La baja tasa de egresos en el secundario, los fracasos en los ingresantes a la universidad, la falta de interés de los estudiantes, la poca importancia que la sociedad le da a la educación, los egresados que no saben qué hacer con su título porque no tienen dónde ejercer, etc. Estamos transcurriendo el 17% del siglo XXI. Sin embargo, cuando todo ha cambiado, seguimos educando como en el siglo XVIII.
Es necesario replantarse el proceso de enseñar y aprender y dejar de creer que añadiendo más actividades o innovaciones a una escuela el tema está resuelto. No estamos condenados a hacer lo que hemos hecho hasta ahora, ni esperar que el ministro de turno sea quien diga por dónde ir; no es necesario repetir los errores eternamente hasta que sacrifiquemos el futuro de generaciones de niños y jóvenes. Somos los educadores quienes debemos dar un debate participativo sobre cómo avanzar en el cambio de paradigma educativo, un cambio que debe ser atrevido y profundo;  porque es tiempo de dar respuestas a todos los cambios sociales, culturales y tecnológicos. Tenemos que ponernos en actividad todos los que nos sentimos llamados a transformar la escuela y la educación en la provincia de Catamarca.
Hay que reorganizar los recursos humanos e instalaciones, poner en marcha una experiencia piloto de aprendizaje. Rever el curriculum actual, agrupar al alumnado de forma diferente en los grupos de clase actuales, cambiar la distribución de horarios y espacios, trabajar en equipo con maestros y profesores en proyectos transversales, que integren experiencias, conocimientos, habilidades, competencias y actitudes en una construcción conjunta de conocimientos en el marco de una organización diferente.
Hablamos de un verdadero cambio de paradigma educativo, porque es la misma cultura la que ha cambiado sustancial y vertiginosamente, por tanto no quedan muchas alternativas. Es la misma realidad la que nos está empujando al cambio, para no caer en el abismo. Este cambio debe ser rotundo, como fue en la sociedad. El nuevo modelo debe poner en el centro al alumno en el proceso de enseñar y aprender, que permita adaptarse a sus cualidades y características para que de forma personalizada y en diálogo permanente con su grupo de aprendizaje pueda construir un proyecto de vida propio. Este cambio debe romper la inercia y avanzar en comunidad por entornos desconocidos. El cambio es camino y en este camino construir un modelo que hoy no existe, aunque ya hay algunos intentos. Es un cambio que necesita de los educadores, de las familias y de la sociedad.
Me niego a pensar que no se puede, que son los demás los culpables, que las autoridades no hacen nada, que el salario docente, que no hay recursos materiales y humanos. Pues para mí son todas excusas para no mirarse al espejo por temor a la imagen que devolverá.
Los educadores en Catamarca tenemos todos los elementos necesarios para pensar un cambio de paradigma educativo, para adecuar nuestras prácticas docentes, para crear un nuevo modelo que permita dar las respuestas necesarias a nuestros alumnos.
Quienes gestionan educación tienen esa maravillosa oportunidad de ponerse al frente de estos cambios para transformar la escuela, para crear y liderar este cambio. Confío que juntos podremos hacerlo por el bien de nuestros chicos. n

Lic. Rubén David Martí
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