El proceso judicial, la mora del mismo y el postergado lugar de las víctimas en los accidentes de tránsito fueron el gatillo que se tomó desde Familiares de Víctimas de Accidente de Tránsito de Catamarca (Faviatca) para cuestionar fuertemente al letrado Enrique Lilljedahl (h) en su accionar como profesional del derecho.
El titular de la asociación, Julio Sánchez Reynoso, junto a la asesora legal Natalia Páez dialogaron con este medio. El referente de la ONG contrastó en primer lugar que mientras Lilljedahl (p) vela a través de sus fiscales y defensores para que haya una Justicia rápida, su progenie vela para que la “Justicia no le llegue a los poderosos y sus clientes, entorpeciendo todos los procesos en los que los tenemos como contraparte”.  
Sánchez rescató que tras 14 años de lucha “cada vez hay piedras más grandes en materia jurídica”. De acuerdo a lo que contempló, “hay un tráfico de influencia” dentro del Poder Judicial. Para llegar a esa conclusión partieron de que “hay abogados que tienen influencia, como el caso del hijo del procurador general de la Corte”, su homónimo, Enrique Lilljedahl.
El titular de Faviatca remarcó que el letrado fue impugnado “en todos los niveles, inclusive en el Colegio de Abogados”. Sobre esta institución señaló que aguardaba una respuesta, pero “parece que lo compensaron para que dé una charla en el Foro Catamarca”. 
Adujo que fueron sorprendidos cuando el abogado se presentó como aspirante a ocupar un cargo de juez federal, “cuando defendió a personas como (la ‘narcofamilia’) Argañaraz”.
De esta forma, remarcó que no se puede “destrozar” a la Justicia “por amiguismos”: “No acepto una Justicia para los amigos y otra para el resto de la sociedad”.

Críticas 
Sánchez sostuvo que “la sociedad siente que no hay Justicia” y que para el caso, el letrado señalado “perjudica a la democracia”. En este orden de ideas, mencionó que Lilljedahl (h) “alude que es amigo del ministro de Justicia de la Nación, Germán Garavano, pero el funcionario vino a través de Hugo Diamante, quien a la vez está procesado por la Justicia”. 
El presidente de la ONG apuntó que “el hijo actúa bajo la influencia del padre”, puesto que, según observó, “cuando hay personajes reconocidos en Catamarca él está metido, ejerce la protección como abogado”. “¿Dónde queda la gente que padeció el hecho?”, indagó. 
Por su parte, Páez indicó que durante la visita de Garavano a la provincia se le entregó documentación donde se da muestra cabal de que el “trato de la Justicia para con la víctima deja mucho que desear”. 
En esta línea, comentó que “por una cuestión de funcionamiento del Ministerio Público Fiscal, donde se encuentra Lilljedahl padre, ninguno asume la defensa de una víctima”. Así, de acuerdo a lo que contempló la letrada, “lo normal es que los casos de hechos de tránsito terminen encajonados, archivados y prescriptos”.
“Le presentamos una nota al ministro con las irregularidades detectadas y poniéndolo en conocimiento de que no tenemos un defensor oficial para las víctimas”, especificó Páez.
Finalmente, ambos representantes de la ONG trajeron a colación la causa donde Lilljedahl (h) se presentó como abogado de la imputada, pero después como querellante de la víctima (Jonathan Bastos, quien protagonizó un siniestro vial el cual lo dejó cuadripléjico). “Dejó prescribir la causa”, dijeron al unísono en su percepción.