Los gobernadores del PJ le dieron un crédito blando a Mauricio Macri por el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.

Según Clarín, Casa Rosada pidió a los peronistas amigables que apuntalen el pacto bajo el libreto de dar al gobierno “las herramientas”, léase presupuesto, para cumplir la reducción del déficit.

Entre los “colaboradores”, según publicó el medio citado, se encuentran  Juan Schiaretti (Córdoba), Juan Manuel Urtubey (Salta), Domingo Peppo (Chaco), Sergio Uñac (San Juan) y Gustavo Bordet (Entre Ríos), el club que junto a la fueguina Rosana Bertone, Macri considera “racionales”.

De acuerdo a Clarín, aparecen la santacruceña Alicia Kirchner, quien bajó el perfil, y el riojano Sergio Casas.

Mientras tanto, tanto Gildo Insfrán (Formosa) como Juan Manzur (Tucumán) y Lucía Corpacci (Catamarca) “tienen diálogo fluido pero son reacios a teatralizar apoyos públicos”.

Así las cosas, el speach que emite Economía habla de achique drástico de obra pública y ajuste general dentro del acuerdo con el fondo crediticio.

Con ese menú, en las provincias anticipan una negociación dura y en bloque que reactivará la “Liga de Gobernadores”.

“Como ocurrió con el Fondo del Conurbano, en estos temas sabemos que tenemos que negociar juntos porque individualmente perdemos”, apunta el operador de un mandatario del PJ. Así se hizo para el Pacto Fiscal, donde casi no hubo disidencias.

De esta forma, la discusión del presupuesto 2019 se espera para septiembre y, dicen en el PJ, se realinearán posiciones.

Forzará un ordenamiento global que incluya los bloques del PJ dialoguista que comandan Pablo Kosiner y Miguel Ángel Pichetto, que reportan a los gobernadores y serán los que levanten la mano para poner por escrito en el Presupuesto dónde serán los recortes.

Hasta acá, la matriz de la posición de la mayoría de los gobernadores del PJ, según Clarín, es simple: no se opondrán al acuerdo con el FMI pero hacen la salvedad de que las consecuencias de esa medida son decisión y responsabilidad de Macri.

En Casa Rosada asumen que nadie quiere estar en la foto que da malas noticias. “Si convocamos al ajuste, no va a venir nadie”, sintetiza un fuente oficial y asegura que “no queremos que nos aplaudan” sino que “nos den apoyo para avanzar”.

Pero entre los gobernadores no hay precisiones. El Excel de la baja del déficit anticipa porcentajes que deberán reducir y la mayoría lo asume como reducción del gasto lisa y llana.

“Damos por hecho que no habrá financiamiento para obra pública. Lo que nos preocupa es que decidan recortar en salud o educación”, plantearon a Clarín desde una provincia del norte, y ponen el foco en el “incentivo docente”, que va a los salarios y son recursos nacionales.

El capítulo infraestructura tiene un doblez: la Casa Rosada habla de fondearla con PPP pero en las provincias del interior dan por hecho que ese formato no funcionará en sus territorios.