Las acciones judiciales de mención se encuentran íntimamente vinculadas al faltante superior al millón de pesos por el cual la Justicia criminal también investiga a Juliana Ibarra, producto de la denuncia que, en 2014, se le hizo por estafa, cuando emitía cheques de Editorial Esquiú SA para sí misma y los cobraba de la cuenta bancaria de la empresa, como de la misma manera emitía cheques de la firma que cambiaba por dinero a terceros, quedándose con esos fondos.

 

En estos procesos societarios deberá designar un nuevo abogado, ya que la renuncia de quien le representaba -Miguel Sarli- la deja sin letrado hasta la designación de su reemplazante.  

 

 

 Por otro lado, la causa penal en la que se denunció a la señora Ibarra por estafa con cheques y donde oportunamente la Justicia le imputó el delito de defraudación por administración fraudulenta en contra de Editorial Esquiú SA, sigue sin cerrarse.

 

El fiscal de Instrucción, Carlos Ezequiel Walther, deberá ser quien resuelva esta situación jurídico-procesal, para lo cual el juez de Control de Garantías, Porfirio Acuña, oportunamente lo había emplazado por treinta (30) días a que resuelva el caso.

Hay que recordar que el señor fiscal tiene esta causa desde hace más de tres años y no termina de definirla.