Éste tiene su origen en la necesidad de todos los habitantes de Carachi, comunidad de base de la comunidad diaguita-calchaquí de Aguas Calientes, de acceder a la educación. 

 En este aislado paraje de alta montaña viven 22 familias, dispersas en puestos muy distantes unos de otros, habida cuenta de que se trata de una población de pastores. Suman en total 120 habitantes, de los cuales 35 son niños y niñas en edad escolar.

Se trata de una población que sufre todos los efectos y agravantes del analfabetismo, azotados por la pobreza extrema de rasgos críticos, en un medio geográfico adverso. La comunidad de Carachi recibió del grupo solidario "Quebradas y Puna” la donación de bancos con pupitres y además, en este mes de agosto se procederá a la instalación del servicio de agua potable.

La comunidad ha construido un salón con paredes de adobe, techo con material crudo y piso de tierra.

En relación con la problemática, Manzi entendió que "es un deber indelegable e insoslayable que todos los integrantes de este Poder del Estado lleven su voz hasta el Poder Ejecutivo, responsable de brindar a todos los habitantes de esta provincia el servicio educativo, según lo establece Constitución de la provincia”.