de la droga y las sustancias que había en la escena del crimen quedó archivado, sin investigar.

Sin embargo bastante tiempo después los 300 gramos de cocaína y los precursores químicos encontrados en la casa de Icaño (25 kilos de lidocaína, 50 kilos de manitol y 25 kilos de Analgin) pudieron ser rastreados por la Justicia federal de Catamarca.

En consecuencia, seis años después de las muertes se llegó a las detenciones de Barakat Barakat y Fadel Barakat, hermanos sirios libaneses, que comercializaban grandes cantidades de químicos desde Salvador Mazza.



No se los pudo relacionar con los asesinatos pero sí con el origen de los precursores químicos encontrados en la escena del doble crimen.

Siguiendo una pista profundizada por la Procuraduría de Narcocriminalidad (PROCUNAR), los Barakat cayeron en 2016 en Salvador Mazza con más de 80 toneladas de bicarbonato de sodio, almacenado en bolsas de 25 kilos y de 20 gramos.

Ante la justicia se presentaron como comerciantes de productos farmacéuticos pero informantes de Estados Unidos los emparentan con un clan ligado a la financiación del terrorismo y afincado en la Triple Frontera.

En la resolución de marzo de 2017 por la cual la Cámara Federal de Tucumán confirmó el procesamiento de los hermanos Barakat, consta que los dos inmuebles que se les allanó "se encuentran a pocas cuadras del límite fronterizo de nuestro país con el Estado Plurinacional de Bolivia" y subrayaron que "según la legislación boliviana el bicarbonato de sodio constituye una sustancia controlada para ese país por tratarse de una base utilizable para la fabricación de estupefacientes".

Una vez más Salvador Mazza pasó a ser clave a la hora de investigar organizaciones narcos. Y a esta lógica no escapó la banda del Olivos Golf Club.

Por un lado, Exeni es de esa localidad caliente de la provincia de Salta. Por otro, en las escuchas de la causa a cargo del juez federal de Lomas de Zamora Federico Villena, queda claro que la droga con la que trabajaba la organización tenía origen boliviano y que el nexo para conseguirla era Exeni.

Como vértice del triángulo "cocaína boliviana-cocineros colombianos", también aparece este hombre, quien en un primer momento se ubicada como socio principal de Sebastián Fargeta, el despachante de aduana y golfista con 9 de hándicap detenido también en la causa.

Según información de inteligencia, pese a los contactos en la frontera con los que contaba Exeni, su peso estaba en franco declive dentro de la organización. ¿La razón? El salteño le debía casi medio millón de dólares a los colombianos y su situación se estaba complicando día a día.

Fuente: Clarín.

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